Apunte de Juangui: Cuando Llueven Jóvenes

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Se trataba de la Corrida Joven, un espacio ganado en el ciclo ferial que reconoce la afición y complicidad de 1.500 adolescentes que en Colombia se han asociado espontáneamente para promocionar y disfrutar la tauromaquia.

Redacción: Juan Guillermo Palacio

Manizales – Colombia. La entrega y el histrionismo del valenciano Román Collado y el quehacer fino del extremeño José Garrido, en medio de un aguacero pertinaz, de cielo roto, lograron conmover intensamente a Manizales, una plaza que les expresa desde hace años devoción.

Se trataba de la Corrida Joven, un espacio ganado en el ciclo ferial que reconoce la afición y complicidad de 1.500 adolescentes que en Colombia se han asociado espontáneamente para promocionar y disfrutar la tauromaquia.

Se denominan el Tendido Joven. Cada año llenan uno de los tendidos de sombra de la plaza de toros de Manizales y es la expresión más sólida y prometedora que tiene la fiesta de los toros en este país.

Son devotos de Román, le encienden velas, dan fe de sus milagros y lo arropan como si fuera un rock star. Él les responde jugándose la vida cada vez que torea más sonrisas elocuentes de suvenir.

Esta vez tampoco fue la excepción. Tomo por todos los diestros la decisión de continuar, de darle trámite a la corrida. A pesar del trabajo denodado de los monosabios, el ruedo era un lodazal. En algunos sectores, el agua cubría la pezuña de los toros. El riesgo era exponencial.

Lo experimento José Arcila en carne propia. Su primero, soso, y el complejo cuarto, más la humedad, le generaron prevención. Con razón. Su “nueva vieja tauromaquia” es de esmoquin y concertín; no se puede bailar el entrechat entre charcos, lodo y estanques.

Cuando le tocó el turno a Garrido de torear, el aguacero había amainado. Eso le permitió dar un reparto de lances de caricia, muletazos con ademanes desmayados y recortes de firma de pintor. Armonía y despaciosidad, mimos que consentían la elegante forma de embestir del tercer toro que había enviado el Capitán. Desprendida y dos orejas.

Hasta que la lluvia regreso, esta vez con más intensidad. Y con ella el Huracán Román. Alternando deliberadamente series por bajo de muy buena calidad, llamadas de larga distancia, con maromas viscerales, veloces y anárquicas. Made in Román.

El público resistió estoico la jornada invernal. Jóvenes en masa, monosabios, resistencia y afición. Es lo que da este bosque húmedo tropical.

Síntesis del festejo

Manizales, miércoles 5 de enero de 2021. Segunda corrida. Lluvia torrencial. Se lidiaron toros de Santa Bárbara (Domecq), de diversos trapíos, colores y pesos. Interesantes, con fondo de bravura y juego diverso; dos con complicaciones. José Arcila: silencio tras aviso y silencio. Román: silencio y dos orejas laxas. José Garrido: dos orejas laxas y silencio. Saludaron Héctor Fabio Giraldo, Andrés Herrera y Emerson Pineda.

La feria continúa mañana con los toros de Las Ventas del Espíritu Santo (César Rincón) para Cristóbal Pardo, Emilio de Justo y Ginés Marín.

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