Manizales: Cuatro Orejas y Una Noche Taurina Agradable

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La primera novillada de la Feria de Toros y Ciudad destacó por el esfuerzo de los novilleros, donde Daniel Montes, Daniel Salas y Jarol Sánchez cortaron orejas, este último tras un polémico indulto. Otro como José de Antia tuvo una actuación destacadas. Eduardo Valenzuela, a pesar de su valentía, no logró conectar con el público, mientras que Juan Rojas no pudo actuar debido a un incidente con su novillo.

Redacción: Javier Enrique Baquero Pardo JABA

Manizales – Colombia. Bajo una noche despejada, con algo de frío en los tendidos y media plaza ocupada, se celebró el segundo festejo, primera novillada de la Feria de Toros y Ciudad. Se lidiaron novillos de Altagracia, bien presentados en general, pero de juego desigual.

La emotividad en los tendidos se sintió desde la primera nota del himno nacional.

El primero de la noche fue para José de Antia, quien dejó en el ruedo ilusión y ganas, tanto con el capote como con la muleta, ante un jabonero complicado en sus embestidas. Con perseverancia y una estocada certera, puso fin al mal momento. Dio una vuelta al ruedo en reconocimiento a su esfuerzo.

El segundo de la noche, Daniel Montes, de Manizales, saludó rodilla en tierra, con algunas dudas, pero mucho valor. Con la muleta, tres muletazos desde una silla arrancaron las primeras palmas. Luego, en el centro del ruedo, llevaron las embestidas del Altagracia con ligazón, pero con precaución. Aunque falló con la espada, logró recoger palmas del público y algunos pañuelos que le valieron la primera oreja de la noche.

El tercero del festejo fue para Eduardo Valenzuela, de la escuela de Choachí. Saludó rodilla en tierra, a escasos metros de la puerta del toril, con una atropellada pero meritoria puerta gayola. Continuó con una larga y varias lanzas a la verónica, intentando encelar a un distraído novillo de Altagracia. Con la muleta, retomó valor, pero su humanidad se vio comprometida sin consecuencias graves. Sin embargo, no logró conectarse con el público y la estocada también estuvo falta de oficio.

En cuarto lugar, Daniel Salas, de la Tauroescuela de Manizales, recibió a su oponente con verónicas más entusiastas que técnicas. Con la muleta, ejecutó tres doblones toreros, mostrando mejor forma al templar las embestidas. Su mayor oficio y toreo vertical dejaron una buena impresión, lo que le valió una merecida oreja tras una certera estocada.

El quinto, Jarol Sánchez, optó por saludar rodilla en tierra en el tercio a un jabonero de embestidas sueltas y desiguales, con poca armonía con la capa. El joven de la escuela taurina «Une» ofreció un par de cambios por la espalda con valor y arte. Sus tandas fueron variadas y con sentido estético. Al tomar la espada, el público comenzó a pedir el indulto, y aunque no cumplió con todos los requisitos, el palco pasó a la presión popular. Sánchez cortó dos orejas y el novillo fue devuelto al corral.

El sexto de la noche, Juan Rojas, también de la escuela «se Une», no pudo actuar, pues su oponente se fracturó un pitón y no se dispuso de un novillo de reserva ajustado a las condiciones del joven.

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