Redacción: Juan Pablo Garzón Vásquez
Cali – Colombia. La mejor tarde ofertada por Cañaveralejo quedo sin argumento cuando los astados de la ganadería titular se quedaron sin sustento, ni la maestría y el arrojo de los acartelados alcanzaron el propósito, el pozo seco es pozo seco y agua solo si llueve.
Enrique Ponce: Hizo mucho más de lo que se podía, la maestría es indiscutible, fueron tres capítulos llenos de torero, el primer capítulo tuvo algo de toro, sin duda muchas buenas facultades aportó el burel, pero sin con que llevar el alma, todo quedo con un cierto sin sabor.
Andrés Roca Rey: Quedo con trago muy amargo en sus tres capítulos, su enorme disposición y amor a su profesión no le dio lo que él quería dejar en Cali, ojalá en la corrida del último día del año pueda dejar eso que tanto anhela en sus comparecencias, verdad artística.
Esta síntesis es tirada a jalones, no hay más que decir, la corrida nos quitó el aliento, las seis escenas no dejaron sensaciones de gozo.
