Lo Que no se Vió en la Tarde Histórica

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El sorteo inició desde el día anterior, cuando la junta técnica al momento de reconocimiento puso en duda la aprobación de algunos astados de Campo Real. Hoy al momento de lotear sé hizo realidad lo comentado, solo seis astados de la dehesa debutante fueron aprobados y los dos reservas corresponden a las ganaderías de Paispamba y Salento.

Los astados aprobados nacieron entre abril y julio de 2020.

El de menor peso del último festejo registró tan solo 440 kilos, es decir sobre el mínimo permitido por la ley, mientras que el astado que cerraba la feria pesaba 500 kilos.

En el cierre tres toreros y dos nacionalidades, dos españoles y un venezolano.

El inicio del festejo se retrasó hasta las 4:40 de la tarde por culpa de la lluvia que cayó sobre Cali.

Hubo un homenaje a Mariano Joya, quien por muchos años oficio como conserje de la copa champañera.

A las cuatro y cincuenta de la tarde saltó al ruedo el ejemplar que da antigüedad a la dehesa de Campo Real.

La presencia del número 16, ajustada a lo histórico en sus orígenes, Saltillo – Santacoloma.

Escribano utilizó u. Capote con el envés crema, y no gualda como tradicionalmente es.

El tercio de banderillas se lo repartieron Escribano y Colombo por invitación. Tres pares del regusto.

El segundo de la tarde, número 15 fue un toro con pelaje y características para examen: cárdeno, salinero, berrendo, caridelgado, rabicano, careto y algo más.

Ricardo Santana resultó con un pinchazo en su pierna derecha al tratar de entrar a colocar las banderillas y partir al burladero, tras quedarse parado el segundo de la tarde. Paso a la enfermería y le tomaron dos puntos de sutura.

El trofeo ganado en la lidia, Román lo dilapidó con el acero.

El tercer astado dio cuatro vueltas al ruedo antes de buscar el engaño.

La pica quedó en pendiente, pues huyó en tres ocasiones el palo.

Variada la capa de Colombo.

Tercio de palitroques a cargo de Colombo y Escribano en el tercero. Aseados y agrupando los dos.

Como concepto muy personal, la bandera deberá llevar a la dehesa a Duende para ser picado y ratificar que se cumplan los preceptos del campo bravo, se indultan los bravos y en el caballo se validad esta condición.

Garrido anduvo en grande con quites y banderillas de mucha exposición y valía.

En el quinto afloraron pañuelos blancos, quizás más por emoción que por razón. Toro bueno pero no excepcional.

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