Sebastián Vargas: El Valor del Oficio en Santo Tomás Hueyotlipan (México)

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En la segunda corrida de la Feria de Santo Tomás Apóstol, el matador colombiano Sebastián Vargas demostró su temple y profesionalismo pese a un percance con su primer toro. La faena, marcada por el coraje y el respeto a la liturgia taurina, reafirmó su estatus como un veterano de renombre en la tauromaquia.

Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora- www.enelcallejon.co/ – Web Aliada

Ubaté – Colombia. La tarde fría y nublada en Santo Tomás Hueyotlipan (México) fue testigo de una gesta taurina que quedará inscrita en los anales de la tauromaquia contemporánea. En la segunda corrida de la Feria de Santo Tomás Apóstol, el matador colombiano Sebastián Vargas, veterano de los ruedos, ofreció una lección de entereza y respeto a la fiesta brava en medio de circunstancias adversas.

Con una plaza portátil casi llena, tres toros de Piedras Negras y un ejemplar de La Soledad ofrecieron un marco propicio para la grandeza. Entre ellos, el toro «Nacatero», marcado con el número 1 y un peso de 485 kg, mostró clase y nobleza excepcionales, ganándose el honor del indulto tras una faena impecable del tlaxcalteca José Luis Angelino, quien se llevó las dos orejas y el rabo simbólicos.

Por su parte, Sebastián Vargas enfrentó un primer toro que le arrancó parte del vestido en una cogida aparatosa. Lejos de abandonar el ruedo, Vargas, un ejemplo de pundonor y profesionalismo, regresó para lidiar a su segundo vestido con un pantalón de calle improvisado. Este acto no solo evidenció su respeto por la liturgia taurina, sino también la profundidad de su compromiso con el público. Aunque su desempeño fue más contenido debido a las circunstancias, logró cortar una oreja al primero de su lote y recibió palmas en el segundo.

El matador tlaxcalteca José Luis Angelino continuó con su racha triunfal al cortar una oreja de mérito a su primer toro de Piedras Negras y protagonizar una faena monumental con «Nacatero». El ganadero Marco Antonio González también fue ovacionado en una vuelta al ruedo tras la bravura de sus toros.

En un momento simbólico, Angelino brindó su segundo toro a la Presidenta Municipal, María Guadalupe López Zavaleta, añadiendo un toque de reconocimiento institucional a una tarde que celebró la tradición y la valentía.

Sebastián Vargas, con más de tres décadas de trayectoria, no solo encarna la veteranía en el ruedo, sino también la dignidad del toreo como oficio. En Santo Tomás Hueyotlipan (México), demostró que el respeto a la profesión va más allá de los triunfos efímeros; está en el acto cotidiano de darlo todo, incluso ante la adversidad.

Esta tarde en Puebla será recordada como una celebración de la bravura, tanto de los toros como de los hombres que los enfrentan, con Vargas destacando como un ícono de la resiliencia taurina.

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