Su majestad el toro de lidia: cerca de treinta variedades dentro de las cinco castas fundacionales del toro bravo
LA CRIANZA DEL TORO DE LIDIA APARECE RECONOCIDA COMO PATRIMONIO CULTURAL EN LA LEY
Su majestad el toro de lidia: cerca de treinta variedades dentro de las cinco castas fundacionales del toro bravo
Alza, toro de España: levántate, despierta.
Despiértate del todo, toro de negra espuma,
que respiras la luz y rezumas la sombra,
y concentras los mares bajo tu piel cerrada.
Llamo al toro de España. Miguel Hernandez
En el corto espacio que nos permite un artículo y siguiendo el espíritu de esta sección, lo primero que intentaremos hacer será acercar la figura de nuestro protagonista a los lectores, sobre todo ahora que por todas partes se habla de él por acercarse la tradicional y de todos conocida Feria de San Isidro.
Para ir sentando bases y aclarar la polémica, lo primero será confirmar que la raza bovina lidia, está reconocida como “Raza Autóctona Lidia” por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que la describe como “Raza creada a partir de ganado autóctono que había en la España peninsular de los siglos XVI al XVIII…. Seleccionada exclusivamente para los espectáculos taurinos siguiendo diferentes criterios”. Esta raza está formada en la actualidad por cinco de las castas fundacionales (Gallardo, Vazqueña, Cabrera, Navarra y Vistahermosa), que cuentan a su vez con 28 variedades o encastes dentro de ellas.
Lógicamente y como no podía ser de otra manera en un tema tan controvertido como es el mundo del toro, hasta su “calidad” como raza es objeto de debate, y por ejemplo mientras que para los animalistas, según Luis Gilperez reconocido animalista y antitaurino, “los toros de lidia actuales no son sino animales mestizos que no pertenecen a ninguna raza determinada…con características que comparten con otros muchas especies e incluso con ejemplares de otras razas bovinas”, no teniendo a su juicio por tanto más valor que cualquier otra subespecie (la raza avileña, por ejemplo), por el contrario para los taurinos, según Borja Cardelus, Director General de la Fundación Toro de Lidia, se la puede llegar a considerar como “la raza de razas”… Ahí queda eso dicho por alguien que es hijo del que fue presidente del Patronato de Doñana, que cuenta con el Premio Nacional de Medio Ambiente (2001) y la Medalla al Mérito Agrícola…Entre otros muchos reconocimientos medioambientales.
Pintura rupestre.
Pero buscando la imparcialidad y dejando a un lado las opiniones que se podrían considerar como partidistas, nos remitiremos a una versión entendemos que imparcial y con fundamento científico, como es el estudio realizado en 2015 por la Universidad de Sevilla, junto con el Departamento de Genética de la Universidad de Córdoba y el Departamento de Investigación del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario de Asturias, que además contó con la colaboración de la Agrupación Española de Ganaderos de Reses Bravas y de otras asociaciones de ganaderos de razas autóctonas y locales bovinas (aunque sea largo, creo necesario citar a los participantes en el estudio para avalar el resultado del estudio), en el que se puso de manifiesto que la información genética que aporta el toro de lidia, a través del cromosoma Y, “hace única a esta raza en el mundo”.
Pero ¿cuáles fueron sus orígenes?, aquí parece haber una cierta coincidencia a la hora de determinarlos. Para no ser exhaustivos y cansinos, diremos que el uro o bos parece ser que fue el antepasado de todas las razas bovinas domesticas existentes en la actualidad. Por ponernos técnicos diremos que nuestro toro bravo descendería del Bos primigenius (uro europeo) del que ya existen referencias de su existencia en la península ibérica desde hace 700-800 mil años y a su vez de él descendería el Bos taurus actual del cual según Cossio, descenderían el Bos taurus célticus (vacunos del norte de España), el Bos taurus africanus (raza extremeñas y andaluzas) y el Bos taurus ibericus ( centro peninsular), que también daría toros de lidia siempre que se cruce con los anteriores.
Pero el toro está ligado a nuestra historia desde siempre puesto que ya en las pinturas rupestres aparecidas en la península ibérica (las Cuevas de Altamira, por ejemplo) de hace más de 15.000 años aparece representado normalmente con fines mágicos, ya que debido a su bravura era considerado como un animal casi sagrado. Pero donde realmente primaba el toro como animal venerado era en el levante español, mientras que en el norte de España, el más representado era el bisonte.
Como curiosidad y como opción turística, os puedo comentar la existencia de un centro ceremonial dedicado al culto del toro en Vilar del Humo en la provincia de Cuenca que contaría entre los 8.000 y 3.500 años de antigüedad y que entraría dentro de esa cultura del toro enmarcada en el entorno levantino que antes citábamos.
Como es normal, el primer uso que se le dio a este ganado fue el de productor de carne y leche, aunque parece que ya sobre el s. XIV, algunos de los ejemplares de las razas criadas para carne (berrenda, cárdena, salmantina, retinta, etc.) debido a la bravura que presentaban, también fueron utilizados para la lidia. No será hasta el XVIII , con el nacimiento de las corridas tal y como las conocemos hoy (1.728, según Ortega u Gasset), cuando se empiezan a crear las primeras granjas de toros específicamente para la lidia, comenzando entonces la selección, los cruces y demás encaminados a la mejora de la raza.
No es necesario seguir abundando en el aspecto histórico para evaluar la importancia el toro en nuestro país. Desde animal sagrado hasta rey de nuestra fiesta nacional, ha pasado por diferentes etapas pero en todas ellas siempre con un papel relevante tanto a nivel económico, social y medioambiental, pues sin el nuestras dehesas no serían lo mismo.
Como referencia, según un informe de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, en España existen más de 976 explotaciones ganaderas de raza de lidia, que cuentan con un censo de 213.457 animales inscritos en el Libro Genealógico de la Raza Bovina de Lidia, que se extienden por más de 250.000 hectáreas de dehesa.
También hay que destacar que el toro de lidia no se produce solo en nuestro país, también lo podemos encontrar en nuestros países vecinos Portugal y Francia, a la vez que en México, Colombia, Perú, Ecuador y Venezuela.
El toro ha sido, es y será un elemento distintivo de nuestro país, tanto es así que cuando en 1956, las bodegas Osborne lanzan una campaña publicitaria basada en la colocación en las carreteras de la imagen de un toro, esta con el paso del tiempo se ha llegado a convertir en parte de la identidad de nuestros pueblos.
La lastima es que el toro no haya conseguido ser reconocido como símbolo de nuestro país, ya que según declaro en 2017 el Tribunal Supremo en una sentencia al respecto de una pelea entre marcas, “el toro, por muy arraigado que esté como símbolo de España, no es un símbolo oficial.” Quizá ya va siendo hora de que lo sea…y tarea nuestra reivindicarlo.
Si la crianza del toro de lidia ya aparece reconocida como Patrimonio Cultural en la Ley 18/2013, sobre la regulación de la tauromaquia como Patrimonio Cultural, esperemos que ahora que de repente todos los políticos son taurinos, pasadas la elecciones lo demuestren y se ocupen de esta raza de la que algunas de sus poblaciones, aunque parezca mentira, también pueden estar consideradas como en riesgo de extinción.
Y para finalizar, vamos a ver un aprovechamiento del toro mucho más desconocido de lo que nos pensamos, su carne. Cuando hablamos de carne de toro, lo primero y quizá lo único que se nos ocurre sea el “rabo de toro”, del cual me confieso autentico devoto. Según Mario Sandoval, Presidente de Asociaciones de Cocineros y Reposteros de España además de contar con dos estrellas Michelin, dice sobre la carne del toro de lidia que “nos encontramos ante el gran lujo desconocido de este país.” En esta línea y para poner en valor esta carne de una manera coordinada y canalizada, en 2015 se constituye FEDELIDIA (Federación de Asociaciones de Raza Autóctona de Lidia) que agrupa a las cinco asociaciones ganaderas de lidia.
Nos encontramos así ante un producto “natural que favorece la sostenibilidad del mundo rural” según la Unión de Criadores de Toros de Lidia, al que tenemos que conocer y disfrutar como se merece. Os aseguro que no os va a defraudar.
¿Alguien da más?