Morenito de Aranda, Pepe Moral y José Garrido firman seis silencios con una corrida de medio pelo de Fuente Ymbro.
Redacción: Marco Antonio Hierro – Cultoro.es – Web Alida – Foto: Luis Sánchez Olmedo
Madrid – España. A estas alturas de la película, después de una feria vivida y sufrida, con 32 tardes atrás haciendo bulto sobre la mochila, lo que menos le apetece a uno encontrar es un festejo en el que no pase nada. Y menos encontrarte con un ladrillo de festejo la tarde en que tres tíos se jugaban su última bala de la feria para conseguir un triunfo que les diese aire y algo más de crédito que ahora. Pero así fue.
Hasta un sobrero de Mayalde contagiado de la mediocridad de la tarde plomiza saltó al ruedo para no entenderse con Garrido y dejar las cosas un poco más difíciles que antes que hoy. Para los tres, porque ese sobrero bajo y pelotudo de morrillo no quiso irse detrás de los trapos, pero el tercero le sacó humillación y movilidad sobradas a José y el quinto le ofreció emotividad a un Pepe Moral que no terminó de entenderse con él tras el fulgurante inicio de cambiados por detrás
Porque esos pases por arriba fueron, probablemente, de lo mejor de la tarde, junto con una media del Moreno y un par de verónicas de Garrido a este quinto, precisamente. Pero ahí se acabó la historia, porque Jesús tiró de raza para arrodillarse en el protón de los sustos con el primero, pero con el otro no lo vio necesario. Entendió que le aguantaría la humillación y la acometividad para dejar al menos parte de su sello, pero ni para eso dio el cuarto.
Y ladrillo fue también ver que a Pepe Moral se le ha cruzado la feria y anda buscando la forma de reencontrarse con esa forma de torear tan clásica, tan pura y tan atractiva para el pagano. Lo de hoy fue otra cosa y conviene que le dé una vuelta, porque no se entendió con el segundo –por espeso que fuera-, pero tampoco hubo puntos comunes con el quinto y este sí se fue para adelante mientras Pepe quería y quería sin dar con la tecla. No fue fácil verlo.
Como no lo fue ver a José Garrido firmar tablas con la adversidad porque se había empeñado en respetar los pactos de legislatura. Porque pactar para eliminar problemas –en el toro- implica amarrar abajo el bou de Fuente Ymbro. Este tipo de cosas, más habituales en las tardes en las que no ocurre nada, convierten las tardes en ladrillos, y en Las Ventas, más aún. Porque entre el aire, la falta de comunicación entre los actores y un encierro del que segundo y quinto tuvieron la potestad de presumir de pueblo, no quedó tiempo para el toreo en todas las faenas que se dejaron en Madrid.
Ficha del Festejo
Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Antepenúltima de la Feria de San Isidro. Corrida de toros. 16.547 espectadores. Toros de Fuente Ymbro y uno, el sexto bis, de Conde de Mayalde. De buen aire el manso y rajado primero. Con buen pitón derecho y escasa entrega el segundo. De profunda humillación y movilidad el tercero. Noble sin fondo el feo cuarto. Emotivo, alegre y embestidor el buen quinto. Devuelto el sexto por inválido y el bis, de Conde de Mayalde, pegajoso y deslucido. Morenito de Aranda (verde y oro): silencio tras aviso y silencio. Pepe Moral (purísima y oro): silencio y división. José Garrido (caldera y oro): silencio tras aviso y silencio tras dos avisos.