Afición y Técnica: El Festival de Aficionados Prácticos Ilumina la Plaza de Manizales

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En el Festival de la Feria Toros y Ciudad de Manizales 2024, seis valientes aficionados se enfrentaron a un buen encierro de Ernesto Gutiérrez. La tarde se convirtió en un tributo al arte taurino, donde la pasión, la entrega y la técnica de los actuantes resaltaron en una plaza que vibró de emoción.

Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora – https://enelcallejon.webnode.es/ – Web Aliada

Manizales – Colombia. El Festival de Aficionados Prácticos en la Monumental de Manizales, dentro de la Feria Toros y Ciudad 2024, dejó huella en los tendidos y en la memoria de los aficionados que asistieron la plaza. La noche, que comenzó fría y gris, fue encendida por la pasión de seis hombres que, lejos de ser figuras consagradas, demostraron que la afición, la técnica y el valor pueden brillar con la misma intensidad que cualquier tarde de toreros de renombre. El encierro de la ganadería Ernesto Gutiérrez, bien presentado y con erales de juego desigual, puso a prueba la destreza de los actuantes, quienes hicieron lo imposible por arrancar faenas de mérito y conquistar a una parroquia entregada.

El primer novillo de Ernesto Gutiérrez, huidizo y encastado, con poca bravura y limitado en clase, exigió al actuante. Daniel Orozco, colombiano de valor sereno, se mostró parsimonioso desde el primer capotazo. En capa, templó los embates del novillo con precisión, logrando varias verónicas de calidad. Sin embargo, la faena de muleta fue intermitente, encontrando dificultades para hilvanar series largas debido al comportamiento del astado. Aun así, Orozco logró captar el interés de los tendidos con tandas sueltas que demostraron su técnica y conocimiento de los terrenos. Fue pesado con la espada, lo que le impidió redondear su actuación, pero fue ovacionado y saludó desde el tercio.

Rodrigo López, el aficionado español, fue el encargado de lidiar el segundo de la noche, un bravo y enclasado ejemplar de Ernesto Gutiérrez que fue premiado con vuelta al ruedo por su nobleza y gran condición. Desde el inicio, López se mostró variado y templado con el capote, recibiendo al novillo con verónicas de buen corte. En la muleta, su faena fue construida con inteligencia, dosificando al astado y logrando momentos de gran conexión con la parroquia. Tandas por ambos pitones, largas y templadas, calaron en los tendidos, que ovacionaron su buen hacer. Sin embargo, la espada le jugó una mala pasada, con un pinchazo y una media estocada caída, le impidieron cortar trofeos. A pesar de ello, dio una merecida vuelta al ruedo bajo una fuerte ovación.

El tercer ejemplar, bravo y fijo, aunque falto de clase, encontró en Jairo Rozo un torero de temple. Su saludo capotero fue destacado, logrando varias verónicas aplaudidas. En la muleta, Rozo optó por una faena pausada, parsimoniosa, buscando siempre gustarse y gustar al público. Alternó tandas por ambas manos, destacando su manejo de la derecha, con muletazos largos y bien ligados. Sin embargo, el eral carecía de la clase necesaria para redondear una faena completa. Con los aceros, falló en el primer intento, pero dejó una estocada que le valió la vuelta al ruedo, premiando su entrega y calidad en el manejo de la pañosa.

El cuarto de la tarde, también de Ernesto Gutiérrez, resultó huidizo, reculó y se refugió en tablas, complicando la lidia. César Silva, un aficionado ortodoxo en su concepto taurino, intentó desde el capote sacar lo mejor del astado, pero fue en vano. Con la muleta, buscó las vueltas al novillo, pero este no colaboraba, dificultando cualquier intento de estructurar una faena fluida. A pesar de ello, Silva logró una corta tanda por el pitón derecho, que fue aplaudida por su esfuerzo y técnica. La espada, sin embargo, no estuvo de su lado y fue pesado con la tizona, lo que derivó en un silencio tras aviso.

El quinto novillo, bravo, encastado y con clase, ofreció una lidia interesante y permitió que Christopher Morales, el aficionado mexicano, se luciera tanto con el capote como con la muleta. Desde las primeras verónicas, Morales mostró su variada técnica, toreando con gusto y soltura. En la faena de muleta, el mexicano logró hilvanar una faena completa, con tandas bien ligadas por ambos pitones y muletazos largos que mantuvieron el interés de la plaza. Una estocada algo desprendida fue suficiente para asegurarle una oreja, premio a una actuación técnica y de calidad.

El último de la tarde fue un bravo y encastado ejemplar, con las complicaciones propias de su condición. William Gómez, a sus 70 años, demostró que la afición y la pasión no conocen límites de edad. Con una vitalidad envidiable, recibió al novillo con largas de hinojos, sorprendiendo a todos en los tendidos. En la muleta, Gómez ofreció un toreo antiguo, lleno de detalles de gusto y pellizcos que, aunque cortos y algo desordenados, despertaron la ovación del público. No obstante, su labor con la espada fue pesada, acumulando tres avisos, pero el cariño y la entrega del público se manifestaron con una fuerte ovación final.

Este festival no solo destacó por la calidad de los novillos de Ernesto Gutiérrez, sino por la demostración de que la pasión por los toros no tiene barreras de edad, nacionalidad o experiencia. Los seis aficionados prácticos brindaron una lección de entrega y técnica, cada uno a su manera, recordando que la afición es el alma de la tauromaquia.

Ficha del Festejo:

Monumental de Manizales – Festival – Feria Toros y Ciudad 2024Novillos de Ernesto Gutiérrez, bien presentados, desiguales en juego, el 2o premiado con el honor de la vuelta al ruedo. Daniel Orozco: Saludo. Rodrigo López: Vuelta al ruedo. Jairo Rozo: Vuelta al ruedo. César Silva: Silencio tras aviso. Christopher Morales: Oreja. William Gómez: Ovación y tres avisos.

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