Ahora resulta que una Ley de la República puede ser burlada por un funcionario que máximo puede expedir decretos municipales, normas que son inferiores frente a la Ley.
Y finalmente el Alcalde Peñalosa dijo si a las dos corridas que faltan de la corta temporada capitalina.
La pregunta es ¿por qué el “plan” es todos contra los toros? ¿Por qué el Alcalde sale con ‘alcaldadas’ como la de sacar un decreto municipal violatorio de la Ley 916 de 2004 “por la cual por la cual se establece el Reglamento Nacional Taurino”, que en artículo 22 autoriza la entrada de menores de 10 años a los espectáculos taurinos siempre y cuando asistan acompañados de un adulto?.
Ahora resulta que una Ley de la República puede ser burlada por un funcionario que máximo puede expedir decretos municipales, normas que son inferiores frente a la Ley.
Pero ahí no paran los despropósitos. Ahora resulta que los antitaurinos tiene asiento en una mesa del PMU previo a la realización de los festejos taurinos y en este ámbito gubernamental opinan, sugieren y casi que exigen.
Para el Alcalde no hay problema en poner a “cuidar las galletas a Lucas el peludo monstruo” o en “dejar que los del partido contrario cuenten los votos en las elecciones”. ¿Qué equilibrio es ese?
En fin… lo raro es que terminaron prohibiendo el ingreso y consumo de licor a la plaza de toros, según el Alcalde, por cuanto “en un espectáculo público donde asisten menores no se puede vender o consumir licor”. Excusa que solo se aplica al centro de eventos taurinos, pues en el estadio El Campín no sólo entran una mayor cantidad de niños, sino que venden cerveza en sendos vasos por todas las graderías. ¿Será que los niños que van a los Toros están más propensos a embriagarse con el vino que toman sus padres? La verdad no creo.
