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Castella, iluminado, indulta a Silletero de Gutiérrez
La rotundidad de Sebastián Castella llevó el toreo en estado puro a nivel superlativo. Otra cosa, otra estética, la genialidad de una figura del toreo y la expresión de la bravura en empaque pequeño, no se cansó de embestir Silletero y Castella tampoco de mostrarlo y engrandecerlo. Las series ligadas, largas, profundas, muy profundas, todo dado, todo dicho, la plaza entregada, arriba la banda tocando Feria de Manizales a la excepcionalidad de toro y torero, y el indulto, cómo no. Es lo que pasa cuando se encuentran bravura y toreo.
Antes había cortado las dos primeras orejas del festejo Antonio Ferrera desplegando el repertorio completo para abrir el festival: capote, se montó a la grupa para poner la vara y se desmontó para hacer el quite, puso banderillas, muleta y espada. El público con él toda la faena, agradeciendo la entrega y la voluntad de agradar. La faena tuvo momentos de interés y algunos muletazos con la derecha de buen trazo, encastado el toro, y la plaza vibrante de emoción y la senda que se abría en triunfo.
Algunos asistentes se fueron antes del final del festejo que cerró el novillero Felipe Negret y se perdieron un momento muy importante del festival. Negret, aprovechando su única oportunidad en la temporada, puso toda la carne en el asador, y desde que se abrió de capa declaró sus intenciones: dos largas en el tercio y algunos lances con decisión. El quite, correcto y muy aplaudido. Con la muleta le funcionó la idea y la suerte, porque el novillo había blandeado en los primeros tercios, y pese a ello le bajó la mano, y allí fue como un cañón el novillo sin caerse. Iba humillado, de largo, y con bravura, y Negret, plantado, templando las series con la derecha, tres ligadas. Con la izquierda le corrió la mano pero no quedaba colocado para el siguiente natural, y se perdió ligazón y quietud. Una virtud, que a cada acometida del novillo, tuvo el engaño delante, no desbordó al torero, que estuvo muy centrado y solvente. Cuando la plaza entera pidió a rabiar el indulto, tuvo el desacierto de dejarlo ir a tablas, por eso el presidente no lo concedió. La estocada de la noche, y dos orejas y vuelta al ruedo para el toro. Todo pareció que hacía justicia.
El quinto de la noche bajó la nota, el más malo del encierro. Pero delante tuvo a Daniel Luque, que dejó un excelso tercio de capa. Cada lance tuvo contenido y su duende sevillano. En la muleta la embestida del novillo estuvo muy descompuesta, iba con la cara alta y sin clase. Luque trató de ligar las series pero el toro estaba a la defensiva y no permitió ligar la faena. Un empeñado Luque estuvo por encima de las condiciones del novillo. Casi sin toro terminó la faena arriba y poniendo la plaza de su lado en una serie de luquesinas. Oreja de ley.
Al tercero Cristóbal Pardo le cortó una oreja. Muy compuesta la figura para lancear a la verónica. Emocionó al paisanaje con el tercio de banderillas. La faena, aunque comenzó con firmeza, no rompió porque le faltó ligazón. El toro se fue apagando y Cristóbal evitó que se fuera a tablas cuando tendió a rajarse. Estuvo siempre atento, el compromiso era grande y las oportunidades pocas.
Alejandro Talavante también cortó una oreja a un novillo que recargó con fuerza en varas y al que hizo un quite muy jaleado por el público que tenía la expectativa de que Talavante pudiera reivindicarse. El inicio de faena fue vibrante, puesto de rodillas, con un cambiado por la espalda que presagiaba emociones crecientes, pero el novillo no le permitió rematar las series, le faltó transmisión. Al natural llegó lo mejor de la faena, mano baja, largos y rematados atrás los muletazos. Mañana tendrá el compromiso principal. La afición lo espera.
A Emilio de Justo el público no lo trató con consideración y fue tibia la petición de oreja que el presidente en su potestad debió haber concedido. Aprovechó cada viaje del toro para componer la faena más lenta, con la derecha ligó dos series de pulso perfecto, de mucho compás y al ralentí. Otro toro que duró poco, pero el torero lo exprimió hasta en tablas porque también se rajó. No tenía que irse en blanco, pero la noche fue tan variopinta que a De Justo le correspondió el momento de incomprensión.
Román no pudo cerrar bien su feria, llegó muy parado el toro a la muleta y no transmitió para el lucimiento del torero. Hizo un esfuerzo ante el manso de Gutiérrez y el público estuvo con él, pero dio un sainete con los aceros, escuchó dos avisos y el récord de la corrida tenía el listón muy alto.
Manizales (Colombia). Jueves, 9 de enero de 2025. Festival. Novillos de Ernesto Gutiérrez, de presentación y juego dispar. El segundo, de nombre Silletero, número 253 y de 422 kilos, fue indultado, y el octavo, de nombre Florisel, número 180 y de 410 kilos, fue premiado con la vuelta al ruedo. Antonio Ferrera, dos orejas; Sebastián Castella, dos orejas simbólicas; Cristóbal Pardo, oreja; Alejandro Talavante, oreja; Daniel Luque, oreja; Emilio de Justo, ovación con saludo; Román, silencio tras dos avisos; el novillero Felipe Miguel Negret, dos orejas. Entrada: Lleno.