El año 2019 de… Roca Rey

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Tras alcanzar la gloria en Sevilla -donde casi corta un rabo- y en Madrid -donde salió por tercera vez a hombros-, una lesión le hizo cortar temporada en Pamplona, pero así estuvo hasta entonces.

En el mes de febrero comenzó su temporada 2019 Andrés Roca Rey, una cita que tuvo lugar en la plaza de toros mexicana de Juriquilla, donde trenzó el paseíllo frente a un encierro de Fernando de la Mora del que paseó una oreja. Tres días más tarde, de nuevo pisaría la plaza más importante de toda América, la Monumental Plaza México. Fue el día 4 de febrero, en un festejo en el que trenzó el paseíllo con un encierro de Montecristo en la que especialmente destacó su primera faena, comenzando totalmente hierático en el centro del anillo, pasándoselo por la espalda antes de dar un recital de toreo que pudo cuajar en más de no haberse venido a menos su oponente.

Seis días después, el 10 de febrero, la cita llegó en Bogotá, tarde en la que toreó una corrida de Juan Bernardo Caicedo en plena Feria de la Libertad. Y con dos orejas tras una enorme faena a su primero selló Andrés el compromiso demostrado durante este estelar inicio de campaña. Firmísimo el joven, logró componer una obra de auténtico escándalo para terminar por rematarla de un estoconazo y pasear doble premio al calor y al cariño de la afición colombiana, que llenaba aquel día la Santamaría.

No se haría esperar su primera cita en España, y fue el 9 de marzo en la Feria del Milagro de Illescas, tarde en la que lidió una corrida de José Vázquez de la que se llevó dos orejas de su primero. Especialmente destacaron los momentos templados de final de faena, que fue soberbio, y con el que llegó a un tendido del que gran parte procedía de Madrid, de ahí la importancia de la afición de este coso cubierto.

En Olivenza, en Badajoz, trenzó al día siguiente el paseíllo en una tarde en la que pechó con un encierro de Daniel Ruiz siguiendo en son de triunfo. Y así, toreando, se hizo con los tendidos oliventinos para pasear doble premio del segundo de su lote.

El día 15 de marzo llegó la cita de Fallas, en Valencia. Era un contrato especial por lo que suponía Valencia para la joven carrera de Andrés, ya que se había visto catapultada por esta plaza en sus primeros años como novillero y matador. Ahora, selló su compromiso con tres orejas en una actuación importantísima por lo que supuso aquel día. Si el toreo de impacto en el tendido caló en su primero, el trazo templado se apoderó de su segundo para sellar una obra compacta y completa que convenció a la calle de Xátiva. Enorme Roca Rey.

No dejaría pasar tampoco la cita de la Magdalena castellonesa, puesto que trenzó el paseíllo en la capital de la Plana el día 29 de marzo, toreando una corrida de Juan Pedro Domecq de la que paseó tres orejas. Simbiosis total entre la ganadería, el torero y la afición levantina en otra tarde para el recuerdo de esta plaza y de la temporada de Andrés.

Cehegín, en Murcia, y su Corrida de Primavera, le seguirían en suerte al año de Roca Rey. Fue el 13 de abril un festejo en el que toreó una corrida de Núñez del Cuvillo de la que paseó la friolera de cuatro orejas y un rabo. Enorme.

Y de ahí, a su primera tarde en la Real Maestranza baratillera. Fue el día 21 de abril, tarde en la que se enfrentó al encierro de Victoriano del Río que no terminó de romperle aquel Domingo de Resurrección. Volaría tres días después a México para tomar parte en el serial de San Marcos, en la Monumental de Aguascalientes. La primera de sus tardes fue una de las actuaciones más brillantes del serial, paseando dos orejas de un toro de Begoña y enamorando a los tendidos aquicalidenses; en la segunda de sus citas en el abono hidrocálido, el día 28 de abril, se enfrentó a un encierro de Jaral de Peñas con el que fue ovacionado. Ese sería el preludio de su gran faena de Sevilla…

CRÓNICA SEVILLA-3 DE MAYO

‘Encendido’ saltó en último lugar y hasta el postrero tercio todo fue plano ‘hasta’ que apareció en escena Roca Rey- en varas lo cuidan demasiado saliendo del jaco casi sin sangrar- el inicio de rodillas fue explosivo con un toro ofreciendo una franca embestida –avión- y un torero entregando el pecho en cada muletazo. A corazón abierto. Empezaba el rodillo Roca a funcionar y la plaza a entregarse. Tremendo. Andrés le abre terrenos y lo lleva más allá del tercio para ofrecerle un embroque sincero -como la sonrisa de un niño- Allí a derechas, el toreo surge en su mayor expresión ante un gran toro que se rebosaba por abajo.  El torero se arrebuja con su astado y también da tiempos para recuperarlo ante tantas aperturas y obligaciones. Cuando coge la izquierda la ‘Catedral del Toreo’ está entregada como la magnífica clase del último a su matador. Por ese pitón viajó el natural tan hondo como una falla oceánica y tan lento como un atardecer. Lo cogía afuera y lo llevaba dentro, lo acariciaba en la muleta y soñaba Sevilla con sus muñecas. Pero todavía había más. La serie a derechas sin final establecido después de siete seguidos sin soltarlo fue el mayor parangón de una obra vaticana que enloqueció a la ‘Capilla Sixtina del Toreo’. El epílogo -Made in Roca- fue un arrimón portentoso y angustioso. Por entonces Sevilla era un manicomio. Volapié hasta la gamuza y patas arriba. Dos orejas, petición unánime de rabo y de vuelta al estado. Al final sólo dos orejas para la mejor versión de Roca Rey en la Maestranza.

Tras su enorme dimensión con aquel bravo toro de Núñez del Cuvillo el día 3 de mayo, el día 10 del mismo mes volvió a hacer el toreo en la Real Maestranza baratillera. En esta ocasión fue con una corrida de Jandilla con la que volvió a tocar pelo. Lo hizo con el primero de su lote, un toro incierto en los primeros tercios pero que luego se embebió en su muleta de mano baja hasta tal punto de llegar a una simbiosis única en este escenario. Toro y torero se fundieron en una obra con puntos álgidos al natural en la que Roca Rey terminó tocando pelo tras meterle el acero.

Seguiría su racha triunfal en la Feria del Caballo de Jerez de la Frontera, tarde en la que toreó otra corrida de Cuvillo de la que paseó dos orejas de su segundo, un ejemplar bravo al que logró imponerse a base de muletazos de trazo muy bajo. Nueva conquista de una plaza de segunda categoría. Y de Jerez, a Madrid, porque le esperaba el día 22 de mayo una de las tardes de su vida y su segunda Puerta Grande en la capital…

CRÓNICA MADRID-PUERTA GRANDE

El bombo designó que sería la corrida de Adolfo Martín la que le tenía que tocar en suerte a Roca Rey el día 30 de mayo, y efectivamente: pechó el peruano con el hierro cárdeno. Y lo hizo con mucha dignidad, porque le sopló naturales de auténtico escándalo en medio de una tarde marcada por el fortísimo percance a Manuel Escribano. Perdió toda posibilidad de premio por el acero en su segunda faena, pero en Madrid caló la actitud de un joven que selló los naturales más caros de toda la Feria. Qué gran dimensión la que demostró Roca Rey aquel día. Y la demostró porque pudo, porque supo y porque echó el paso hacia adelante.

El 2 de junio lo hizo también en la Feria de la Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda, tarde en la que paseó tres orejas de sus cuatro toros de Núñez del Cuvillo en un festejo en el que también intervino Pablo Hermoso de Mendoza. Tampoco dejaría pasar en blanco la cita de Nimes, en la que con una oreja el día 9 de junio en la Feria de Pentecostés sacó a relucir de nuevo su momento, unos días de plena actividad pero también de plena entrega.

En Istres fue testigo de la ceremonia de la alternativa de Adrien Salenc, al lado también de El Juli. Fue el día 14 de junio con una corrida de Zalduendo que fue desagradecida y que no ayudó para nada al desarrollo del festejo. Deslucido encierro el lidiado aquel día. Tampoco en su última tarde en Madrid esta temporada pudo destacar Andrés, puesto que su lote de Victoriano del Río fue un lote a la contra, sin transmisión, sin terminar de entregarse en las telas del peruano aquel 15 de junio, por lo que no tuvo opción alguna de reafirmar el triunfo de mayo en el primer ruedo del orbe.

La cita de Alicante llegó el día 22 de junio, tarde en la que paseó una oreja de cada uno de sus ejemplares para salir en hombros con la corrida de Juan Pedro, y una doble cita compartiría en su tierra, concretamente en Chota. Triunfó en una de ellas.

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