Enrique Ponce se despide de Acho por la puerta grande

Joaquín Galdós paseó una oreja de peso ante el cuarto de la tarde

Redacción: Luis Miguel León mundotoro.com

Enrique Ponce dijo adiós a la plaza de toros de Acho por la puerta grande tras cuajar una importante faena al quinto de El Pilar, el último del de Chiva en el coso peruano. Una faena marcada por la técnica y la maestría que atesora el valenciano. Un adiós de figura. Joaquín Galdós le cortó una oreja al cuarto de la tarde tras una importante actuación basada en el temple y la inteligencia a la hora de entender y conectar con su oponente. Perdió una oreja al pinchar su faena al segundo y poco pudo hacer ante el sexto bis deslucido.

Salió el quinto de la tarde, el último toro de Ponce en Acho, con más alegría que los anteriores de su lote. Dejó verónicas de bella factura rematadas con una preciosa media. Brindó su última faena al público de Lima y comenzó sobre la mano derecha, en un inicio que conectó ya con los tendidos de la plaza de Acho. Las series por el pitón derecho estuvieron marcados por al despaciosidad y los pases de pecho de mucha largura. Por el pitón izquierdo, el toro tenía menos opciones. Sin embargo, el de Chiva dejó naturales de gran calidad. Remató su faena con unas poncinas y una última serie de derechazos exprimiendo al toro. Estocada fulminante y dos orejas.

El toro de El Pilar que abrió la tarde no tuvo mucha entrega en su embestida, a la que faltó mayor transmisión. Enrique Ponce hizo una faena todo a favor del astado salmantino, intentando alargar su embestida. Poco a poco, el valenciano cuajó un trasteo en el que destacaron los pasajes por el pitón derecho, con muletazos muy templados. Pinchazo y estocada caída. Silencio.

Pocas opciones tuvo Enrique Ponce con el soso tercero. El valenciano lo intentó por ambos pitones con un toro muy deslucido por su escasa raza. Tuvo que abreviar. Estocada caída. Silencio.

Abanto de salida fue el cuarto de la tarde, al que fijó Galdós en el capote con unos lances poco lucidos por la condición sosa del animal. Brindó el toro al público y después cuajó meritorias series de muletazos de bella factura, especialmente por el pitón derecho. Una faena marcada por la técnica y la inteligencia, entendiendo a la perfección las condiciones del animal. Dejó momentos de mucha exposición, con circulares de frente e invertidos en los terrenos de las cercanías. Pinchazo y estocada casi entera al segundo intento. Oreja.

Una buena faena cuajó Joaquín Galdós frente al segundo. El peruano, que brindó a Enrique Ponce, cuajó una faena de gran importancia por el pitón derecho, con muletazos de mucho temple, mano baja y largo trazo, que contaron con la rúbrica de inmensos pases de pecho. Una faena que llegó mucho a los tendidos. Sin embargo, un pinchazo previo a la estocada reprimió la petición de oreja. Saludó una ovación

El sexto de la tarde fue devuelto tras mostrar un problema de visión. Salió suelto un sobrero al que paró Galdós en la puerta de los chiqueros, dejando buenas verónicas rematadas con una media. Comenzó la faena con unos doblones por abajo pegado a las tablas. Lo intentó por ambos pitones, pero el toro embistió calamocheando y dificultó el lucimiento. Hubo voluntad, pero poco material. Pinchazo y media estocada. Silencio

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