En San Isidro, la esperanza de emociones y arte se vio eclipsada por corridas deslucidas y una atmósfera general decepcionante en Las Ventas.
Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora – https://enelcallejon.webnode.es/ – Web Aliada
Arbeláez – Colombia. La Feria de San Isidro en Las Ventas, el epicentro de la tauromaquia, prometía un derroche de arte, emoción y bravura en cada lidia. Sin embargo, los espectadores se encontraron con una sucesión de tardes deslucidas y decepcionantes. Desde la falta de casta y poder de los toros de José Escolar hasta la lluvia que intentó rescatar una tarde opaca con la corrida de Adolfo Martín, el triduo cárdeno dejó un sabor agridulce en los aficionados.
– Los toros de José Escolar decepcionan en Las Ventas en el inicio del triduo cárdeno de San Isidro
La esperada corrida de José Escolar, que inauguraba el triduo cárdeno de la Feria de San Isidro en Las Ventas, no cumplió con las expectativas. Los toros del encierro no ofrecieron la bravura ni la emoción de otros años, resultando en una tarde de medias tintas con falta de raza y poder, aunque mantuvieron un peligro constante que no llegó a conectar con el público.
Damián Castaño destacó en su faena al quinto toro, el más complicado del lote. A pesar de las dificultades, logró una faena meritoria que habría sido digna de una oreja en otros tiempos, si hubiera estado acertado con la espada. Su dominio quedó patente en la última serie, con tres naturales cargando la suerte y rematando en la cadera, seguido de una media estocada desprendida.
Fernando Robleño mostró su maestría en una faena de suavidad y buen juego de piernas ante su primer toro, un ejemplar en la frontera de la mansedumbre. Aunque la faena fue larga y de intensidad intermitente, los naturales fueron de gran mérito. El segundo toro que lidió, amplio de cuerpo, no tuvo nada destacable, resultando una tarde discreta para el madrileño.
Gómez del Pilar tuvo una actuación sin reproches. El tercero de la tarde, de hechuras más finas, mostró buenas embestidas por el pitón derecho, pero se vino abajo pronto, limitando la faena a dos series destacadas. El sexto toro, imponente en tamaño, pero deslucido por su falta de entrega, tampoco permitió un lucimiento mayor.
En conjunto, la corrida de José Escolar fue decepcionante, con toros bien presentados pero desiguales en su juego y bravura. La falta de raza y poder no logró transmitir las complejidades de la lidia al público, dejando una sensación de insatisfacción en Las Ventas.
– La Corrida de la Prensa decepciona en Las Ventas sin alcanzar la explosión esperada
En la tradicional Corrida de la Prensa, la esperada cita de San Isidro con los toros de Victorino Martín no logró la esperada explosión. Con un ambiente propicio y un público entregado, la tarde se quedó en un tono lineal, sin el gran triunfo esperado del mano a mano entre Paco Ureña y Borja Jiménez.
La corrida de Victorino Martín, aunque bien presentada, no brilló en la suerte de varas y castigó en exceso a algunos toros, lo que afectó su humillación en los remates. Los toros no embistieron con franqueza y su falta de entrega complicó la labor de los toreros. Paco Ureña, con su estilo aguerrido, y Borja Jiménez, buscando la línea curva, se enfrentaron a estas dificultades con resultados mixtos.
Paco Ureña destacó en su faena al tercer toro, aprovechando los terrenos paralelos a las tablas para evitar la inercia del toro y logrando una faena de mérito que culminó con una estocada precisa, obteniendo una vuelta al ruedo tras aviso. Sin embargo, sus otros dos toros, especialmente el primero, no le permitieron un lucimiento mayor.
Borja Jiménez tuvo su mejor momento con el segundo toro, el más encastado de la tarde. Sus primeras series con la mano derecha fueron emocionantes y técnicamente brillantes, pero la faena perdió fuerza cuando el toro comenzó a irse por los adentros. La falta de acierto con la espada le impidió un mayor reconocimiento. Sus otros dos toros ofrecieron pocas opciones, especialmente el sexto, que se vino abajo después de recibir dos fuertes varas.
A pesar de la expectativa y la presencia de Su Majestad El Rey, Felipe VI, en el Palco Real, la corrida no cumplió con las expectativas. La falta de humillación y entrega de los toros de Victorino Martín hizo que la tarde fuera una exigencia para contarla y, sobre todo, para titularla.
– La lluvia rescata una tarde deslucida en Las Ventas con la corrida de Adolfo Martín
El diluvio universal llegó en el cuarto toro como salvavidas de una tarde que se escapó entre la falta de raza de la corrida de Adolfo Martín. La lluvia y el viento levantaron la pasión en los tendidos, que se quedaron vacíos en un lleno de ‘No hay billetes’ en gradas y andanadas. Antonio Ferrera brilló entre la cortina de agua con una faena enorme al natural, aunque el palco, en una tarde de sensaciones intensificadas, no le concedió una oreja a Manuel Escribano a pesar de su máxima entrega y raza. José Garrido también mostró vergüenza torera con el sexto toro.
El bochorno extremo de la tarde pronto se reflejó en un cielo oscuro, mientras la lidia de José Garrido en el tercero se desarrollaba bajo truenos continuos. Los más afortunados con entradas bajo refugio ocuparon sus asientos antes de la salida del cuarto toro. En el tercio de varas, el diluvio era ya evidente y los valientes en los tendidos parecían esculturas de Antonio Corradini. Ferrera, en una faena de pasión y entrega desbordada bajo la lluvia, hizo rugir los tendidos con varios naturales, aunque el acero no refrendó su obra.
Manuel Escribano se fue a la puerta de chiquero para recibir al quinto toro, un serio y veleto ejemplar. Tras un recibo a la verónica, cumplió un tercio de banderillas de suma exposición mientras el albero mostraba señales de ahogamiento. A pesar de una voltereta que lo dejó colgado de pitón a pitón, Escribano no se amilanó y volvió con la misma entrega, logrando una serie rotunda sobre la diestra. La estocada, aunque ligeramente desprendida, no fue suficiente para convencer al presidente de concederle la oreja solicitada por el público.
José Garrido recibió al sexto toro, justo de presentación, con verónicas. El toro, aunque de mayor largura en sus viajes, permitió a Garrido someterlo por el pitón derecho en una faena bien hilada. La espada baja lastró el resultado final.
Los tres primeros toros fueron para olvidar. El blando primero no pasó del embroque, el segundo nunca quiso coger la muleta humillando, y Ferrera y Garrido no tuvieron opción con el tercero de anodina embestida, nula casta y cero empuje. Parecía un desastre hasta que el diluvio universal apareció como salvavidas de la tarde.
– Borja Jiménez brilla en Las Ventas con una faena rotunda
En la 25ª corrida de la Feria de San Isidro, Borja Jiménez se destacó en la Plaza de Toros de Las Ventas, cortando una oreja de cada uno de sus toros y asegurándose así la segunda puerta grande de su carrera. Su faena al segundo toro, «Dulce», de 548 kilos, fue especialmente impresionante. Jiménez comenzó con una larga cambiada en la puerta de chiqueros, seguida de verónicas y chicuelinas de gran calidad. El toro respondió con nobleza y humillación, permitiendo a Jiménez realizar una faena completa, culminada con una estocada que, aunque tardó en hacer caer al animal, recibió una fuerte petición del público para la segunda oreja que el palco le negó.
Emilio de Justo también dejó una buena impresión, especialmente con su primer toro, «Tordillo», de 533 kilos. El toro embistió con chispa y nobleza, y De Justo lo aprovechó para dejar muletazos poderosos. Aunque la faena fue de menos a más, y el toro perdió algo de fuerza, De Justo mostró su calidad y conocimiento, recibiendo palmas tras un aviso.
Por otro lado, Roca Rey tuvo una tarde difícil al enfrentarse con el peor lote. «Soleares», de 620 kilos, aunque noble y humillador, careció de fuerza suficiente, y «Cóndor», de 577 kilos, resultó ser un manso de libro. A pesar de sus intentos por sacar lo mejor de ambos toros, el peruano no logró triunfos destacados y fue silenciado en ambas actuaciones.
La tarde en Las Ventas fue una muestra del valor y la destreza de los toreros, con un público entregado que aplaudió las faenas más destacadas y exigió justicia en la concesión de trofeos. Borja Jiménez se consolidó como el gran triunfador, mientras que Emilio de Justo y Roca Rey demostraron su valentía y técnica, a pesar de no haber conseguido los mismos resultados.
– El cierre de San Isidro decepciona con la corrida de Román Sorando y homenaje a la Policía Nacional
El cierre de la Feria de San Isidro se presentaba con grandes expectativas: un cartel de arte, una ganadería de renombre y un homenaje a la Policía Nacional en su bicentenario. Sin embargo, la realidad fue muy diferente. La corrida de Román Sorando, desigual en hechuras con tres toros más finos y otros tres más bastos, no ofreció ni clase ni ritmo, condenando la tarde al aburrimiento absoluto.
El primer toro, con hechuras finas, pero en el límite de fuerza y casta, fue recibido por Diego Urdiales a la verónica. Su faena seria y de buen trazo no logró conectar con los tendidos debido a la falta de transmisión del astado. Lo mejor vino al natural, en la media distancia, con Urdiales siempre bien colocado. El cuarto toro, de mucho genio, no permitió lucimiento alguno, llevando una faena de exposición sin brillo.
Pablo Aguado se enfrentó al tercero, el toro más prometedor de la corrida, pero su escasa fuerza lo devolvió a los corrales. El sobrero, de expresión envejecida y sin armonía, nunca se entregó, frustrando cualquier intento de toreo artístico. El sexto toro también fue devuelto, y el sobrero de Montalvo no mejoró la situación, resultando en una faena breve y deslucida bajo el enfado del público.
Juan Ortega, con el segundo toro siempre buscando las tablas, tuvo una actuación igualmente deslucida. El quinto toro, sin entrega ni humillación, debió ser devuelto, pero se mantuvo en el ruedo sin ofrecer ninguna emoción. La tarde se convirtió en una batalla contra una corrida sin clase, llena de genio y falta de raza.
La corrida terminó en decepción, con la expectación de una explosión artística que nunca llegó, marcando un triste final para la Feria de San Isidro.
En conclusión, la Feria de San Isidro, que se esperaba como una explosión de emociones y arte, se vio ensombrecida por corridas deslucidas y falta de entrega. Los toreros lucharon con valor y destreza, pero la calidad de los toros y la atmósfera general no estuvieron a la altura de las expectativas. Queda la esperanza de que, en próximas ediciones, Las Ventas vuelva a brillar con todo su esplendor taurino.
RECONOCIMIENTOS DE LA EMPRESA DE LAS VENTAS
El veredicto del jurado convocado por Plaza 1, conformado por reconocidos periodistas especializados en el ámbito taurino, ha sido emitido para honrar a los protagonistas destacados de la reciente Feria de San Isidro 2024, que concluyó su ciclo el sábado pasado en la emblemática Plaza de Toros de Las Ventas. En esta edición, Borja Jiménez emerge como la figura central del certamen al ser galardonado con los premios al ‘Triunfador de la Feria’ y a la ‘Mejor Faena’. Asimismo, David Galván ha sido distinguido como el ‘Torero Revelación’. La lista completa de los premiados oficialmente por Plaza 1 es la siguiente:
– Triunfador de la Feria: Borja Jiménez.
– Mejor Faena: Borja Jiménez.
– Mejor Novillero: Jarocho.
– Mejor Rejoneador: Diego Ventura.
– Torero Revelación: David Galván.
– Mejor Estocada: Isaac Fonseca.
– Mejor Picador: Alberto Sandoval.
– Mejor Brega: Raúl Ruiz.
– Mejor Banderillero: Juan Carlos Rey.
– Mejor Toro: ‘Dulce’, de Victoriano del Río.
– Mejor Ganadería. Fuente Ymbro.