Así ha sido la tarde de Roca Rey con el gran toro de Victoriano y el gran día de Chicharro
El peruano sale a hombros y el toro de Victoriano es premiado con la vuelta al ruedo
Parecía una buena jugada del destino. Tal y como dejamos la plaza el día anterior, impracticable, la vida se puso de nuestra parte y no solo no llovió sino que nos regaló un pedazo día de sol. Sí, también es posible. Cuando llegamos a la plaza valenciana era otra. Así que Alejandro Chicharro pudo convertirse en matador de toros, el sueño, con su vestido blanco y plata y sus ganas. De rodillas en el centro del ruedo se fue para el comienzo con un pase cambiado por la espalda con amago de infarto. El toro tuvo nobleza a espuertas después con un punto de sosería y Chicharro anduvo con solvencia, relajo y oficio por ambos pitones. Muy resolutivo con el animal hasta poner el colofón con bernadinas.
Roca nos despertó de golpe en el quite. La quietud presidió cada lance a la vez que subía la emoción y ya en el remate, estaba hecho, todo bajo control y el toro con los cuartos traseros le hizo la zancadilla literal y lo dejó a merced sobre la arena. En los mismos medios. El propio Andrés, fresquísimo, se hizo el quite. Menos mal. Le pegó tres pases cambiados por la espalda de rodillas y el toro iba ligero. Fue gran toro este «Frenoso» que ya lo llevaba escrito es unas hechuras espectaculares. Nobleza, transmisión y bravura en unas arrancadas que se repetían con el galope justo para que pudiera la muleta de Roca gozarlo con los vuelos. Lo tuvo claro enseguida y lo vio con la diestra en un toreo suave y con mucho ritmo. Fue una faena con el sello de Roca: no quiso renunciar a las cercanías y abrumó con su poder en esos terrenos cosiendo al toro muletazos inverosímiles. (A veces penalizando la alegría del animal). Hubo emoción por la bravura del toro y la entrega del torero. Cuando se perfiló para entrar a matar hubo quien pidió el indulto que acabó solucionándose con un espadazo, dos trofeos y la vuelta al ruedo del de Victoriano.
Sufrimos nada más salir con el quinto que lo apretó a Roca de mala manera y lo vimos cogido. Andaba muy a todo el de Victoriano y a nada. Chicharro expuso por gaoneras con ese toro que no había mostrado claridad y se fue para él desafiante. El toro se paró después de la primera vara y esperaba mucho, iba con todo, y por dentro. Se rajó en cuanto empezó la faena Roca y le pesaban mucho los terrenos de tablas. No fue toro fácil.
Los 537 kilos del segundo los empleó el de Victoriano para mansear. No le interesaron los capotes y tampoco el caballo por lo que cuando se cedieron los trastos (por la alternativa de Chicharro) había muchas dudas de lo que iba a pasar. Iba y venía el toro después sin emplearse ni molestar en exceso y Talavante hizo lo mismo. No había mucho más. El cuarto demostró que no tuvo el extremeño, suelto y sin emplearse.
Chicharro amarró su tarde y se fue a portagayola en el sexto y si no se echa sobre la arena le coge, porque le saltó por encima. Miedo. Se desmonteraron Iván García y Fernando Sánchez antes de que Chicharro iniciara faena en el mismo centro y a placer al otro gran toro de la tarde, que fue incansable, bravo y extraordinario. Alejandro se hartó de torearlo por ambos pitones con ligazón y entrega y se metió a la gente en el bolsillo. Lo tenía todo hecho para irse por la puerta grande con justicia, y acompañar a Roca Rey, pero la espada se interpuso en el camino. Duele el doble, porque era su día y le hace falta. Ganas y ambición no le faltaron.
Ficha del festejo
Valencia. Toros de Victoriano del Río. El 1º, de noble condición; 2º, manso que va y viene; 3º, extraordinario y premiado con la vuelta al ruedo; 4º, deslucido; 5º, rajado y con carbón; 6º, extraordinario. Lleno de «No hay billetes».