Indulto de Manuel Libardo en gran corrida de Mondoñedo en Manizales

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Kalío y Anderson Sánchez se llevaron ambos una oreja al esportón

Redacción: Paulo Andrés Sánchez Gil

Un encastado encierro de Mondoñedo para el festejo mixto anunciado en la apertura de la 70ª Feria de Manizales corrió triunfal en la larguísima tarde de cuatro horas y quince minutos, y que mereció mejor tratamiento por parte de la terna de a pie, y aún mejor del rejoneador que tuvo una tarde para el olvido.

El segundo toro del festejo fue indultado con justicia, y bastó el trasteo eficaz, aunque no rotundo de Manuel Libardo para poner de acuerdo a la afición. Lanceó con técnica para ajustar la embestida del toro que fue con fiereza y prontitud pero con corto recorrido. La buena vara de Reinario Bulla y la pelea del toro en el peto descubrieron su bravura. El comienzo de faena tuvo firmeza aprovechando la clase del toro. Las primeras series con la derecha no tuvieron rotundidad porque el remate de los muletazos no tenían el encaje y el destino que la transmisión del toro pedía. Mejoró la tercera, más enganchada y de mano más baja. La serie de naturales apenas cumplió. Remontó con la derecha, y se fue a por el indulto. Toro tenía, pero se destempló un poco la cosa en el final de faena en su intento por mostrar más al toro. Sonó el pasodoble “Feria de Manizales” y el público se envalentonó a pedir el indulto, y allí con la fiesta armada no quedó de otra que concederlo paseando Libardo dos orejas simbólicas.

Al sexto lo lanceó con oficio en el tercio. Después de la vara el toro manseó, y en banderillas complicó a los subalternos. Y aunque Libardo tuvo voluntad y algunos muletazos de comienzo esperanzaron, se diluyó pronto la esperanza. Una estocada caída de efecto fulminante, después de seis pinchazos, lo salvó por escasos segundos del tercer aviso.

Una oreja cortó el novillero Anderson Sánchez al novillo que cerró el festejo. Aunque se le abona pundonor y afición, los terrenos fueron del toro. Lo malinterpretó el palco, que ordenó la música y el público la protestó. Duró poco porque en una de las intermitentes series fue arrollado por el novillo. Tuvo movilidad el animal y al natural hubo una mejor idea de Anderson. El acompañamiento del público fue aliciente para rematar la faena con una serie más ligada con la derecha. Mató de estocada baja, pero su eficacia conjuró el desencanto que se cernía sobre la faena. Cayó la oreja, sí, pero más clamorosa fue la merecidísima vuelta al ruedo al toro.

En el cuarto de la tarde Anderson pasó con más pena que gloria porque su novillo se fue vivo a los corrales. Infortunio que contrastó con el comienzo de faena en el que muy recursivo Anderson no se amilanó ante el encastado mondoñedo, aunque la faena no tuvo ligazón ni estructura. Ya sin argumentos quedó a merced del genio del toro que a punto estuvo de cogerlo. El final tuvo impacto con poco fondo. Y el mal manejo de la espada tuvo como saldo una fuerte voltereta y el toro vivo a los corrales.

Luis Miguel Ramírez tuvo una de cal y otra de arena. El novillo que salió en tercer lugar fue encastado, pero llegó a la muleta muy bronco, pegaba derrotes sin humillar y exigiendo al novillero. Poco pudo hacer Luis Miguel, que se fue pronto por la espada sin emplearse a fondo, como lo exigían novillo y público. Pero en el séptimo se justificó ante la afición; el novillo tuvo calidad en el tercio de capa, pero pasó sin que el torero lo dejara ver. El novillo fue a la muleta de “Kalío” con calidad, arrancándose de largo, pero el torero no estuvo solvente en la primera parte de la faena. La música lo retó y con el reto vimos mejores formas de Luis Miguel. Mereció más el toro, que apenas tuvo una lidia correcta. No se le mandó y terminó apagándose. Pinchó para luego fulminarlo de un espadazo que desató la lluvia de pañuelos.

Para el olvido fue el paso por Manizales del rejoneador venezolano José Luis Rodríguez, dejando ir vivo a los corrales al toro de su saludo a la Feria. Desacertado desde los rejones de castigo que cayeron a la arena, hasta los fallidos intentos con el rejón de muerte. La faena transcurrió entre la pérdida de control del caballo y el fuerte golpe en la grupa que el toro le propinó, y el barullo que armó al ejecutar y rematar las suertes. La constante que exasperó al público fue pasar decenas de veces cerca de la cara del toro sin clavar por mala colocación en el ruedo. Equivocó doma, monta, y toreo. Y en un gesto de claudicación y poco oficio, tras el segundo aviso, Rodríguez dejó en manos del sobresaliente Juanito Ortiz la muerte del toro, al verse impotente, errático, con mala fortuna, y señalar cuatro pinchazos con el rejón. El sobresaliente también lo pinchó, y sonó el tercer aviso. Del quinto fueron rescatables dos banderillas de cinco que clavó. El toro era encastado y el rejoneador de nuevo anduvo fuera de sitio y desbordado por el de Mondoñedo. El balance no da cuenta de las actuaciones de los alternantes, y hoy triunfó sin atenuantes la divisa.

Manizales (Colombia), domingo 5 de enero de 2025. Primer festejo de la 70ª Feria. Toros y novillos de Mondoñedo, encastados y de buen juego. El segundo de nombre Greñudo, con el número 248 y 480 kg. de peso, fue indultado; y el octavo, de nombre Naranjito, número 235, y 422 kg. de peso, fue premiado con la vuelta al ruedo. El rejoneador José Luis Rodríguez, pitos tras tres avisos y silencio; Manuel Libardo, dos orejas simbólicas tras indulto, y división de opiniones tras dos avisos; Luis Miguel Ramírez “Kalío”, silencio y oreja; y Anderson Sánchez, pitos tras tres avisos, y oreja. Entrada: Tres cuartos de plaza. Saludaron Carlos Rodríguez “Garrido” y Brayan Valencia, por irregular tercio en el cuarto. Aplaudida la vara deReinario Bulla al segundo.

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