La terna se marcha de vacío ante una exigente corrida de Salento en Cali
Un desigual encierro de Salento encontró a una imprecisa terna en una tarde pasada por lluvia hasta mitad del festejo. No se cortaron orejas. Quizá lo más decoroso de la tarde estuvo en manos de Juan de Castilla, o, al menos, más constantes dos virtudes, la concentración con la que entra a la plaza y el control de las emociones que ha incorporado a su tauromaquia.
En el tercero de la tarde, De Castilla estuvo seguro y templado con el capote, lanceó con lucimiento a la verónica. Dio voces de torero que entiende todo lo que pasa en el ruedo y el orden de la lidia es el que él interpreta. Con la muleta estuvo preciso en los toques y portentoso en la colocación. Cuatro series vibrantes, en las que faltó rotundidad porque le faltó fondo al toro, y si no hubo triunfo fue porque con la espada emborronó lo que a pulso había conseguido.
El sexto tuvo poca clase, empujó a arreones, parándose en la mitad del viaje y pegando el derrote al final del muletazo cuando pasaba. Qué incómodo estuvo Juan al no lograr ligar una sola serie a pesar de su valiente insistencia a un toro áspero. El público lo arropó y hasta hubo una leve petición que cambió al final por unas tibias palmas. El toro se fue pitado en el arrastre. Favorable balance para el colombiano.
La tarde de Román fue de cara y cruz. Porfió en la faena de muleta frente al segundo y bien que valió el encomio porque empalmó series con la derecha muy meritorias, dejándole la muleta puesta para contener la huída del toro. Un primer fallo con la espada, que quedó atravesada, y luego los fallos del puntillero enfriaron la cosa en el tendido.
En el quinto logró algunos pasajes de conexión con el tendido. Extensa la brega, pero faena sin sitio. Extraviado el libreto de Román. Estocada entera sin efecto, muchos fallos con el verduguillo, y el público perdió la paciencia. Un aviso.
Joselito Adame no consiguió refrendar el sitio que tiene en la afición de Cañaveralejo. De Adame casi siempre se tiene una certeza y es el valor a toda prueba, y el oficio, pero el que abrió plaza transmitió muy poco y acudió con poca clase, lo que impidió una labor más entonada. La espada quedó caída y apenas media.
Al cuarto lo lanceó genuflexo para intentar atemperarlo y rematarlo en la boca de riego. No logró ligar el quite porque el toro por el pitón derecho remataba el lance con la cara alta. En la muleta hubo intermitencia, algunas series con mando, y otras en las que el toro ganaba los terrenos e imponía su ley. Este toro también transmitió poco, y marcó en el balance que Adame se las vio con el lote más soso de la corrida de Salento. Lánguido el final de faena, entre enganchones, desarmes y pinchazos.
Cali (Colombia), miércoles 27 de diciembre de 2023. Segundo festejo de feria. Toros de Salento, desiguales de presentación y juego. Pitados primero y sexto, aplaudidos el tercero y el cuarto. Joselito Adame, silencio y leves pitos; Román, ovación con saludos y silencio tras aviso; y Juan de Castilla, palmas tras aviso y leves palmas. Entrada: Un cuarto de plaza.