Una faena de arte y valentía en la primera jornada taurina de la Feria Nuestra Señora de la Merced
Ambato, 22 de febrero 2025. En la Monumental Plaza de Toros de Ambato se vibró al compás del ruedo con la primera corrida taurina de la Septuagésima Cuarta Edición de la Fiesta de la Fruta y de las Flores “La Tradición Se Vive”. Con el fervor y la solemnidad propios de la tauromaquia, el coso se vistió de gala para recibir a seis valientes astados de la prestigiosa ganadería Campo Bravo, inaugurando una jornada que dejó al público emocionado y satisfecho.
La tarde comenzó con la fuerza y el arte del torero francés Juan Leal, quien abrió plaza ante un toro de capa negra. Con verónicas de temple y muletazos profundos, Leal demostró nobleza y determinación, dejando una estocada que, aunque de efecto tardío, evidenció su maestría en el ruedo. La faena se vio abreviada cuando el astado decayó, dejando un silencio en el público. A pesar de ello, Leal dejó patente su maestría en el ruedo.
En un debut histórico en Ambato y en todo Ecuador, el torero español Fernando Adrián, revelación y triunfador en la ilustre Plaza de Las Ventas, tomó el ruedo. Con lances lentos y chicuelinas desplegando su exquisita elegancia en el capote no pudo superar la inestabilidad del toro que le obligó a apresurar su faena y culminar con una estocada trasera. Anticipando expectativas que su mejor momento aún estaba por llegar.
La gran faena de la tarde llegó con el ecuatoriano Julio Ricaurte quien se enfrentó al tercer astado con valentía, demostrando un oficio depurado en sus muletazos. El torero riobambeño cuajó tandas completas adornadas con molinetes y forzados de pecho. Alcanzando uno de los momentos más destacados de la primera jornada que le permitió cortar una oreja, aclamado por la plaza.
La tarde continuó y la segunda actuación de Juan Leal sorprendió al público con lances a la verónica y quites por chicuelinas. Tras un tenso momento en el que quedó desarmado, Leal supo esquivar el embate y ejecutar un desplante magistral. Su faena fue plena en la muleta cuando ejecutó pases excepcionales que dejaron claro su temple, sumando una oreja merecidísima tras una estocada fulminante, a pesar del reclamo en el palco por no concederle una segunda.
El quinto toro, el más pesado de la tarde, fue para Fernando Adrián, quien ofreció una faena de alto nivel. Con muletazos largos, profundos y perfectamente ajustados a la embestida del toro, Adrián logró una estocada perfecta y se alzó con dos orejas, coronando su salida por la puerta grande que lo coronó como el gran triunfador.
La jornada cerró con el torero Julio Ricaurte, que, a pesar de algunos tropiezos con el pitón izquierdo, el diestro nacional logró ejecutar embestidas sueltas y una estocada en la cruz que le valió aplausos y cerró con broche de oro una tarde que dejó claro que, en el ruedo, como en la vida, el arte y el valor son inseparables.
Con esta primera jornada taurina, la Feria Nuestra Señora de la Merced ha dejado claro que sigue viva y llena de gran fervor. La fiesta está servida para seguir vibrando al son del arte y la valentía en cada pase, cada lance y cada faena.