El gaditano se lleva dos ovaciones por su valerosa torería. La gesta de Castella termina sin toreo y en silencio. Los detalles de Pepe Moral no alcanzaron. Enorme y temperamental encierro.
Siete de Miura. Se corrió el primer sobrero como 6º bis. Bien, presentados en su tipo, agalgados, de gran alzada y con mucha romana. Cuatro cuatreños, el resto, tercero, cuarto y sexto cinqueños. Cuatro negros, dos cárdenos y un colorado dieron en promedio 630 kilos. Bravos en los primeros tercios donde se les castigó muy duro, sacaron genio y defensa en los últimos.
Sebastián Castella, porfío por ayudados cautos al más liviano de la tarde. Un toro que fue ovacionado de salida y dio y recibió lo suyo en varas, tomando con franqueza el sobrio quite de Chacón por delantales, pero que al final se lo pensó y arreó arriba pareciendo acusar el duro castigo recibido. Media espada caída puso fin a sus días.
Cerró el francés su gesto de matar los miuras en Sevilla con “Ratón”, homónimo de aquel pintobarreiro que Manolete inmortalizara en Las Ventas. Ni parecido. Este, superlativo en todo, con sus cinco años, su imponente altura, su cabezota, sus 670 kilos y toda la leyenda familiar a cuestas. Impuso de salida. Unos lances al paso antes de cederlo a Juan Melgar quien aprovechando la encelada recarga se la cobró en sangre y le pegó sin ahorro. Tanto que José Chacón pudo saludar en banderillas y Sebastián hasta echarle unos muletazos arriba. Luego, claro, se defendió cabeceando hasta la silente muerte.
Octavio Chacón saludó templando a la verónica y quitó gustoso por chicuelinas y dos medias lentas, replicando a Moral. “Volador” que atacó de largo al caballo de Juan Francisco Peña, apretó los banderilleros y en el último tercio, calculador e incierto, avaló una lidia de valor y poderío muy aguantada, que la plaza respaldó en pleno. Tras el pinchazo, el volapié honesto, a toro parado, dejó una estocada ida que requirió tres descabellos y dos avisos. Pese a ello la ovación con saludo cotizó la lidia.
Muy torero estuvo el de Prado del Rey, con el complejo quinto, bajando las manos, acompasando y ganando hacia los medios en las verónicas, alternando en los quites de nuevo con Moral y jugándose todo contra lo imposible, a punto siempre de la cogida. Una lidia decimonónica, como la exigió todo el prebelmontino encierro. Da gusto ver que aun haya toreros andantes. Esto no muere. La estocada honda ganó una nueva ovación en el tercio.
Pepe Moral. “Costurero” no se dejó del capote, pero sí de Juan Antonio Carbonell que le dio a placer. Con los banderilleros volvió a la insolidaridad. Sin embargo, después del brindis al público y castigar por bajo la muleta descubrió vetas de nobleza y templó y ligo a diestra y siniestra pases de jaleo musical. Todo iba viento en popa hasta la espada en guardia, los dos pinchazos, los cuatro golpes de cruceta y el aviso caminado que los hasta poco antes aplaudidores no quisieron perdonar.
Vio devolver al cincoañero sexto por inútil y cerró la feria con “Tortolero” un negro cuatreño de amplia cuna que no dio juego. La porfía estéril encontró punto final en una estocada silenciosa.
La anunciada gesta de Castella con los Miuras pasó desapercibida. Pepe Moral con algunos momentos buenos no fue más afortunado, Mientras Octavio Chacón sacó lo que requieren los toros así, a punta de valor y dignidad se impuso y salió de la Maestranza con el respeto de todos, doblemente ovacionado. Murió sin mucha felicidad una feria feliz.
FICHA DEL FESTEJO
Sevilla. Domingo de mayo de 2012. Plaza de la Maestranza. 12ª de Feria. Tres cuartos de aforo. Sol y calor. Siete toros de Miura, muy bien presentados en su tipo, con 630 kilos de promedio, cinqueños 3º, 4º y 6º.
Sebastián Castella, silencio y silencio.
Octavio Chacón, saludo tras dos avisos y saludo.
Pepe Moral, silencio tras aviso y silencio.
Incidencias: Saludó Saludó José Chacón tras parear al 4º.