En una reunión marcada por el respeto y el diálogo, 22 representantes del gremio taurino se encontraron con la senadora Esmeralda Hernández, autora del proyecto prohibicionista que pondrá fin a las corridas de toros en 2027. A pesar de las diferencias, el encuentro destacó por el tono cordial y la apertura hacia posibles colaboraciones futuras, como la reinauguración del Museo Taurino de Bogotá y la definición de los lineamientos para los últimos años de la fiesta brava.
Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora – https://enelcallejon.webnode.es/ – Web Aliada
Arbeláez – Colombia. El pasado sábado 19 de octubre de 2024, en la sede de UNDETOC Subalternos, se celebró una reunión que resonará profundamente en los anales de la tauromaquia. Convocados en un ambiente cordial, respetuoso y auspicioso, 22 representantes del gremio taurino, compuesto por matadores, novilleros, mozos de espada, ganaderos, empresarios de provincia, artesanos, transportadores, banderilleros, picadores y mayorales— se sentaron frente a la senadora Esmeralda Hernández, autora del proyecto de ley prohibicionista que pondrá fin a las corridas de toros en Colombia a partir de 2027.
Lo que pudo haber sido un encuentro marcado por la confrontación, se transformó en un espacio de diálogo abierto, en el que los taurinos, con inmenso respeto, escucharon los argumentos de la senadora. Esta, firme en su posición, recordó a los presentes que la prohibición legislativa que impulsó no hubiera prosperado si, en su momento, el gremio hubiera atendido las recomendaciones de la Corte Constitucional para moderar la fiesta brava. «Si hubiéramos morigerado la fiesta, mi proyecto no habría llegado al Congreso«, subrayó la senadora, en una reflexión cargada de reproche hacia la inacción que, según ella, facilitó la aprobación de la ley.
El gremio taurino, por su parte, mostró un profundo respeto hacia la senadora, reconociendo las diferencias, pero también dejando claro el impacto social y económico que genera la tauromaquia. Durante la reunión, artesanos que confeccionan desde monteras y trajes de luces hasta palillos para las muletas y banderillas, explicaron con detalle su trabajo. Ganaderos que crían toros bravos en pequeñas dehesas y transportadores que mueven las reses para las corridas y el consumo humano, también tuvieron la oportunidad de exponer la complejidad de la cadena productiva taurina. La senadora, sorprendida, admitió desconocer muchos de estos detalles: «Nunca los vi en las sesiones informales que convoqué antes del trámite«, confesó. “Si me hubieran contactado, los habría escuchado con atención”, añadió.
Pese a su crítica hacia la «débil» defensa del gremio taurino durante los debates legislativos, Hernández no cerró la puerta al diálogo futuro. El encuentro concluyó con la apertura de dos puntos de trabajo conjunto: la reinauguración del Museo Taurino de Bogotá, un espacio destinado a preservar la memoria histórica de más de 50 años de la Plaza de Toros de Santamaría, y la participación activa del gremio taurino en la mesa de trabajo que definirá las condiciones bajo las cuales se desarrollarán las actividades taurinas durante los tres años que restan antes de la plena entrada en vigor de la Ley 2385-2024.
Este último acuerdo es particularmente importante, ya que permitirá que los taurinos, en conjunto con la senadora y los ministerios de Cultura, Ambiente y Desarrollo Sostenible, establezcan los parámetros bajo los cuales se podrán celebrar las últimas corridas de toros en el país. «Ya no será ella y los ministerios quienes dicten las directrices; ahora seremos parte de esta mesa», celebraron los representantes del gremio, mostrando una vez más su disposición a participar activamente en las decisiones que afectan el futuro de su profesión.
Además, el gremio expresó su satisfacción con el acuerdo sobre el Museo Taurino. En caso de que la Corte Constitucional fallara a favor del sector taurino, este espacio podría reinaugurarse y abrirse al público, permitiendo que futuras generaciones comprendan el valor cultural y artístico de la tauromaquia, incluso en medio de un entorno legislativo adverso.
Este encuentro, aunque lleno de tensiones, fue una muestra palpable del inmenso respeto con el que el gremio taurino se enfrenta a un futuro incierto. A pesar de las críticas de la senadora Hernández, los taurinos permanecen firmes en su compromiso por preservar la memoria de la fiesta brava y contribuir de manera constructiva en los años restantes antes de la prohibición total. Con el diálogo como herramienta principal, ambos lados del debate han demostrado que, a pesar de las diferencias, es posible encontrar espacios de colaboración para preservar lo que muchos consideran una parte fundamental del patrimonio cultural del país.