Los Toros en el ADN del Manizaleño

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Los toros y el toreo están en el ADN de los manizaleños; cuentan algunos historiadores que, a poco de la fundación del villorrio, 1849, ya surgían espontáneos que toreaban ganado criollo, validos de ruanas y muleras a modo de capote.

Redacción: German Ríos Martínez – Revista Opinamos

Los toros y el toreo están en el ADN de los manizaleños; cuentan algunos historiadores que, a poco de la fundación del villorrio, 1849, ya surgían espontáneos que toreaban ganado criollo, validos de ruanas y muleras a modo de capote.

Manizales comenzó a prepararse para la celebración del centenario de su fundación desde 1945, y una de las obras primordiales en el listado que elaboró la clase dirigente de la época era la construcción de una plaza de toros.

Parecía imposible construir una mole de esa naturaleza en una ciudad de características geomorfológicas muy especiales, pero la audacia de ingenieros como Gustavo Robledo Isaza hicieron posible ese sueño, construyendo la única plaza en el mundo en la que el espectador cuando ingresa, desciende para encontrar su puesto. Del grupo de promotores de la Plaza de Toros de Manizales, merecen reconocimiento José Restrepo Restrepo, Pedro Jaramillo, Vicente Gutiérrez, Jesús María Bermúdez, quien cedió los terrenos, Antonio Pinzón, Benjamín Patiño Callejas, Laserna Hoyos Ltda., Alberto Gómez U., Rafael Villegas, Luis Carlos Valencia, Oscar Hoyos Botero, Ignacio González, Gustavo Vélez Arango, Pantaleón González, Roberto Cardona Arias y don Antonio Cuartas, quienes posteriormente cedieron sus acciones a la Cruz Roja. Por cierto, que la Cruz Roja de Manizales es la única en el mundo que es propietaria de una plaza de toros.

La ciudad siempre ha sentido una admiración especial por todo lo que tenga que ver con España, influida seguramente por los padres Agustinos que se establecieron a comienzos del siglo XX en Manizales, por la literatura, el cine y los toros, obviamente.

Durante las ‘primeras décadas del siglo XX funcionaron varios circos en Manizales, que era el nombre con el que se conocía el ruedo donde se lidiaban las faenas. Despuntaba el siglo XX y el Ejército decidió construir la Plaza de Toros El Soldado, donde actuaron figuras consagradas como la rejoneadora Conchita Citrón. César Rincón, cuando daba sus ‘primeros capotazos, actuó en esa mítica plaza, la única que posee el ejército colombiano en guarnición alguna.

Oscar Hoyos Botero era un entusiasta odontólogo nacido en Cartago, cuñado de Fernando Londoño y dirigente del fútbol, quien se propuso que la ciudad celebrara anualmente unas festividades que le dieran su propia identidad y le concedieran trascendencia nacional e internacional; viajó a Sevilla, España, con el periodista taurino Roberto Cardona Arias, y de allí vinieron con la idea de celebrar la Feria de Manizales. La primera edición se realizó en 1955.

La ciudad tuvo que aplazar dos años la celebración del Centenario, y una de las obras más atractivas fue la Plaza de Toros, la cual se inauguró con una temporada de primera categoría, 1951, en la que se incluyeron las principales figuras del toreo en aquella época, Era alcalde el Doctor Fernando Londoño y Londoño, líder principal de la construcción del cúmulo de obras del Centenario.

En ese momento nació la afición taurina de Manizales: La plaza tenía capacidad para 12.000 adicionados, que la colmaban cada vez que se ‘programaba algún festejo, hasta de toreo bufo con Mario Moreno, Cantinflas.

Por aquellas calendas sólo existía la Plaza de Toros La Santamaría en Bogotá; desde un comienzo la afición de Manizales dio muestras de su entendimiento frente al arte de los toros, y cualquier zapatero remendón podía explicar con propiedad las bondades de la fiesta brava, la naturaleza del toro de lidia y la historia del toreo en el mundo.

La Feria de Manizales nació con identidad propia, con reconocimientos por doquier, pero la columna vertebral de los festejos, desde sus inicios, ha sido la temporada taurina. Pero sin duda la elección de nuestra Luz Marina Zuluaga como Miss Universo, en Miami Beach en 1958, sirvió de detonante espectacular para disparar la popularidad y la importancia de la Feria de Manizales.

En la Monumental Plaza de Toros de Manizales han actuado las principales figuras del toreo mundial como El Viti, Antonio Ordoñez, Pasco Camino, El Cordobés, Palomo Linares, Ortega Cano, Ángel Teruel, Paquiirri, Curro Romero, Ortega Cano, El Juli, Enrique Ponce, los colombianos Pepe Cáceres, El Puno, Jairo Antonio Castro, Joselillo de Colombia, y los manizaleños  José Arcila, Perla Ruiz, Andrés de los Ríos, para no citar sino tres únicamente. Cómo olvidar un domingo histórico en el que se lidiaron dos corridas, una en la mañana y otra en la tarde, cuál de las dos más vistosa y espectacular.

La mayor parte de los aficionados de las primeras temporadas han fallecido, pero la fiesta ha tenido sucesor en la heredad, y hoy se aprecia en los tendidos un público joven y entusiasta, gracias a una espectacular política de mercadeo de la empresa Cormanizales, que garantiza no solamente la renovación de la afición, sino la asistencia multitudinaria al espectáculo.

La fiesta tiene hoy enemigos muy poderosos: los medioambientalistas son los principales. No se quiere entender que el toro de lidia nace para morir en un ruedo y que ese es su destino, que los toros mueven la economía en numerosos puntos de la geografía mundial, que es un derecho der las minorías, que está reconocido por la ley, los adversarios sólo aceptan que la fiesta se acabe.

Pasarán algunos años, tal vez pocos, pero los toros tienen fecha de vencimiento; seguramente Manizales será una de las últimas plazas en cerrarle las puertas a un espectáculo que hace parte de su cultura y de sus genes. Fotografía de Jaime Gómez I. Publicado en revista Opinamos.

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