Emilio de Justo desoreja el sexto, último de la feria y sale por la Puerta Señor de los Cristales. Luis Bolívar corta oreja del áspero tercero. Corrida poco generosa del maestro Rincón…
Emilio de Justo desoreja el sexto, último de la feria y sale por la Puerta Señor de los Cristales. Luis Bolívar corta oreja del áspero tercero. Corrida poco generosa del maestro Rincón…
Redacción: Jorge Arturo Díaz Reyes
Cali, Colombia, XII 30 22Los de Las Ventas, negros, cuatreños 462 kilos promedio, diversos de cuerna. Los dos primeros nobles y repetidores, pero casi inválidos para la lidia. El tercero y el quinto mansobroncos. Encastado y áspero y el cuarto, y bravucón el sexto. Con ese presupuesto encararon los toreros la corrida final de la feria 65, quizá también la última. Por lo que a ellos (los toreros) atañe no quedo en menos la tarde. Pusieron de más, y el presidente también.
Luis Bolívar, abrió con larga genuflexa y lanceo de trámite a toro suelto. Tan solo tocar con la puya Luís Viloria el toro se derrumbó, y ya. Dos pares de reglamento no sea que un tercero agravara lo grave. Para colmo, viento fuerte. Dos pases, caída, tres pases caída, otros dos caída, y así… Eso sí, con ganas de ir y con fijeza y humillación. Pero si un animal no se tiene en pie cualquier otro atributo sobra. El caleño puso cara a su mala suerte, porfió con mimo enfermeril, a media altura, vaciando arriba. Pero nada, no había poder humano suficiente para lograr juntar más de las cuatro milagrosas derechas finales. Faena correctísima rematada con estocada total eficaz. Hubo petición ruidosa de oreja no atendida y un saludo más que ganado.
El tercero también blando, pero no tanto. A cambio careció de clase y bravura. Larga cambiada de rodillas, Orticina y un lanceo trompicado dieron paso a una buenas vara de Edgard Arandia y una faena menos pura, menos ligada, mas igualmente decidida que la del primero y muscalizada. La estocada no fulminante y el escándalo paisano arrancaron la oreja que Luis no quiso portar en su rauda vuelta al ruedo.
El quinto manseó, tiró cabezadas, se cayó, y cuando yacía cuan largo era le pusieron la música (vamos señor presidente). Luis porfió a riesgo de aburrir, pincho abajo, bien abajo, puso una estocada ídem, ineficaz y tres golpes de cruceta. Silencio piadoso.
Emilio de Justo, Triunfador de la feria pasada, triunfador del mismo mano a mano que la cerró, y favorito en las quinielas, llegó al toro final con las manos vacías y sin muchas opciones estadísticas visto lo visto. Mas con buen hambre no hay mal pan. La poca oferta del bravucón “Añejo” en el capote mejoró en la vara de Reinario Bulla y en los palos de Santana. Las tandas fueron de a cuatro, hasta que el viaje se acortaba y paraba en el embroque. La oportuna estocada desprendida pero letal rodó al de pirnos. La dos orejas que se veían venir y las palmas al arrastre que sonaron a consuelo para el querido maestro ganadero.
Saludó Emilio tras la lidia del segundo, espasmódica entre caída y caída. Como la tos que anda en Cali por estos días. Por su puesto aun en esas circunstancias destellaba la gran calidad torera. Un pinchazo abajo y una estocada honda de la cual salió rebotado merecieron la ovación saludada. El cuarto, manso y bronco, el cual recibió dos varas, insólito en ese período presidencial, se defendió a morir y murió de doble descabello llevándose los pitos. El espada fue exonerado.
Con De Justo a hombros por la puerta de honor, murió la corrida y murió la feria… quizá para siempre.
Cali. Viernes, diciembre 30 2022. Plaza de Cañaveralejo. 6ª de feria. Sol y calor. Tercio de plaza. Seis toros de Las Ventas del Espíritu Santo, de diversa presencia, justos de raza y fuerza.
Luis Bolívar, saludo, oreja y silencio tras aviso
Emilio de Justo, saludo tras petición, silencio y dos orejas.
Incidencias: Emilio de Justo salió a hombros por la Puerta Señor de los Cristales.