De Reparto en el Festival: Maestría Subalterna

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El Festival Taurino Manizales 2025 brilló no solo por la variedad de los astados, sino por la destreza, precisión y temple de los subalternos, quienes enfrentaron las dificultades de cada burel con gallardía y profesionalismo. Su trabajo permitió que los matadores tuvieran un marco adecuado para el lucimiento, demostrando que la tauromaquia es un arte colectivo donde todos los elementos son indispensables.

Redacción: Juan Pablo Garzón Vásquez- www.enelcallejon.co/ – Web Aliada

Manizales – Colombia. La noche del Festival Taurino de Manizales dejó huella no solo por los momentos estéticos de los matadores, sino por el valor, la técnica y la inteligencia desplegada por los subalternos. En una jornada donde los astados presentaron comportamientos variados y, en ocasiones, complicados, el equipo de apoyo en el ruedo mostró que el trabajo en conjunto es el alma de la tauromaquia.

El espectáculo comenzó con Antonio Ferrera asumiendo el tercio de varas y banderillas en el primer astado. La espectacularidad de su ejecución fue respaldada por la sólida brega de Emerson Pineda, quien logró templar las embestidas iniciales del animal, creando una atmósfera de control que permitió al matador desenvolverse con comodidad.

En el segundo, José Manuel Bernal ejecutó un impecable puyazo, reafirmando la importancia de una suerte de varas bien realizada. Rafael Viotti, en la brega, mostró inteligencia y temple, manejando los terrenos del astado con maestría. Sin embargo, el tercio de banderillas fue irregular: mientras Alex Benavidez colocó un primer par eficaz, el segundo careció de precisión; Iván Darío Giraldo, por su parte, dejó solo un palo, afectado por la dificultad del burel.

El tercero trajo consigo un gran trabajo de equipo. Juan Esteban García brilló en la vara, con un puyazo perfectamente ejecutado, mientras Andrés Herrera realizó una brega precisa, facilitando el espectáculo brindado por el propio matador Cristóbal Pardo en el tercio de banderillas. Este momento arrancó ovaciones del público gracias al arte y riesgo asumidos en cada movimiento.

En el cuarto de la noche, Miguel Ángel Muñoz dejó una vara que destacó no solo por la técnica, sino por el aguante ante la fuerza del burel. La brega de Álvaro Montes fue oportuna, uniendo timing (habilidad de planificar y organizar el tiempo para realizar una acción o tomar una decisión en el momento adecuado) y conocimiento del animal. Aunque el tercio de banderillas, a cargo de Juan David Ortiz y Brian Valencia, fue solvente, los rehiletes terminaron en la arena, un recordatorio de la imprevisibilidad que caracteriza este arte.

El quinto astado puso a prueba a los subalternos. Javier García, siguiendo las instrucciones de su matador, realizó una vara adecuada. Juan Manuel Pérez, en la brega, supo templar y manejar las dificultades del animal. El tercio de banderillas, ejecutado por John Jairo Suaza y Juan David Ortiz, fue correcto, pero sin el impacto esperado, evidenciando la exigencia técnica que imponen algunos toros.

Con el sexto ejemplar, la vara de Juan Bernal fue eficaz, marcando un buen inicio. Abrahán Neiro, en la brega, mostró orden y pulcritud, pero el tercio de banderillas se tornó complicado. Iván Darío Giraldo no logró superar las exigencias del burel, mientras que Alex Benavidez, en su intervención, dejó un par digno que salvó el momento.

El séptimo astado puso en aprietos a Reinario Bulla, quien tuvo que lidiar con un novillo que acudió con reticencia (Efecto de no decir sino en parte, o de dar a entender claramente, y de ordinario con malicia, que se oculta o se calla algo que debiera o pudiera decirse) a la suerte de varas. A pesar de ello, la brega de Jaime Devia fue ejemplar, destacándose por su orden y oportunidad. En las banderillas, José Calvo y Anthony Dicson colocaron pares efectivos que revitalizaron el ánimo del público.

Finalmente, en el cierre plaza, Hildebrando Nieto cumplió en la suerte de varas, aunque con una colocación algo baja. Carlos Rodríguez, en la brega, demostró que la experiencia y el buen criterio son esenciales, mientras que Anthony Dicson y Arley Gutiérrez lograron un tercio de banderillas aplaudido por su precisión y estética.

Una Lección de Trabajo en Equipo

El Festival Taurino Manizales 2025 dejó claro que el arte de los subalternos es crucial para la buena marcha de una faena. A pesar de las dificultades que presentaron los astados, su profesionalismo y habilidad técnica garantizaron que cada lidia fuera un espectáculo digno de los aplausos de la afición. En esta noche mágica, los subalternos no solo apoyaron, sino que fueron protagonistas silenciosos de una tauromaquia bien ejecutada.

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