La primera corrida de la temporada en Las Ventas se desarrolló bajo un ambiente cargado de expectación y tensión. Con seis toros de Adolfo Martín en el ruedo, Damián Castaño brilló con una faena de temple al segundo, aunque el acero le negó el triunfo. Rafael de Julia vivió una tarde aciaga que lo llevó a la abroncada, mientras que Adrián de Torres expuso sin estridencias su temple y paciencia ante un lote complicado. Un festejo marcado por la dureza del encierro y la exigencia del aficionado venteño.
Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora- www.enelcallejon.co/ – Web Aliada
Arbeláez – Colombia. Madrid se vestía de gala para inaugurar la temporada en su coso más emblemático, Las Ventas. La afición, fiel y exigente, llenaba con 14.000 almas la piedra venteña, expectante ante la presencia de los toros de Adolfo Martín. De estos, seis salieron a la arena con la estampa de la casta y el genio, condicionando la lidia de Rafael de Julia, Damián Castaño y Adrián de Torres, quienes, con desigual suerte, afrontaron un reto de gran dureza.
El Calvario de Rafael de Julia: Pitos y Desencanto
No fue la tarde de Rafael de Julia, quien abrió el cartel con un primero complicado que marcó desde el inicio sus intenciones aviesas. El cárdeno, de embestida incierta y mirada torva, se revolvía con peligro, impidiendo el lucimiento del torero madrileño. Sin acople con la muleta y sin soluciones para la orientación del animal, Rafael optó por abreviar, despachándolo entre el abucheo general.
Si su primero fue complicado, el cuarto fue su verdugo moral. De embestida violenta y geniuda, castigó cada intento de Rafael por templarlo, que nunca encontró el sitio. La desesperación se apoderó del torero, quien, ante la impotencia de domeñar aquella bravura, se precipitó en la suerte suprema, cosechando una estocada defectuosa y una monumental bronca del tendido, que lo sentenció sin miramientos.
Damián Castaño: Una Faena para el Recuerdo que el Acero Malogró
La tarde tuvo un punto álgido con la actuación de Damián Castaño ante el segundo, un toro con poder y humillación que exigió al salmantino el temple y la entrega. Desde la primera tanda, el torero se plantó en los medios, tragando con valor cada embestida. Los naturales fueron una cátedra de aguante, enroscando la embestida con hondura y profundidad. El tendido lo reconoció, y Las Ventas rugió con ese grito que sabe a Puerta Grande. Pero el triunfo quedó en la memoria, porque la espada le negó la gloria. Un pinchazo y una estocada defectuosa dejaron todo en una cerrada ovación.
El quinto, un toro áspero y complicado, le presentó la cara más dura de la tauromaquia. Aguantando la guadaña del cárdeno, Castaño no se arredró, pero en un natural comprometido, el astado le metió el pitón, hiriéndolo de gravedad y obligándolo a pasar a la enfermería. En su lugar, Rafael de Julia despachó al toro de manera deslucida, entre los pitos de la afición.
Adrián de Torres: Temple y Silencio en una Lucha Sorda
El jienense Adrián de Torres vivió una tarde de silencios injustos. Su primero, un toro de remate espectacular y corpachón tremendo, no tuvo entrega en su embestida. A base de paciencia y tesón, De Torres le sacó los muletazos con temple, midiendo cada embroque para robarle los naturales a un animal que, más que embestir, se resistía a hacerlo. La falta de rotundidad del toro hizo que la faena quedara en el recuerdo de pocos. La estocada, aunque efectiva, quedó desprendida y el silencio fue su recompensa.
El sexto cerró el festejo con la misma falta de fuerzas que había lastrado la corrida. Un toro de estampa formidable, pero sin poder. Lo intentó el torero, dibujó verónicas con empaque y muletazos de entrega, pero la falta de respuesta del cárdeno impidió que la labor trascendiera. Mató con prontitud y se despidió entre la indiferencia de un público que no supo valorar su esfuerzo.
Conclusión: Una Corrida de Sufrimiento y Casta
La tarde de Adolfo Martín dejó en evidencia la dureza de su encierro, con toros de genio y de embestidas inciertas, pero con una casta innegable. Damián Castaño firmó la faena de la tarde, pero se fue sin premio por culpa de la espada. Rafael de Julia vivió su particular infierno, irreconocible y desbordado. Adrián de Torres, sin levantar pasiones, dejó destellos de torería sin recompensa. Madrid, fiel a su idiosincrasia, lo juzgó todo con la dureza que exige su historia. Una corrida de las que curten y ponen a prueba el alma de los toreros.
Ficha del Festejo
Domingo 23 de marzo, 2025 – Plaza de toros de Las Ventas – Primera corrida de toros de la temporada – Toros de Adolfo Martín. Primero: Avieso y orientado; Segundo: Enclasado, humilladísimo y con ritmo, ovacionado en el arrastre; Tercero: media embestida y humillación amenazadora; Cuarto: Corto viaje y cara arriba; Quinto: Sobaquero y orientado el complicado; Sexto: Deslucido y sin poder. Rafael de Julia: (Terno negro y oro): Pitos y Bronca. Damián Castaño (Terno negro y oro): Ovación y Ovación tras aviso, recoge Rubén Sánchez al estar en enfermería. Adrián de Torres: (Terno palo de rosa y oro): Silencio tras aviso y Silencio. Parte médico de Damián Castaño: Herida por asta de toro en 1/3 superior cara posterior muslo izquierdo, con dos trayectorias: una hacia dentro de 15 cm. que bordea cara lateral de fémur y contusiona arteria femoral y otra hacia arriba de 10 cm. contusionando el isquion. Es intervenido quirúrgicamente bajo anestesia general en la enfermería de la plaza de toros y siendo trasladado posteriormente a la Clínica la Fraternidad Muprespa – Habana – Pronóstico: Grave.