Del infierno a la gloria

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David de Miranda con "Despreciado". Foto: www.las-ventas.com

El confirmante David de Miranda, tras una pasional faena corta las orejas del bravo sexto y sale a hombros de Las Ventas. Ureña muy de verdad, regresa como héroe, torea y recibe una oreja innecesaria y protestada. El Juli, pitado. Encierro diverso.   

Lo que son las cosas. Papel agotado para ver las figuras y viene el modesto confirmante, con su corta leyenda a cuestas y se roba la tarde. Igual que aquel día que José Tomás le cedió el toro de la alternativa en su pueblo y él le cortó las orejas. Igual a ese sueño tan repetido que creyó convertido en pesadilla cuando en Zamora, ese otro toro le dañó las cervicales y lo puso al borde de la cuadriplejia durante un año. Había que saber todo eso hoy cuando con las ilusiones otra vez al filo del abismo, porque el descastado de la ceremonia se le llevó la mitad de las oportunidades, enfrentó a vida por vida el bravo y exigente sexto. Un torazo negro de cinco años bien largos, mucha fiereza y 605 kilos.

La tarde estaba crispada. El palco la había puesto así con la inopinada devolución del cuarto (lesionado en la lidia) durante el tercio de muerte y con la entrega de una oreja tras un pinchazo, un aviso y una estocada baja. Le abroncaron por lo uno y por lo otro y después la cogieron con El Juli.

¿Y David de Miranda? Nada, y a por todas. “Despreciado”, el último, salta echo una furia y de una vez dos orticinas, lances a medios y una media quieta. Luego como una estaca en la boca de riego espera el galope desde tablas para dos cambios por pecho y espalda hieráticos, un cambio de mano y otro de pecho que hicieron rugir la plaza. Lo que siguió fue un duelo de bravura contra valor.

Ambos querían el terreno. El hombre sembrado en él y el toro reclamándolo fiero a cada viaje. El ventarrón que agitaba la muleta ponía un elemento más de susto. Cinco derechas, templadas, enjundiosas, aguantadas. Ni un milímetro atrás, el cambio de mano y el forzado. Y otra tanda igual de altísima tensión y en medio del jaleo. Las de naturales, que fueron tres, de a cinco con sus broches, tuvieron mucho contenido. Y de nuevo la diestra y una arrucina improvisada y los bernadinas apretadísimas y el gran toro, el de la feria, no me digan que no, seguía dando y dando guerra cuando se encontró el estocadón que le hizo los honores. Merecía la vuelta al ruedo y no se la pidieron, y Usía que anda regalando tantas cosas tampoco se la otorgó. Pero la ovación fue de padre y señor mío. Después las orejas, la locura, la puerta grande y el final feliz para un hombre que ha mascado la desgracia.

Paco Ureña, volvía después de su grave lesión y el afecto declarado con la ovación de saludo en el tercio le acompañó toda la tarde. Lo correspondió no solo con el brindis primero que relegó al segundo turno a SM D Juan Carlos I, sino con su toreo, sobrio, clásico y expuesto. Su lote fue muy noble y él en torero. Pinchó antes de una gran estocada y le dieron una celebrada vuelta al ruedo. Al quinto lo pinchó de nuevo, le avisaron y le puso la espada caía. Mucho para Madrid (antes, digo). Y el recibió la oreja, muy serio y con pudor se la pasó a su banderillero. ¡Ay su señoría! D Trinidad López Pastor Expósito, que usted preside la primera plaza del mundo ¿No se ha dado cuenta?

El Juli, solvente, oficioso, fácil, en medio del huracán, lidió sus tres malos toros, los dos del sorteo y el que el palco le echó “para salvar el espectáculo”. Su pecado y no venial fue la suerte suprema en este, dos pinchazos saliéndose a lo Curro Romero, un espadazo caído, un aviso y los pitos para ambos.

Siete juanpedreños. Seis de Juan Pedro Domecq y uno cuarto bis deAlgarraSeis cinqueños. Diversamente presentados, que arrojaron en báscula 577 kilos promedio. Tres negros, tres castaños y un colorado, jugaron de forma distinta. Desde mansos sosos, pasando por mansos broncos hasta el gran sexto, el toro de la feria.

Una corrida llena de incidencias intensas que la plaza pletórica vivió con mucha pasión y que debe estar dando mucho de que hablar.

FICHA DEL FESTEJO

Madrid. Viernes 24 de mayo de 2019. Plaza de Las Ventas 11ª de San Isidro. Lleno de no hay billetes. Sol, nubes y  mucho viento. Seis toros de Juan Pedro Domecq, y un 4º bis de Algarra diversos de presencia y juego, bravo el 6º.

El Juli, silencio y pitos tras aviso.

Paco Ureña,vuelta tras leve petición y oreja protestada tras aviso.

David de Miranda, confirmación, palmas y dos orejas.

Incidencias: El tercero fue devuelto ya iniciado el tercio de muerte, con protestas al palco.

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