Arbeláez: Oficio y Maestría Evidencia la Grandeza en la Profesión

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Pese a la lluvia, capricho de la naturaleza, que se dio en medio de la sequía de esta población cundinamarquesa, el aficionado acudió a la corrida de feria en Arbeláez, disfrutó del gran momento profesional de Luis Bolívar, la honestidad torera de Rafael de Julia y la dureza que afrontó el rejoneador José Gómez, ante una dispar corrida de Ernesto Gutiérrez.

Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora – https://enelcallejon.webnode.es/ – Web Aliada

Ubaté – Colombia. Debieron pasar algunos días para clarificar las ideas, luego de vivir en la propia plaza, sin recuentos estadísticos de terceros, la corrida de feria del municipio cundinamarqués de Arbeláez, al sur occidente del departamento, exactamente en la provincia del Sumapaz, pues se tienen varias reflexiones desde diferentes ángulos, para la hoy golpeada tauromaquia de nuestro país.

Escuchaba atentamente a algunos peñistas de la Capital de la República, que muy organizados acudieron a este bello coso de Arbeláez, y afirmaban con gran criterio, que una de las formas más contundentes de defender la fiesta es acudiendo a las plazas, de otra forma los argumentos creados por los contrarios a esta tradición cultural y artística, van aprovechando las fisuras para anular la tauromaquia de las actividades feriales. Esta reflexión viene como anillo al dedo, pues con un cartel tan rematado (tanto por el prestigio de la ganadería citada, así como los actuantes) se vio notoriamente la ausencia del aficionado que pisa toda plaza, sin importar el cómo y dónde llegar, así como la limitada o nula difusión en medios especializados del país (así no se salva la tauromaquia).

Pasando al plano artístico, podemos decir que la corrida de la ganadería «Ernesto Gutiérrez«, encaste propio, proveniente de las líneas Murube – Santacoloma y propiedad de Don Miguel Gutiérrez, no tuvo todo aquello que se añoraba, en primera instancia fueron desiguales de presentación y el juego en varios astados dejo bastantes vacíos, solo el lote del colombiano Luis Bolívar tuvo virtudes aprovechables, en orden de lidia podemos decir: Primero: rayo en mansedumbre, tardo, huidizo, se fue a tablas; segundo: noble, bravo, encastado, se arrancó de largo, tuvo raza limitada (se le concedió la vuelta al ruedo); tercero: reservón, manso, agarrado al suelo, se abrigó en tablas; cuarto: noble, que rayo en mansedumbre, se desfondo, huyo a tablas y allí pego medias embestidas; quinto: tuvo calidad, noble, pero fue limitado de casta y raza; sexto y último: fijo, noble, limitado en casta y algo tardo.

Rafael de Julia (Terno grana y oro) demostró la enorme sabiduría que posee, argumento claro de por qué es maestro de la escuela taurina de Madrid (José Cubero «Yiyo») y mejor aún la enorme honestidad, no solo con el público, sino con su profesión. Con el lote menos potable del encierro, dejó ese aroma del buen toreo, tanto en percal como en pañosa destacó sin tacha alguna, fueron dos faenas diferentes desde el punto de abordaje del astado, por las ya señaladas condiciones (poco favorables), pero con una entrega inconmensurable, que a la postre le valio el reconocimiento de la parroquia y que en su segundo toro se le pidiera la oreja; trofeo bien concedido por el palco alto, pues porfió sin medida, busco las vueltas e hilvano una faena de mucho poder, intercalando la buena postura y el arte, la verdad superó con decoro, maestría y profesionalismo lo expresado por el pupilo de Don Miguel.

Luis Bolívar (Terno verde botella y oro) demostró una vez más el gran momento por el que pasa, pues su inigualable oficio con todos los encastes, el profundo conocimiento de los comportamientos de los astados y la claridad de mente con la que cuenta, hizo que los bureles en turno, potencializaran las virtudes con que contaban, estuvo muy en torero con capa, haciéndose con los bureles sin duda; en muleta hilvanó cada faena con tanta dedicación que evidenció a los espectadores los tres cánones del buen toreo: sitio, temple y mando. Sin duda alguna, pese a que la espada cayo en las dos ocasiones pelín tendida y desprendida, los cuatro trofeos logrados fueron un premio más que justo al conjunto de su debut en la Plaza de esta ciudad bonita de Cundinamarca.

El Rejoneador José Gómez Cuellar (Campero azabache y pizarra) no tuvo una muy buena tarde, pues no encontró el camino adecuado para lucir con las jacas toreras, hecho que lo llevo a buscar ayuda constante de los auxiliadores de su cuadrilla, acción que fue reprochada por la parroquia asistente a los tendidos de la plaza. Seguramente esta tarde será referente para él, pues a esta hora ya tendrá clara su reflexión y emprenderá las debidas soluciones para su formación en el arte de Marialba, tiempo al tiempo, ya vendrá esa esperada y anhelada versión mejorada de su expresión artística.

Ficha del Festejo:

Arbeláez (Cundinamarca) – Plaza de Toros «Jesús Hernando Lozano Díaz» – Corrida de FeriaToros de la Ganadería «Ernesto Gutiérrez» desiguales de presentación y juego. Rafael de Julia: Palma y Oreja. Luis Bolívar: Dos orejas y Dos Orejas. José Gómez Cuellar (Rej.): Silencio y Silencio.

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