– Corde Tributa – A Hermanos Garzón

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Sentido Homenaje (Corde Tributa) a los ganaderos Jorge Eduardo y Carlos Augusto Garzón Murcia este fin de semana en la finca El Billete, sede del prestigioso hierro colombiano.

Redacción: Héctor Esnever Garzón Mora

Ubaté – Colombia. El mundo taurino nacional a través de la trayectoria de este bello arte, incluye en su recuento histórico a la ganadería Garzón Hermanos, que tuvo sus inicios en los años setenta del siglo pasado, cuando el recién fallecido Carlos Augusto Garzón Murcia juntó esfuerzos con el también desaparecido Rafael Pérez (El Chiquito Pérez) para incursionar en la apasionante tarea de criar el toro de lidia. Esa iniciativa no ha parado desde ese momento, con la variable de que la parte del Señor Pérez la asumió Jorge Eduardo Garzón Murcia (Q.E.P.D.) y así nace el hierro Garzón Hermanos. La dehesa se conformó con vaquillas de la extinta ganadería Pueblito Español y la vigente Vistahermosa, tomando dos sementales de cada una de las vertientes y complementando un buen número de vientres con ejemplares del hierro Ernesto González. En el año de 1979 se importan reses de España, trajeron sementales y vacas de la ganadería de Joaquín Buendía; esas importaciones se continuaron en los años 1980, 1981 y 1982. En el último año se trajeron sementales y vacas de la ganadería Alcurrucén (de Pablo Lozano) encaste Carlos Núñez. Los años siguientes, haciendo uso de los avances genéticos, se adquirió semen tanto de sementales de Santacoloma como de Núñez para el proceso de inseminación artificial. Los resultados en las dos líneas han sido buenos y con triunfos importantes en las diferentes plazas donde han estado.

Con la inteligencia característica del ganadero Carlos Augusto, su profundo conocimiento de la cría del rey de la fiesta, el quehacer empresarial taurino y sus buenas relaciones sociales, logró internacionalizar su hierro en tierras Incas, pasó primero por la feria de Acho en Lima donde dejó sabores, pero el gran reconocimiento lo alcanzó la dehesa en la Feria Internacional San Juan Bautista de Chota, ciudad de la zona norte de la región andina peruana y segunda Feria Taurina de importancia en el Perú. En los innumerables reconocimientos adquiridos por los toros de Garzón Hermanos se cuenta con el Escapulario de Oro, crédito a la ganadería triunfadora en la versión 2011.

Este último fin de semana del mes de agosto, en la plaza de tientas de la ganadería que cumplió 47 años de existencia y gracias a la iniciativa del torero Germán Páez, se cumplió uno de los tantos deseos del ganadero Carlos Augusto, lidiar una corrida que se tenía para el regreso de los toros a la capital lechera del país, él anhelaba darla el 7 de agosto del año en curso y estaba en preparativos cuando partió a la eternidad. El hoy encargado del hierro (Germán Páez) no quiso dejar pasar ese deseo y aprovechando la entrega de cenizas del Ganadero para su cristiana sepultura, buscó el apoyo de algunos profesionales para ejecutar un sentido, significativo y bonito homenaje con dos festejos taurinos y una espiritual ceremonia religiosa a la cual asistieron los más cercanos amigos del fundador del hierro, así como bastante gente joven aficionada a la tauromaquia.

El día sábado 28 de agosto se corrieron tres toros cuatreños y un novillo que arrojaron una variedad de comportamientos reconocidos en la gama de la línea Núñez: abantos, aparente genio, bravura y recorridos inciertos en algunos casos. Haciendo referencia a lo visto, el lidiando por Juanito Ortiz no tuvo acentuada clase, acudió sin entregarse y con medio recorrido, el de Ubaté lo debió citar con la mano en línea a la cintura para intentar ligar. Santiago Naranjo dio con un burel que marcó dureza, se abrigo en tablas y en muchos momentos soltó la cara. El lidiado en tercer lugar fue la representación clara de la bravura, planto pelea siempre en los medios, nunca esparramó la vista y acudió a los chismes con la obediencia característica de la nobleza, allí el torero peruano bajo su concepto artístico estuvo digno y logró una buena ejecución de la suerte suprema. Enrique Parra no encontró caminos con el novillo, tenía el de Garzón muy marcada esas dificultades del encaste, que no deja en muchas ocasiones hacer el buen toreo.

Para el día domingo 30 del mes que finaliza, se abrió la tarde con una taurina celebración eucarística en el ruedo de la hacienda El Billete, donde se bendijeron las cenizas del Ganadero, se recordaron anécdotas, frases y esos legados que dejó en cada uno de los que disfrutaron de su compañía en diferentes escenarios. Allí en el sentido evento, dio su última vuelta al ruedo celebrando el indulto de un gran novillo que recogió en su genética todo aquello de los ejemplares memorables de su ascendencia Núñez, fuera del fondo que expresó, evidenció clase, nobleza y bravura; el trapío también lo complementó, pues pese a estar en novillo, se ve bien hecho, cara de buena conformación y capa castaña, que lo identifica como procedente del encaste; quién pudo hacer aflorar esas virtudes del astado fue el propio anfitrión (Germán Páez), quien sin duda, no ocultó la felicidad de lo logrado y quién llevo en la vuelta al ruedo la compañía ceremonial del Ganadero. La tarde la abrió un novillo que gozó de movilidad y que exigió despaciosidad y sutileza en el encuentro con los trastos, este lo despacho Manolo Jiménez quien lo aprovecho y dio espacio a su compañero Julián Páez para que también se expresara con su torería. El Matador Santiago Naranjo lastimosamente bailó con la más fea en su segundo día de participación, el toro en turno manseó en todos los tercios, sin embargo, el torero de Manizales hecho mano a su conocimiento, valor y buena interpretación del arte de cuchares, para sacar agua de pozo seco, un buen profesional la verdad, creo está pidiendo pista en la activación de las ferias taurinas del país.

Sin duda alguna la mejor forma de recordar un legado es poniendo en práctica cada enseñanza de quien se quiere honrar, y así lo logró el hoy encargado de la dehesa Garzón Hermanos, en primera instancia porque recibió bastante enseñanza de un gran conocedor de la cría del toro bravo y segundo porque su voluntad consiente es mantener el hierro con su buena historia para continuar los nuevos capítulos que aún el hierro puede escribir.

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