La última tarde de la Feria Taurina de Manizales destacó las impecables labores de los subalternos, cuyo compromiso y destreza enaltecen la tauromaquia. Además, el retiro del célebre picador colombiano Cayetano Romero, ovacionado por la afición, marcó un emotivo cierre en la Monumental.
Redacción: Juan Pablo Garzón Vásquez- www.enelcallejon.co/ – Web Aliada
Manizales – Colombia. La Feria Taurina número 70 de Manizales cerró con broche de oro en una tarde cargada de emociones y actuaciones que reflejaron la importancia de los subalternos, tanto de a pie como de a caballo, quienes, con profesionalismo y entrega, fueron protagonistas de una jornada memorable.
El primer toro de la tarde fue recibido con la vara precisa de Efraín Ospina, que, aunque un tanto desprendida, fue merecedora del aplauso de los tendidos. La brega estuvo a cargo de Emerson Pineda, quien, templado y oportuno, demostró su habilidad en el manejo de los terrenos. Los banderilleros Cándido Ruiz e Iván Darío Giraldo brillaron con pares bien ejecutados, elevando el ánimo del respetable.
Con el segundo de la tarde, Manuel José Bernal enfrentó con valentía la acometida del astado, dejando una vara ligeramente caída. Rafael Viotti mantuvo la línea de una brega precisa y sin excesos. En banderillas, Alex Benavidez y Héctor Fabio Giraldo ejecutaron de manera adecuada, aunque los rehiletes no siempre quedaron en lo alto.
El tercer burel fue ocasión para que Adelmo Velásquez brillara con una vara medida y en el punto justo, siguiendo las indicaciones del matador. José Calvo destacó en la brega por su dominio de los terrenos, mientras que Carlos Rodríguez y Andrés Herrera cumplieron con un gran tercio de banderillas, destacándose Rodríguez, quien saludó montera en mano.
El cuarto toro trajo consigo un momento no habitual. Luis Viloria, en su turno, ejecutó un segundo puyazo excelente luego de que el astado se escupiera hacia Adelmo Velásquez quien cuidaba la puerta. La brega de Cándido Ruiz fue precisa y oportuna, mientras que Emerson Pineda e Iván Darío Giraldo recibieron ovaciones por su entrega en la suerte de banderillas, pese a que Giraldo el par le quedó incompleto.
El quinto toro marcó un hito histórico. Cayetano Romero, picador de enorme trayectoria y mayoral de la ganadería Mondoñedo, dejó una vara magistral que fue ovacionada por el público. Su despedida de los ruedos fue uno de los momentos más emotivos de la jornada. Romero, rodeado por sus compañeros subalternos y matadores de la tarde, fue honrado con una calle de honor y llevado en hombros mientras los tendidos, en pie, le rendían tributo.
Para cerrar la tarde, William Torres brilló con una vara impecable y llena de temple. Carlos Rodríguez manejó la brega con gran solvencia, mientras que José Calvo y Andrés Herrera colocaron pares efectivos, demostrando oficio y profesionalismo.
Trofeos y Reconocimientos de la Feria:
El triunfador indiscutible de la Feria fue el matador antioqueño Juan de Castilla, quien logró dos salidas en hombros gracias a sus buenas actuaciones. La faena destacada, fue la realizada el 7 de enero ante el toro “Buenavida” de Santa Bárbara, fue la que le valió el trofeo “La Catedral”.
La mejor ganadería fue Ernesto Gutiérrez, de Manizales, y el mejor novillero, Felipe Negret, quien cortó dos orejas en el festival benéfico. El trofeo al mejor toro, concedido por la Barra 5 de Bogotá fue para “Cadenero”, de 460 kg, perteneciente a la misma dehesa. Por último, el trofeo Voceador de La Patria fue concedido al matador Daniel Luque por su faena al toro “Gladiador” de Juan Bernardo Caicedo.
Con la culminación de esta feria, Manizales reafirma su lugar como epicentro de la tauromaquia en Colombia, donde las ordenadas labores de los subalternos, el arte de los toreros y la despedida de figuras legendarias como Cayetano Romero se entrelazan para celebrar la grandeza de la fiesta brava.
