Ferrera en Estado de Gracia Deslumbra en Ubrique con Dos orejas y Rabo

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En una tarde cargada de inspiración, Antonio Ferrera brilló en la segunda corrida de la Feria de Ubrique al cortar dos orejas y rabo a un extraordinario toro de Calejo Pires. Compartió cartel con El Payo y Alfonso Cadaval, quienes también pasearon trofeos en una jornada marcada por la bravura de los toros de Calejo Pires y Lagunajanda.

Redacción: Juan Pablo Garzón Vásquez

Chía – Colombia. El pasado 14 de septiembre, la Plaza de toros de Ubrique fue testigo de una tarde memorable, en la que Antonio Ferrera alcanzó la cima del toreo, firmando una obra de arte ante un cuarto toro de Calejo Pires que fue premiado con el pañuelo azul y al que el diestro extremeño desorejó, logrando cortar también el rabo. La corrida, segunda de la Feria de Ubrique, contó con toros de las ganaderías de Calejo Pires y dos astados de Lagunajanda (segundo y sexto), destacándose la bravura y calidad del cuarto, que fue reconocido con una vuelta al ruedo.

El primer toro de Ferrera, un ejemplar nada fácil, mostró su falta de humillación desde el inicio, obligando al torero a emplear toda su sapiencia y recursos. A pesar de las complicaciones, el diestro mantuvo la calma, logrando extraer muletazos de mucho mérito. Sin embargo, las condiciones del astado no permitieron que la faena alcanzara mayores alturas, y el público, consciente de su esfuerzo, le otorgó una calurosa ovación que reconoció su empeño y profesionalismo.

Pero la tarde daría un giro definitivo cuando saltó al ruedo el cuarto de la tarde, un toro extraordinario de Calejo Pires, que desde los primeros compases mostró bravura, calidad y entrega en sus embestidas. Ferrera, maestro consumado en la interpretación de los tiempos y ritmos del toreo, supo conectar de inmediato con las virtudes del astado. Lo recibió con verónicas suaves, llenas de cadencia y empaque, llevando al público de Ubrique al éxtasis desde los primeros lances.

Con la muleta en mano, Ferrera construyó una obra cargada de inspiración, conjugando el arte con la técnica en una faena donde los tiempos parecieron detenerse. Las tandas por el derecho, de trazo largo y profundo, llevaron a la muchedumbre a vibrar con cada pase, mientras que al natural, el torero extremeño dibujó series de una despaciosidad y lentitud sublime, llevando siempre al toro embebido en los vuelos de la muleta. La estocada fue la rúbrica perfecta a una obra cumbre, mereciendo los máximos trofeos de la tarde: dos orejas y rabo.

La vuelta al ruedo del toro premiado fue el colofón a una faena que quedará en los anales de la Feria de Ubrique, y que consolidó a Ferrera como uno de los toreros más inspirados y artistas de la actualidad.

En cuanto a sus compañeros de cartel, El Payo dejó también una grata impresión en Ubrique. El mexicano, que tuvo en sus manos un segundo toro de Lagunajanda con nobleza y recorrido, demostró su buen hacer con el capote, toreando con cadencia y temple, y con la muleta dejó pasajes de gran calidad. Sin embargo, un pinchazo previo a la estocada final le privó de un trofeo mayor, conformándose con una oreja. Frente a su segundo, El Payo exhibió su clásico concepto de toreo despacioso, destacando en las series con la mano izquierda, lo que le valió otra oreja más.

Por su parte, el joven torero sevillano Alfonso Cadaval también tuvo una tarde exitosa. Ante su primer toro, un ejemplar codicioso de Calejo Pires, Cadaval supo plantear una faena bien estructurada, en la que destacó por su temple y la búsqueda constante del toreo largo. Ligó muletazos profundos y con mucha conexión con los tendidos, lo que le permitió cortar dos orejas en su primera faena. Ante el sexto, un toro de Lagunajanda, Cadaval volvió a demostrar su buen momento, cortando una oreja más tras una faena de menor brillo pero de notable eficacia.

Los toros de Calejo Pires, bien presentados y bravos en general, permitieron el lucimiento de los toreros, en especial el cuarto, que fue indultado con una vuelta al ruedo por su nobleza y bravura. Los dos astados de Lagunajanda también mostraron buena condición, contribuyendo a una tarde completa de toros y toreros en estado de gracia.

La Feria de Ubrique continúa consolidándose como uno de los eventos taurinos más importantes de la región, y esta tarde quedará marcada por la actuación sublime de Antonio Ferrera, quien con su toreo de inspiración y temple dejó una huella imborrable en la afición gaditana. Ferrera, en plena madurez artística, demostró una vez más por qué es considerado uno de los grandes intérpretes del toreo actual, y por qué su nombre sigue brillando con luz propia en los carteles más importantes del panorama taurino.

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