Redacción: Javier Baquero – Jaba
Cali – Colombia. Quizás hablar de los amigos no es lo más equilibrado en un periodista, pero imposible no plasmar en el papel lo que fue el triunfo de la ganadería de Achury, me precio de ser amigo del ganadero Pipe Rocha, digno representante de una familia buena del toro. Ayer en la mañana en la parte alta de los corrales hablaba con él y le decía yo que los toros siempre se parecen a sus propietarios, pues los toros no son otra cosa que los hijos de estos trabajadores incansables y el todo poderoso no me dejó equivocar, porque en la tarde saltaron al ruedo toros muy importantes, unos más otros menos, peo todos con calidad.
Nombres como Aguador, Velero, Barretón son la rúbrica de mi comentario. Cuan el ganadero es noble, el toro lo es, cuanto el toro es fiel, el toro es claro, cuando el dueño de la dehesa es respetuoso el toro refleja lo mismo en el ruedo.
Esos comportamientos, digo, los de los toros y como no, el de los ganaderos es lo que engrandece la fiesta brava en el mundo. Ganaderos dignos que llevan a las plazas toros con edad real, con trapío y cara “hombres”, peso y línea de abolengos. Eso es lo mínimo que se le puede pedir a un ganadero, la honestidad, aquella que en ocasiones no encontramos en las personas que deambulan por el mundo. Si venden toros, mandan toros y nada menos a lo que ofrecieron y a lo que les pagaron. Ayer vimos toros, toros y más toros.
Ahora bien los toros no fueron inferiores al compromisos de sus “padres” los señores Rocha. Podríamos decir que del encierro hay que desbordarse en explicaciones técnicas, bondad, fijeza, raza, bravura, fenotipo, edad, acometida, durabilidad.
Ojala el buen ejemplo, de toros y toreros se contagie a todos los estamentos de la fiesta en el país, los señores Rocha, Pipe su digno representante y los Achury son la muestra del deber ser de las cosas.
