Madrid: Uceda y Robleño, un Toro Sin Espada

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Primero y cuarto, los dos mejores toros del encierro de Valdefresno, dejaron en el fallo a espadas el triunfo de los dos madrileños en la Goyesca.

Redacción: Marco Antonio Hierro – Foto: Luis Sánchez Olmedo – Cultoro.es

Madrid – España. Seis toros de Valdefresno eran la materia prima ganadera, este 2 de mayo, en la tradicional corrida de toros goyesca en Las Ventas en un cartel muy madrileño, ya que hacían el paseíllo, mano a mano, Uceda Leal y Fernando Robleño.

Un Uceda soberbio al natural se deja una oreja con la espada en el enclasado primero

El primer Valdefresno de la goyesca, generoso de perfil y de badana, resultó muy corto de lomo para su origen, del que sí sacó los dos regates que le pegó a Uceda en el saludo capotero. Pronto, muy pronto cantó la gallina, y antes de que José Ignacio pidiese permiso ya estaba en terrenos del 5. Pero, una vez puesto en terreno y al albergue del 8, el inicio de Uceda, sin pensarse mucho las distancias, mostró un toro con fondo que le pedía más compromiso. Y se lo dio el madrileño, que se dio cuenta pronto de la suprema clase de un animal que tuvo 15 arrancadas soberbias hasta que dijo basta. Y después no hubo ni una más. Sobresalió el toreo al natural de Uceda -hubo uno magistral junto al burladero de matadores-, asentado y confiado, hasta la hombrera contraria los de pecho. Pero llegó el momento de la estocada y allí se dejó el posible premio con dos pinchazos y una estocada atravesada que sólo dieron para saludar una ovación.

Robleño se la juega en silencio con un sobrero con guasa de José Luis Pereda.

Al segundo, más paletón y menos fino de cabos, le costó más centrarse en el capote que manejó Robleño con firmeza, y adoleció de entrega para quedarse luego dormido bajo el peto y gastarse mucho allí debajo. Una voltereta y otra entrada al caballo con derrumbe evidente bastaron para que saliese el pañuelo verde.

El sobrero de Pereda que salió en su lugar era un castaño albardado que mentía en su intención de ir, como demostraron sus constantes protestas y reposiciones una vez pasado el embroque. Anduvo fácil Robleño con él para atizarle dos trancazos y bajarle los humos. Soberbia fue la actuación en banderillas de José Chacón y Fernando Sánchez, que saludaron ambos. El brindis de Robleño fue para Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad, que ocupaba un burladero del callejón vestida también de goyesca. Y por abajo comenzó la faena, queriendo someter mucho y comprendiendo que no iba a ir a mucho mejor la embestida protestona. Aún así se la jugó Fernando, ofreciendo siempre de frente y queriendo tragar las miradas, los ademanes y las reposiciones constantes de un animal que, además, tenía el empuje para remontar y poner en aprietos al de San Fernando. Cuando comenzó el de Pereda, además, a quedarse bajo la tela, Robleño lo despenó con dos pinchazos arriba y una estocada. Sonó un aviso antes del silencio tras aviso.

Uceda pasaporta con brevedad al manso tercero sin pena ni gloria

El tercero sí estaba más en las hechuras del Valdefresno tradicional, pero lo protestó el tendido por falta de espíritu y desentendimiento; no había más motivo. Manso el toro, sí, pero con arrancadas aprovechables que tal vez hubieran servido más haciendo la faena más cerca de los chiqueros. Porque no lo hacía mal el bicho en los embroques, sino después, cuando se desentendía y había que andar listo para no dejarlo ir a su aire. No es Uceda, sin embargo, torero de subir andamios, y le dejó una estocada perpendicular y trasera que valió para despenarlo. Silencio.

Robleño se pasa de faena con el burraco cuarto y pierde una oreja con la espada

El burraco cuarto era un señor toro, pero mucho más lo parecía al lado de un Robleño menudo que trató de hacerle las cosas bien en el primer tercio y, aún así, sólo en las oleadas que tiraba de vez en cuando recordaba su origen de lidia. Caminó de lado, embistió a arreones en banderillas -poniendo en apuros a un César del Puerto y un Fernando Sánchez soberbios- y no auguró nada positivo cuando Robleño tomó la pañosa. Había cierto fondo en la embestida cuando iba muy embarcada, y no quiso renunciar Robleño a robarle naturales con mucho valor, mucho más sólidos cuando más incierto venía el enorme burraco. Cuando pasó a la derecha pudo hasta relajar la figura, porque tenía por ahí el toro menos apuros, pero también decía menos. Ya lo dijo todo él; engolosinado con los rugidos del tendido, se puso muy de frente para ir al más difícil, pero le sobraron dos tandas y ya no se las terminó el toro tan redondas. Pero pinchó en el primer encuentro, sonó un aviso, le media estocada posterior la escupió el toro y la estocada corta que finalizó el trasteo ya no dio más que para una ovación tras aviso.

Uceda se quita de en medio entre una bronca al mansurrón quinto

El colorao que hizo quinto tuvo poco que decir, pero es que Uceda Leal tampoco tuvo mucho empuje para decir mucho más. Por eso se llevó una bronca al quitárselo de en medio sin más.

Robleño se desespera con un manso sexto que no se quedó en la muleta

Al sexto, amplio, pechudo y serio, pero más fino de lo que exigiría su origen Atanasio, se molestó Robleño en meterlo en las telas, en meterlo en el penco, en cuidar cada arrancada, en lo que colaboró con brillantez un José Chacón en estado de gracia. Soberbio en el par Fernando Sánchez, brillante Andrés Revuelta ante la llegada acelerada de un animal que siempre salía al revés de los muletazos. Ambos saludaron mientras Fernando se iba a por el bicho. Y le costó que se quedase en la muleta, porque tomaba un muletazo y se piraba tras el segundo. Hasta que llegó a la zona de chiqueros y allí se los fue ligando sin tanta estética y hasta que se cansó, tras dos tandas. Una estocada dejó su premio en una ovación de despedida.

Ficha del Festejo

Plaza de toros de Las Ventas. Tercera de la Miniferia de la Comunidad de Madrid. Corrida de toros goyesca. Tres cuartos de entrada. Toros de Valdefresno y uno, el segundo bis, de José Luis Pereda; de gran clase y raza justa el primero; devuelto el segundo por inválido; protestón, mentiroso y remontón el segundo bis; manso y sin raza el tercero; mansito con muy buen fondo el burraco cuarto; mansurrón el quinto; manso y huidizo el rajado sexto. José Ignacio Uceda Leal, ovación, silencio y silencio. Fernando Robleño, silencio tras aviso, ovación tras aviso y ovación.

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