Pese al intenso frío y la pertinaz llovizna que prevaleció durante este domingo, concluyó la Feria de Pachuca, Hidalgo.
La plaza Vicente Segura recibió a casi cuatro mil espectadores, que pese a las condiciones climáticas aguantaron impasibles la celebración de esta corrida que da por concluida la feria pachuqueña.
Se jugaron siete toros zacatecanos de Boquilla del Carmen bien presentados y uno de Coronado que sustituyó a uno de la ganadería titular tras haberse despitorrado al rematar en un burladero. Destacó el corrido en cuarto lugar el cual fue ovacionado en el arrastre.
El joven rejoneador Javier Funtanet, encargado de abrir el festejo, sigue mostrando progresos en su quehacer taurino. Pese a que en su primer toro fue silenciado, en su segundo tuvo petición de oreja tras clavar con certeza rejones y banderillas, yendo de frente y clavando bajo el estribo. Tras despachar a su enemigo dio vuelta al ruedo.
El español Antonio Ferrera, quien llegó con el ánimo a tope luego de que el viernes pasado indultara un toro en Ciudad Juárez, cortó la oreja de su primero, una reserva de Coronado luego de que su toro se despitorrara al rematar en un burladero. Con él, Ferrera tuvo pasajes interesantes logrando muletazos de mucha importancia por ambos lados, es innegable que Ferrera atraviesa por gran momento, tras cobrar una buena estocada el juez le premió con un apéndice, con su segundo estuvo afanoso pero falló con la espada y escuchó un aviso.
Ernesto Javier “Calita” tuvo una relevante actuación con el primero de su lote y muy penoso resultó que el juez de plaza le negara la oreja. Calita lució con el percal y con la muleta mostró oficio, valentía, pero sobre todo una entrega absoluta. En su segundo escuchó palmas.
Por su parte Diego Silveti, mantiene su racha triunfal y este domingo volvió a salir en hombros, luego de cortar una oreja a cada uno de sus enemigos. Pese a las condiciones del ruedo, convertido en un barrizal y el clima helado, Silveti mantiene el paso y el gusto por realizar trasteos templados y artísticos, siempre dispuesto y buscando faenas por ambos pitones.
Al final, el público se olvidó del frío ovacionando a Silveti que salía por la puerta grande.
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