Cristian Restrepo: La Despaciosidad Hecha Toreo en Castellón

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El colombiano Cristian Restrepo dejó una grata impresión en su presentación en Castellón durante la Feria de la Magdalena. Su faena, marcada por la despaciosidad y el buen gusto, cautivó a los aficionados, consolidándolo como un torero con gran proyección. Aunque no tocó pelo, su labor fue reconocida con palmas, en una tarde donde Íker de Virgilio salió a hombros tras cortar dos orejas.

Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora- www.enelcallejon.co/ – Web Aliada

Arbeláez – Colombia. Castellón vivió una jornada de intensa emoción taurina este martes 25 de marzo de 2025, en el marco de la Feria de la Magdalena. La clase práctica organizada en la plaza de toros de la ciudad dejó gratas sensaciones, con un encierro de erales de Sepúlveda que, en líneas generales, ofrecieron buen juego, a excepción del séptimo, que se rajó tras las banderillas. En este contexto, la expectación estaba puesta en varios de los jóvenes valores que buscan hacerse un hueco en el escalafón, pero sin duda, uno de los nombres propios de la tarde fue el del colombiano Cristian Restrepo, quien, con una faena llena de cadencia y torería, conquistó al tendido.

El de la Escuela Taurina de Navas del Rey se enfrentó a un eral noble y con transmisión, al que supo entender desde el inicio. Ya en los lances de recibo mostró su concepto del toreo, cargado de temple y armonía, llevando siempre cosido al eral en cada verónica. Con la muleta, su faena se cimentó en un toreo despacioso, hondamente sentido, destacando los pasajes con la mano izquierda, donde se recreó en naturales largos y de mano baja, muy coreados por los asistentes. Su trazo limpio y su colocación impecable fueron la base de una faena que fue de menos a más, ganándose la atención del respetable con cada muletazo.

A pesar de que su actuación no tuvo el refrendo numérico de las orejas, la calidad de su toreo quedó latente en cada pase. Hubo series en las que el tiempo pareció detenerse, y en las que se vislumbró la madera de torero grande que atesora. La espada, desafortunadamente, no viajó certera, lo que le privó de un triunfo mayor, pero el público, consciente de la categoría de su obra, lo premió con sonoras palmas.

El festejo tuvo también como protagonista a Íker de Virgilio, quien firmó una destacada actuación ante un buen eral de Sepúlveda. El joven novillero de la Escuela Taurina de Castellón banderilleó con solvencia y, pese a un inicio dubitativo, logró centrarse y cuajar una faena de entrega y raza, coronada con un epílogo de rodillas en el que sufrió dos aparatosas volteretas. Su entrega y disposición le valieron el reconocimiento del público y la concesión de dos orejas, que le permitieron salir a hombros por la Puerta Grande.

Por su parte, Manolo Martínez dejó la impronta de su torería con una labor basada en la pureza de su toreo al natural, mientras que Luis Expósito logró dar una vuelta al ruedo tras una faena vibrante. Manuel Quintana y Abel Rodríguez, por su parte, saludaron ovaciones tras dejar buenas sensaciones en sus respectivas actuaciones. José del Castillo, con su toreo clásico y templado, se llevó una oreja en su esportón.

Al finalizar la tarde, el nombre de Cristian Restrepo quedó en la memoria de los aficionados. Su toreo despacioso y sentido, cargado de matices y personalidad, dejó la sensación de que este joven colombiano tiene mucho que decir en el toreo. A pesar de que los trofeos no le acompañaron en esta ocasión, la calidad de su propuesta lo sitúa como un torero a seguir en próximas citas. En Castellón, se escribió el primer capítulo de una historia que promete.

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