sábado, enero 11, 2025
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Etiqueta: debo analizar lo vivido en la Plaza de Toros hoy y tengo que ejercer mi labor como crítico y no como publicista

Bolívar y Luque por la Puerta Grande en Tarde de Falacias

Manizales, enero 10 de 2025 - A un día del fin de la Feria de Manizales, debo analizar lo vivido en la Plaza de Toros hoy y tengo que ejercer mi labor como crítico y no como publicista, como algunos quisieran. Hoy fueron entradas por el palco presidencial cuatro orejas de las cuales yo hubiese concedido tan solo tres, actuando en justicia. La verdad debo ser enfático en afirmar que el dicho aquel de que “en tierra de ciegos el tuerto es rey” se puede aplicar en todos los aspectos de la vida y en este caso al maravilloso mundo de los toros. Hoy sentí en varios momentos que el muy respetable público de Manizales aplaudió y acompañó con óles, momentos que verdaderamente no ameritavan tal euforia, y consideró con el mayor respeto que eso fue el resultado de lo que hubo en el ruedo, es decir, era tan poco en momentos lo se veía , que era sobrevalorado, para hacer de la tarde una fiesta donde la falacia era el rey. Luis Bolívar - negro, oro y cabos blancos. Perecido, #350, 448 kilos. El cabeza de cartel fue Luis Bolívar quien se despide de los ruedos en la presente temporada, echó por delante un ejemplar al que los pitones de daban presenció ofensiva, rizado con algo de morrillo y poca culata. El negro ejemplar fue con presteza al capote de Luis. Efraín Ospina le dejó una vara algo trasera. En banderillas camino. Luis brindó a Juan Carlos Gómez, Director ejecutivo de Cormanizales., por la labor social que cumple la empresa. El toro caminador visitó todo el albero. Y Luis con mucha técnica lo prendió a los vuelos de su muleta. Un silencio total en labor plaza mientras se iniciaba en firme, los óles y nuevamente el silencio. Con el remate las palmas. Cuatro más y el de pecho, todo con suavidad y luego los silencios. Bolívar entendió la cadencia de los muletazos que debía formular y los espacios que debía tomar. El toro reaccionó y sacó la idea de quitarse el engaño y desarmó a Luis, la música seso y El Colombiano a retornar el libreto, pero Perecudo no quería seguir en las tablas. A tomar la espada. Dos muletazos más y vamos a matar. La espada en buen sitio, pero ineficaz, el descabello y fallos. Pitos y dos avisos. Otro intento con la espada y muerto el ejemplar. Silencio y división de opiniones con el JBC.
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