España cuenta con más de 70 escuelas taurinas, según el ministerio de Cultura, pero la edad legal mínima para ser matador es de 16 años.
Redacción: portafolio.com
El Senado francés rechazó este jueves prohibir la asistencia a las corridas de toros a los menores de 16 años, una medida poco corriente en los países donde se celebra este espectáculo.
España: Criterio regional
En España, cuna de este espectáculo, no existe una prohibición nacional, aunque algunas regiones lo prohíben con diferentes criterios.
En el País Vasco, los menores de 16 años han de ir acompañados a los toros y, en Galicia, está prohibida la asistencia a los menores de 12 años.
España cuenta con más de 70 escuelas taurinas, según el ministerio de Cultura, pero la edad legal mínima para ser matador es de 16 años y tras participar en al menos 25 novilladas.
Colombia: Decisión local
A la espera de la entrada en vigor en 2027 de la prohibición de las corridas en Colombia, su autorización depende de los gobiernos locales, en virtud de una sentencia constitucional de 2018.
En Cali y Manizales aún se celebran corridas donde está permitido el ingreso de menores. Los «niños mayores de 3 años pueden entrar con boleta en mano», según la plaza manizaleña.
En ocasiones, también han participado menores, provocando más de una controversia. En Colombia, existen escuelas de tauromaquia donde se han formado cientos de niños.
México: Actores privados
Más allá de normativas oficiales, los propios establecimientos donde se realizan corridas mantienen reglas que prohíben el acceso a menores, pero se trata de decisiones de actores privados.
Senadoras mexicanos presentaron en los últimos años propuestas para prohibir la asistencia de menores y las escuelas taurinas, pero no prosperaron.
Las corridas de toros están prohibidas solo en 5 de los 32 estados mexicanos. En once de ellos, existen escuelas taurinas, que acogen niños a partir de los 8 años.
Perú: Niños sí, clérigos no
En Perú, una corte de justicia constitucional de Lima prohibió en 2021 la formación y participación de niños toreros en las corridas, para protegerlos «contra la violencia» y la «explotación».
Sin embargo, el juzgado declaró infundado un pedido que quería prohibir a los niños y adolescentes asistir como espectadores a las corridas.
En Perú, donde ya hay más plazas de toros (199) que campos de fútbol (80), los clérigos no pueden ver corridas ni participar en ellas, en virtud de una bula papal del siglo XVI.
Venezuela: Fallos judiciales
El Parlamento venezolano tiene pendiente la aprobación de una ley contra el maltrato animal, en la que activistas han pedido que se incluya la prohibición definitiva de las corridas de toros.
Por el momento, los activistas han logrado su erradicación en algunas ciudades como Caracas o Maracaibo, la segunda ciudad del país, donde la alcaldía las prohibió en 2017.
Años antes, en 2013, un tribunal prohibió el acceso de menores de 18 años a la plaza de Maracaibo y, dos años después, otro fallo judicial restringió el acceso en Mérida.
En la actualidad, las corridas se celebran especialmente en los estados de Táchira y Mérida (oeste), donde hay incluso escuelas de tauromaquia para niños.
Ecuador: Ingreso denegado
Una consulta popular promovida por el entonces presidente socialista Rafael Correa (2007-2017) prohibió en 2011 la muerte del animal en la arena en 127 de los 221 cantones de Ecuador, incluido Quito.
Esa medida, votada por jurisdicciones y por lo cual no tuvo apoyo total, acabó con la tradición taurina en la capital ecuatoriana, donde la plaza para 15.000 personas está en desuso desde 2012.
En Ecuador, los menores de 16 años no pueden asistir a los espectáculos con «maltrato de animales», como las corridas.
Portugal: Apoyo presidencial
En 2021, el entonces gobierno socialista de Portugal prohibió la asistencia de los menores de 16 años a las corridas, pero el presidente conservador rechazó esta ley y obligó a celebrar un nuevo proceso legislativo, actualmente en punto muerto.
Según la legislación en vigor, la edad mínima para asistir a un espectáculo de tauromaquia es de 12 años, pero los niños de entre 3 y 12 pueden hacerlo si están acompañados de un adulto.
