La penúltima corrida de la Feria de Manizales destacó por la entrega, técnica y disciplina de las cuadrillas en cada toro. Desde la suerte de varas hasta los pares de banderillas, se vivieron momentos de tensión, ovaciones y lecciones taurinas, con actuaciones sobresalientes y otras menos afortunadas que marcaron el ritmo de una tarde llena de emociones y detalles técnicos.
Redacción: Juan Pablo Garzón Vásquez– www.enelcallejon.co/ – Web Aliada
Manizales – Colombia. La plaza de toros de Manizales fue testigo de una tarde donde el compromiso y la destreza de las cuadrillas brillaron en medio de una faena marcada por el rigor técnico y la pasión taurina. Cada intervención, desde la suerte de varas hasta el tercio de banderillas, fue pieza clave en la construcción de un espectáculo cargado de emoción y desafíos. Los detalles de cada actuación nos permiten entender la importancia de las cuadrillas en el desarrollo del arte taurino, su capacidad para gestionar las condiciones de cada toro y su influencia en la lidia.
Primero de la tarde
Efraín Ospina abrió la jornada en la suerte de varas con un puyazo trasero, logrando meter las cuerdas, aunque el posicionamiento quedó comprometido. La brega, originalmente asignada a Andrés Herrera, fue ejecutada por el matador Luis Bolívar, quien demostró una profunda sabiduría y conocimiento al lidiar con el astado. Carlos Rodríguez destacó en el tercio de banderillas con dos pares extraordinarios que provocaron una ovación merecida, mientras que Héctor Fabio Giraldo enfrentó dificultades, dejando un palo mal colocado tras un arreón peligroso del toro.
Segundo de la tarde
Miguel Ángel Muñoz ejecutó una suerte de varas complicada, con una vara caída que fue rectificada con temple y determinación. La brega recayó en Álvaro Monte, quien la realizó de manera correcta, marcando los terrenos con precisión. En el tercio de banderillas, Jaime Devia no tuvo suerte en sus tres intentos, mientras que José Calvo salvó el honor con un par que dejó buena impresión entre los aficionados.
Tercero de la tarde
Luis Viloria se encargó de la suerte de varas dejando un puyazo algo trasero pero efectivo. La brega, a cargo de Emerson Pineda, destacó por su temple y técnica, llevando al toro con maestría. El tercio de banderillas fue memorable gracias a la labor conjunta de Juan Manuel Pérez y John Jairo Suaza, quienes protagonizaron una actuación excelente que arrancó ovaciones y reconocimientos con montera en mano.
Cuarto de la tarde
La suerte de varas generó un momento de confusión cuando el toro acudió al montado de la puerta. Efraín Ospina aprovechó la oportunidad para dejar una vara bien colocada. La brega de Carlos Rodríguez fue oportuna y precisa, marcando los terrenos con claridad. Andrés Herrera colocó buenos pares de banderillas, mientras que Héctor Fabio Giraldo cumplió dejando un palo correcto, aunque sin destacar.
Quinto de la tarde
Cayetano Romero brilló en la suerte de varas, ejecutando una colocación impecable. Jaime Devia asumió la brega con exigencia y oportunidad, destacando en un toro que pedía terrenos precisos. En el tercio de banderillas, Álvaro Montes y José Calvo cumplieron en la ejecución, aunque los resultados finales fueron regulares.
Cierre de la tarde
El sexto toro trajo consigo controversia y emociones encontradas. Javier García sufrió una bronca monumental tras un desafortunado tercio de varas, donde la falta de respeto a las distancias terminó con un tumbo del caballo y dejó al equino en desventaja. Sin embargo, Juan Manuel Pérez redimió la actuación con una brega pulcra y oportuna. El tercio de banderillas cerró con broche de oro gracias a Emerson Pineda, quien estuvo extraordinario, y a John Jairo Suaza, que, pese a la caída de un palo, ejecutó con calidad técnica.
La penúltima de Feria de Manizales dejó en claro la importancia de cada integrante de las cuadrillas. Las actuaciones destacadas y las lecciones aprendidas recordaron a la afición el sacrificio, la técnica y la entrega que demanda el arte del toreo. Una tarde para reflexionar sobre los retos y la grandeza de quienes dan vida a cada faena.
