Genio de toros de Rancho Seco destacan en la Goyesca de la mexicana Huamantla
Pero fueron los toros de Rancho Seco, de correcta presentación, los que impusieron su genio. Se registró un lleno en los tendidos.
Tres toros encastados, con más genio que bravura, mucha movilidad, y faltos de unos meses para estar cuajados, marcaron el tiempo de la corrida y pusieron emoción por encima de lo ofrecido por los matadores.
Tras dos vueltas al ruedo de la Virgen de la Caridad, misma imagen que dos horas después iniciaría su periplo calle por calle en Huamantla, y mediando una misa, salió el abre plaza.
Los inicios del encierro mantuvieron el fervor devoto de los prolegómenos y los olés arreciaron con un capotazo suelto y sin orientación de El Zapata.
El primer Rancho Seco era un toro bien hecho y encastado que pronto se empleó con sentido por la falta de imposición de Uriel Moreno en las banderillas, suerte con la que cimienta su carrera el mexicano y en la que se le ve muy justo. Machetazos y una estocada certera completaron la faena.
En su segundo resolvió en poco espacio los palitroques con un tres en uno. Luego, con la muleta, la bondad de la embestida ayudó a El Zapata a acomodarse con pases aliviados. Labor realizada siempre con el final de la columna encogida hacia las tablas. Pinchó con la espada.
Arturo Macías enfrentó un complejo animal que rehuyó del puyazo rebrincando. Ya con la muleta Macias citó con distancia y sin sitio, pero mirando al tendido. El Rancho Seco le cobró el atrevimiento con una fea voltereta.
Volvió Macias tras el susto subido al fervor de los aliviados presentes y sin mandar fue dando tirones del genio del astado. Erró hasta en el descabello, hecho que no evitó una vuelta al ruedo del espada.
Con un cárdeno bragado tan incierto de embestida como los anteriores anduvo Calita precavido, buscando acoplarse esporádicamente con efectismo y sin temple ni mando.
Si logró un poco de orden en la lidia, hecho inédito en lo que iba de corrida. Cierto rigor y algún pase ajustado fue el saldo positivo de Calita con su segundo de la noche.
El festejo finalizó con uno de regalo de El Zapata que solo hizo más larga la Corrida de Luces previa a «La noche que nadie duerme» de Huamantla y al que le cortó una oreja sin historia.