Leganés: La Tarde de Ginés a Pepe

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Ginés Marín homenajea al recordado Pepe Moya, ganadero de El Parralejo, haciendo soñar al tendido con su toreo a un bravo lote; sin suerte ni Cortés en su reaparición ni Román con la espada.

Redacción: Álvaro Mateo – Cultoro.es – Web Aliada – Foto: Luis Sánchez Olmedo

Leganés – España. Javier Cortés, que reaparecía tras la grave cogida sufrida en septiembre de 2019 en Las Ventas, Román y Ginés Marín componían, en la tarde de este 7 de mayo, la segunda de la Feria de Leganés. Y el festejo fue un improvisado homenaje de Ginés Marín al recordado Pepe Moya, ganadero de El Parralejo, haciendo soñar al tendido con su toreo a un bravo lote. No tuvieron suerte ni Cortés en su vuelta ni Román con la espada.

Soltaba mucho la cara el toro de la reaparición de Javier Cortés, un animal al que recibió a porta gayola y luego con verónicas a pies juntos y que tenía un constante calamocheo que tiznaba de peligrosidad cada embroque. Ya se lo puso complicado a los hombres de plata en el tercio de banderillas y, segundos después, evidenció lo complicado de su condición frente a un firme Cortés por la mano diestra, en la que basó la primera parte del trasteo. Lo sometió en la muleta en las siguientes series hasta que se vino abajo el de El Parralejo, momento en el que el torero de Getafe le buscó el toreo en las cercanías. Tras pasaportarlo con la espada, fue ovacionado.

En medio del trasteo, sufrió una fuerte voltereta. Tras un comienzo de faena por estatuarios, y previo brindis al público, Román expuso ante un animal que no terminó de entregarse. Intentó dejarse llegar de lejos al astado, y en una de las tandas el torero tropezó y calló, quedando a merced del toro, que lo volteó en unos segundos de angustia. Los subalternos auxiliaron rápidamente al diestro, que se repuso y prosiguió toreando por la mano izquierda, ahora sí, acortando distancias con el animal. Fue ovacionado tras pasaportarlo con la espada, no pasando finalmente a la enfermería.

Inspirado a la verónica saludó Ginés Marín al tercero, un animal al que luego también quitó de forma variada por verónicas, chicuelinas y revolera de cierre, llegando con fuerza arriba. Saludaron Antonio Manuel Punta y Rafael Viotti tras los pares de banderillas al animal. Tras el brindis al hijo del ganadero Pepe Moya, una auténtica delicia fue el inicio de faena del extremeño, de rodillas, pero rompiéndose en cada muletazo que ofreció; en esa tónica de toreo despacioso y templado, prosiguió mostrando al tendido las virtudes del de El Parralejo, un animal que iba más humillado que sus hermanos anteriores y al que llevó largo y embebido en los vuelos Marín. Un estoconazo final puso en sus manos las dos orejas.

Tampoco el cuarto del festejo le ayudó al triunfo a Javier Cortés. Fue un animal al que le sacó muletazos sueltos, pero profundos. No fructificó la labor en premio por un deslucido animal al que mató a la primera el madrileño. Fue ovacionado tras ello.

Al ganadero de Las Monjas fue el brindis de Román en quinto lugar, un animal al que comenzó toreando entre las rayas del tercio y se lo sacó a los medios para pasaportarlo por la derecha. Antes, Lipi destacó en banderillas, siendo ovacionado. Fue una faena a un animal exigente en la que tuvo que sacar agallas en el final de la obra, en la que intentó el toreo en cercanías. Esfuerzo de Román por buscar el trazo por abajo en ese momento. Los circulares y adornados echaron el cierre al trasteo. No mató bien al astado, lo que le quitó el premio al esfuerzo que tuvo con el exigente toro, aplaudido en el arrastre.

Bravo y encastado fue el sexto de El Parralejo, otro animal con el que Ginés Marín soñó el toreo, llevando con profundidad la clase del astado del recordado Pepe Moya. Humillador, boyante, con recorrido en su viaje y entregado en cada embestida, el animal se prestó a las ideas de un joven que llevó a cabo el concepto que tiene en la cabeza. Importante toro e importante el torero que tenía delante, que de nuevo honró la figura del ganadero recientemente fallecido. Firme y toreando por abajo epilogó su labor el oliventino, que espada en mano dejó una estocada defectuosa -hizo guardia-. Remató con descabello al animal, paseando otra oreja.

Ficha del Festejo

Plaza de toros de La Cubierta, Leganés. Segunda de feria. Corrida de toros. Unos dos tercios de entrada del aforo permitido. Toros de El Parralejo. Javier Cortés, ovación y ovación. Román, ovación y ovación. Ginés Marín, dos orejas y oreja.

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