Manizales: A Ojo de Buen Cubero, No Hay Derecho a las Mentiras Ganaderas

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Redacción: Javier Enrique Baquero Pardo – JABA

Manizales – Colombia. No hay derecho a que ayer en Manizales se hallan lidiados, astados que visiblemente no pasaban un examen de dentadura post mortem. Un encierro que desde el sorteo despertaba sospechas, pues los bautismos de los toros frente a las fechas de nacimiento entregadas tardíamente por los ganaderos no se corresponden con los guarismos de los lomos.

Ahora bien, al caer el tercero de la tarde, en el patio de caballos, uno de los ganaderos, el menor de ellos, manipuló el freno de las mulillas de arrastre, quizás con la intención de demorar un poco la salida de estas, permitiendo una mayor petición en los tendidos. Esta situación se subsanó al intervenir Marcelo Gutiérrez, que se puso en su sitio como propietario del tiro de arrastre de la ciudad de Manizales. Ya lo hecho por Juan de Castilla ameritaba un premio, pero buscar demorar la salida del tiro no agrandaría más la petición, triunfo que para nada tapa lo que los lentes de las cámaras, los celulares y las videograbadoras ya tenían registrado.

Basta ya de que se le engañe al público, un día antes solicitamos permiso para tomar las fotos de los toros y este se nos fue negado y ahora entendemos el porqué.

El cuarto fue otro imberbe y para que si Ferrera se las ve con corridas duras y de gran tamaño. Ferrera incluso pidió picar al pequeño ejemplar y luego lucir con banderillas ante el que pocos pitones tenía. Obviamente, el público enloqueció y perdió el norte de lo que estaba en el ruedo. La locura encontrada en la facilidad de la juventud de un astado.

Ferrera no es culpable de nada y es un artista y aprovecha el libreto que le ponen, hace su papel y si eso deja réditos mejor, pero donde queda la honestidad, donde queda el respeto por un público que quiere ver toros, toros. Manizales es el último bastión de Colombia y así lo estamos matando.

Pasamos de toros, toros en el festejo de Santabárbara, donde los astados fueron aplaudidos de salida por lo mostrado en su lámina a los pitos al salir al ruedo y al arrastre de los imberbes.

Hubo orejas, orejas cortadas por toreros a ejemplares que empañan triunfos.

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