Lo Que No se Vio en la del Cierre de Manizales

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Manizales, enero 11 de 2025 – Hoy llegamos al final de la Feria de Manizales, en sus 70 años. La empresa se encargó de organizar una Feria de campanillas y hoy hubo muchos detalles.

En horas de la mañana el matador Antonio Ferrera estuvo en horas de la mañana, en el ruedo de la plaza de Manizales acompañando a los muchachos de la escuela taurina de la ciudad. El torero acompañó la clase hasta el medio día.

En el ruedo del redondel sonoro fue diseñado un aviso que dice 70 años de vuelta al ruedo. Hay Manizales del alma.

En el inicio hizo presencia el destacamento de mujeres y banda de músicos del Batallón Ayacucho de la ciudad de Manizales

Hubo un homenaje de los monosabios al maestro Enrique Ponce. Igualmente al doctor Juan Carlos Gómez.

El primero con poca apariencia y en principio tardó.

Buena capa del maestro pese a lo tardo del ejemplar.

La sapiencia del maestro y su conocimiento estuvieron siempre en favor de la estética, su cátedra en beneficio del de Gutiérrez. Lo que falto, el de Chiva lo puso. El público correcto acató el mandato del palco, que en este entregó un trofeo Justo.

El maestro Ponce pidió a su banderillero Emerson Pineda le guardara la oreja cortada.

El segundo de la tarde, también apañadito de diciembres.

Castella brindó Luis Bolívar.

Castella construyó un faena muy interesante, la cual de haber sido rubricada, uniese habido trofeos.

Juan de Castilla nos regaló una faena de mucha raza, ante un ejemplar noble y bravo. La espada y los aceros en general se llevaron los trofeos que justamente había cosechado.

El maestro Ponce nos regaló una faena interesante en la técnica y rica en el recurso, espada defectuosa y dos orejas.

Castella encontró en el quinto un pozo seco del cual no hubo la menor posibilidad de lucimiento, aunque la voluntad la hubo.

El quinto se distraía al momento de entrarlo a matar y eso perjudicó la suerte de Castella.

Luego de que doblará el quinto salieron un par de picadores a caballo y todas las cuadrillas para ver desfilar a Cayetano Romero, quien se despidió de los ruedos.

Juan de Castilla salió a por todas y nos regaló una actuación seria, entregada donde la técnica y el buen momento que atraviesa afloraron. Los deseos de agradar no se dejaron ganar. Lo centrado sirvió para la construcción de una faena entonada. Mato y las vos orejas.

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