El Cali: Trayectoria Brillante de un Maestro del Toreo

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Enrique Calvo, conocido como «El Cali,» celebra 50 años de su alternativa como matador de toros. Este icónico torero colombiano, nacido en Cali, ha dejado una huella imborrable en la tauromaquia con su mano izquierda prodigiosa y su temple inigualable. Tras una brillante carrera en el ruedo, Calvo continuó su trayectoria académica, convirtiéndose en abogado y liderando la Federación Colombiana de la Cultural Taurina.

Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora – https://enelcallejon.webnode.es/ – Web Aliada

Arbeláez – Colombia. Este año se conmemora un hito significativo en la historia de la tauromaquia colombiana: el 50 aniversario de la alternativa del Maestro Enrique Calvo, conocido en el mundo taurino como «El Cali.» Nacido en Cali, Colombia, el 15 de noviembre de 1952, El Maestro Enrique se presentó por primera vez ante el público en 1969 durante la Feria de Manizales, demostrando desde sus inicios una habilidad excepcional en el manejo del capote y la muleta.

En 1973, emprendió su viaje a España, donde participó en ocho novilladas con picadores, preparándose para la culminación de un sueño que se concretó el 4 de septiembre de 1974 en la plaza de toros de Aranjuez (Madrid). Allí, recibió la alternativa con Palomo Linares como padrino y «Niño de la Capea» como testigo, confirmando su estatus como una de las grandes promesas del toreo.

Su paso por México también fue notable. El 2 de marzo de 1975, en la emblemática Plaza México, confirmó su alternativa de manos de Antonio José Galán, con Rafael Gil «Rafaelillo» como testigo, lidiando al toro «Cazuelo» de la ganadería Manuel de Haro. Sin embargo, uno de los momentos más recordados de su carrera fue el 12 de diciembre de 1975 en Bogotá, donde indultó a un toro de Vistahermosa, un logro que compartió con los legendarios toreros El Viti y Palomo Linares.

Enrique Calvo continuó su brillante carrera confirmando su doctorado en tauromaquia el 8 de julio de 1979 en Madrid, ante toros de Bohórquez Domecq Hermanos, con Julio Robles como padrino y Roberto Domínguez como testigo. Su regreso a Colombia en la temporada 1985-86 fue un acontecimiento esperado, participando en siete corridas y dejando una vez más su concepto en el ruedo.

Además de su personalidad como torero, El Maestro «El Cali» también incursionó en el rejoneo, debutando en un festival en Colombia el 28 de octubre de 1989. Incluso en su madurez, continuó cosechando éxitos, como lo demuestra la oreja que cortó en Ibagué el 19 de diciembre de 2004.

Pero la pasión de Enrique Calvo no se limitó al toreo. Decidido a seguir superándose, volvió a las aulas para estudiar Derecho, obteniendo su título y combinando así sus conocimientos taurinos con una sólida formación legal. Desde junio de 2011, ejerce como presidente de la Federación Colombiana de la Cultural Taurina, donde ha sido un ferviente defensor de la tauromaquia y de la cultura que rodea este hermoso arte.

Con una carrera que se extiende a lo largo de cinco décadas, Enrique Calvo «El Cali» no solo ha sido un testigo privilegiado del esplendor de la fiesta brava en Colombia, compartiendo cartel con figuras como El Cordobés, El Viti y Camino, sino que también ha contribuido a su evolución y preservación. Su mano izquierda, símbolo de elegancia y maestría, sigue siendo recordada por aquellos que tuvimos el privilegio de verlo torear, especialmente en faenas memorables como la realizada a «Calimeño» en la plaza de Cañaveralejo.

Hoy, su legado continúa vivo, tanto en los ruedos como en las aulas, donde el doctor en tauromaquia y en leyes sigue inspirando a nuevas generaciones de aficionados y profesionales.

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