Broche Memorable en Cali

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Foto: Rodrigo Urrrego

Redacción: Paulo Andrés Sánchez Giil

Escribano, Román y Colombo, a hombros con la ganadera de Campo Real, hierro que debutó por todo lo alto con el indulto de un toro y otro premiado con la vuelta al ruedo

Una tarde histórica se vivió en el cierre de Cali, en la que la ganadería Campo Real, que marcaba antigüedad, fue la gran triunfadora. Los seis toros fueron importantes, y cada uno tuvo virtudes que la terna bien supo enaltecer y hacer que el cierre de la feria fuera triunfal y superara todas las expectativas, un indulto, una vuelta al ruedo a otro toro, y los demás aplaudidos de salida y en el arrastre, y la terna repartiéndose siete orejas es el saldo de la corrida de la feria.

Duende es el nombre del toro indultado, corrido en tercer lugar, y con el que Jesús Enrique Colombo estuvo variado de capa en saludo y quite, y aquí dos precisiones, no fue picado, y en los primeros tercios tardeó más que sus dos hermanos anteriores. Lucido el tercio de banderillas en el que devolvió atenciones a Manuel Escribano que lo había invitado a banderillear en el primero.

Le tomó la medida a las primeras de cambio Colombo, y es que el toro en la muleta desplegó la bravura que no mostró en la vara de la que huyó. No paró de perseguir la muleta de Colombo que estuvo cumbre y dejó ver todas las virtudes de Duende. Con la derecha y al natural, todo por abajo y al ralentí.

Lo único que el público puede pedir y ser concedido es la primera oreja, pero es el criterio del presidente el que, una vez analizado el conjunto determina si es considerable o no un indulto. Y el toro salió escupido en tres ocasiones del peto, y ni castigo recibió. En la crianza del toro bravo hay aspectos insoslayables, y la vara no es un capricho sino un imperativo para la utilidad reproductiva del semental. Por eso no era procedente el indulto, pero en la muleta Duende fue sin atenuantes, uno de los toros de la feria.

La tercera oreja de Colombo comenzó a fraguarse desde el emocionante tercer par de banderillas a la calafia. La faena fue importante, de tocar las teclas justas y así lo hizo Colombo, que entendió perfectamente tiempos y distancias. Expuso mucho el torero ante el peligro sordo que llevaba el toro especialmente promediando la faena.Debut soñado de Campo Real para tomar antigüedad. Para ese momento ya eran seis de seis.

ESCRIBANO Y ROMÁN

Manuel Escribano también tuvo una tarde muy importante, de una seriedad que a veces no se le reconoce en algunas plazas. Abrió plaza con Peregrino al que propinó buenos lances a la verónica aprovechando que la acometida del toro fue franca. Quitó por chicuelinas muy bien ejecutadas tras la buena vara de Cayetano Romero. Vistoso el tercio de banderillas, al que invitó a Colombo. Hubo más firmeza con la mano derecha, por donde logra una serie notable, la tercera. La segunda por el pitón izquierdo dejó ver la limitación en la embestida por ese pitón. Lo mostró sin recato, y el público entendió el contenido de la buena faena de Escribano, y la calidad del toro de la ganadería debutante.

En su segundo turno el toro tuvo comportamiento dispar, embistió con mucho temple, y permitió a Escribano torear con reposo. Aunque le faltó chispa al toro, y se fue apagando, y los muletazos sucedieron de uno en uno, la faena tuvo interés con Escribano muy claro, interpretando bien las condiciones del toro que no fue el más propicio para el lucimiento.

Román logró remontar con el quinto de la tarde, otro toro pronto, al que había que hacerle bien las cosas, y Román lo cuajó con la mano derecha. El toro humillaba y seguía la muleta con recorrido. Por el pitón izquierdo le costaba ir franco, pero la faena tuvo emoción de principio a fin.

En su primera comparecencia tuvo el infortunio del fallo a espadas y un aviso que contrariaron al público. Todo había comenzado bien, ovacionada vara de Reinario Bulla, en la que el toro peleó con bravura. En el comienzo de faena el toro embistió con bravura y fijeza. Repetidor y Román lo toreó con temple y largo trazo. Persiguió casi revolviéndose de lo encastado que fue el toro. El final de faena perdió emoción y conexión con el tendido. Lo pinchó en seis ocasiones, y el público pasó rápidamente de la emoción a la bronca.

Cali (Colombia). Lunes, 30 de diciembre de 2024. Plaza de toros de Cañaveralejo. Última de la Feria del Señor de los Cristales. Toros de Campo Real, que debutaba y marcaba antigüedad. Bien presentados, de diverso juego, pero todos de excelente nota. El tercero de nombre Duende, nº 10 de 440 kg. fue indultado. El primero de la tarde, de nombre Peregrino, de 456 kg. fue premiado con vuelta al ruedo en el arrastre. Al quinto el palco le negó la merecida vuelta al ruedo en el arrastre y fue fuertemente ovacionado. Los demás aplaudidos en el arrastre. Manuel Escribano, dos orejas y palmas; Román, leves pitos tras aviso y dos orejas; Jesús Enrique Colombo, dos orejas simbólicas y oreja. Entrada: Media plaza. Saludó en banderillas Carlos Rodríguez “Garrido” por un extraordinario tercio de banderillas al quinto. Al final del festejo salieron los tres toreros y la ganadera Gina García a hombros por la Puerta del Señor de los Cristales

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