En la segunda novillada de «Toros y Ciudad» en Manizales, con ejemplares de Santacoloma, los novilleros mostraron actuaciones irregulares. Solo Eduardo Contreras cortó una oreja tras una faena emotiva, mientras los demás, incluyendo Johan Franco y Daniel Sánchez, no lograron conectarse con sus oponentes y enfrentaron dificultades con la espada.
Redacción: Javier Enrique Baquero Pardo JABA
Manizales – Colombia. Con una entrada que casi llenó el aforo, la Monumental de Manizales abrió sus puertas para la segunda novillada de «Toros y Ciudad», esta vez con picadores, en conmemoración de los 175 años de la capital caldense.
Se lidiaron ejemplares de Salento, de encaste Santacoloma. El cartel estaba compuesto por novilleros con más experiencia que los del festejo anterior.
El primero de la tarde correspondió a Johan Franco, quien saludó a un Santacoloma bien presentado, pero con embestidas por definir. Lo lanceó correctamente, ajustado a los cánones, aunque sin lograr mucha transmisión.
«Cardenito» acudió dos veces al caballo, y en el segundo encuentro peleó con la cabeza baja y empujando con los riñones.
Con la muleta no hubo conexión; el Santacoloma exigía sitio, y Johan no se lo dio. Los muletazos fueron sueltos y aislados, resultando en una faena desapacible. La espada entró con suerte, pero quedó mal colocada. Silencio.
En segundo turno actuó Cristian Castañeda, quien, en el centro del ruedo, se arrodilló para saludar con una larga cambiada que salió limpia. Luego, ejecutó seis verónicas y una media con clase.
Inició su labor con la muleta por doblones, pero en el centro del ruedo recibió un fuerte achuchón. No encontré la distancia adecuada, y las complicaciones propias del Santacoloma se hicieron evidentes. Con la espada mostró prevención y muy mala ejecución. Más pena que gloria. Silencio.
El tercero del cartel era José Gallo, quien saludó con una larga apresurada y voluntaria. Continuó con verónicas poco templadas, en medio de su afán por agradar.
Con la muleta mostró mucha prisa y poca quietud; Las ganas superaron la razón. La estocada cayó en buen sitio, pero cuatro fallos con el descabello marcaron el epílogo de una mala faena.
En cuarto lugar, Eduardo Contreras también buscó el centro del ruedo para saludar a su oponente con una larga bien ejecutada, seguida de verónicas con algo de gusto y temple.
Con la muleta, Contreras tuvo momentos emotivos, donde el sitio y el temple le permitieron alcanzar algunos destellos de arte. Una faena con altibajos que culminó con una estocada algo caída, pero efectiva. Una oreja.
En quinto lugar, salió al ruedo el joven Daniel Sánchez, quien, repitiendo suerte, se ubicó en la boca de riego para esperar a su oponente, pero no lo vio llegar y recibió un revolcón. Luego lo lanceó suavemente a la verónica.
Con la muleta, ejecutó cuatro muletazos de rodillas a modo de saludo, para después encauzar las buenas embestidas del Santacoloma. Sánchez mostró entrega; el joven ha dejado atrás las adversidades de la calle por la ilusión del toro. En esta ocasión, luchó con deseos y un buen concepto. Sin embargo, le faltó oficio con la espada y escuchó los tres avisos.
Finalmente, cerró la tarde Sergio Álzate, quien lució a la verónica. Con la muleta, mostró verticalidad y buenas bases, pero sus tandas eran irregulares y no logró enlazarlas completamente. La espada no tuvo fuerza, y al salirse de la suerte, prolongó el momento.
