Inexplicable que los que juran en su posición como “Funcionarios Públicos (persona paga para servir al pueblo)”, sesguen la ley, cometan prevaricato y sigan anulando las actividades pecuarias, únicamente por imponer su enorme ignorancia.
Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora – Diario Occidente
Cali – Colombia. La feria Taurina de Cali 2022 tuvo muchos ataques por parte de las autoridades (Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Alcaldía de Cali, Migración Colombia y Secretaría de Gobierno), cuya función, es la de velar por la seguridad, tranquilidad, trabajo honrado u oficio de todos los seres humanos que se encuentran en su territorio, independientemente de su raza, credo, trabajo u oficio legal, afinación política o pensamiento contrario, como lo garantiza en su articulado la Carta Magna de 1991 y cada una de las sentencias emanadas por la Corte. Es además inexplicable, que pese al evidente delito penal de “prevaricato por acción y omisión” cometido por estas dependencias, los medios nacionales hubiesen publicitado y creado un show mediático con una supuesta suspensión del ciclo ferial taurino de la capital del Valle, causando así otro delito como el de “daños y perjuicios” a la empresa regente de la Plaza de Toros Cañaveralejo.
Esta situación citada, no es mas que una evidente persecución a la Tauromaquia en todos sus componentes por parte del sector animalistas, que con un profundo desconocimiento de cada una de las especies, vienen de la noche a la mañana a ser los enormes defensores. El tema como lo han venido planteando, es literalmente una imposición a la vida vegana, a ser esclavos de las mascotas y como si fuera poco a finalizar con la dinámica trófica de los ecosistemas y la vida rural.
Con esa persecución a la Feria Taurina de Cali, sin ser osco con la apreciación, lo único que evidenciaron es que quieren imponerse como dictadores, además de reflejar irreverencia por la organización jurídica y de Estado, que durante siglos han hecho tantas personas de corazón noble y trabajo incansable por dejarnos una patria con libertad. Son tan contradictorios en sus procederes, que paseándose las calles de Cali, ve mendicidad de niños, jóvenes, adultos y adultos mayores y cambuchos a Rivera de Río donde las autoridades si no cumplen sus obligaciones.
Por fortuna para la familia taurina, cada día, nos dan más argumentos con sus inadecuados procederes para interponer ante las cortes nacionales e internacionales, los recursos debidamente sustentados, para seguir defendiendo la liturgia del toro bravo, porque en Cañaveralejo hubo buen público, festejos interesantes, Toros que volvieron a las dehesa con el gran honor ganado en Plaza para ser padrones o llamados sementales y con la verdad como simiente, decirle a la humanidad que somos muy sinceros en la dinámica ecológica, dejando huella positiva en la preservación y prolongación de los ecosistemas, sin también resaltar los innumerables empleos directos e indirectos generados, que permiten a miles de familias su sustento. ¡Que viva la Fiesta del Toro Bravo!