El primero no tuvo mal aire, pero se aburrido pronto, siempre con falta de entrega y con el final sucio. Anduvo fácil Domingo López Chaves con la capa, pero al animal le faltaba fuerza y, sobre todo, fijeza en el caballo. Intentó campanear, pero era mentira. Tres verónicas y una cordobina dejó Javier Cortés en un limpio quite. Estuvo distraído el toro en banderillas, en un tercio en el que dejó un gran par José Chacón. Con la muleta, anduvo asolerado Domingo, ya que le dio distancia para buscarle las inercias y mimo, además de lo que pedía el toro en cada momento, que terminó echando la persiana por su baja raza. Terminó la lidia de buena estocada y fue ovacionado.
Javier Cortés logró momentos de mucho interés con el segundo de la tarde, un animal alto, largo, que no parecía tener las hechuras apropiadas para embestir y que luego lo hizo lo mejor que sabía con esa conformación. Cortés anduvo milimétrico siempre a la hora de ofrecerle el trapo, acertando en distancias y toques. Al natural le pegó dos series tremendas, destacando una trincherilla; pero le faltó conjunción, debiendo darle un tiempo entre natural y natural, y algo de transmisión al tendido. Se enturbió todo con una espada un punto contraria de la que tardó algo en caer. Fue ovacionado.
Colombo juega con la media altura para lidiar la movilidad del tercero
Jesús Enrique Colombo lidió a un animal noble, con transmisión y con cierta chispa, que tuvo la virtud de repetir mucho y de hacerlo muy bien todo mientras se movía; no tenía gran clase, pero sí se dejaba torear por un diestro que lo hizo todo ligero y jugando con la media altura, sin apretarle mucho. Tiró de entrega durante toda la obra, banderilleando con habilidad, y dejando raza en la última parte de la faena, en la que fue prendido en las bernadinas por la parte de la espalda sin consecuencias aparentes. Mató a la primera y fue silenciado.
Chaves en el cuarto anduvo profesional: es un torero maduro y así lo volvió a demostrar. Al toro le faltaba chispa y vida. Intentó ligarle las series el salmantino, pero el animal acudía cuando podía. Sí es cierto que terminó ligando tandas, pero le faltó conjunción por la falta de raza del animal. Mató con dignidad y fue silenciado.
Silenciado Cortés tras lidiar a la calidad y clase sin fuerza del quinto
El toro con más clase y calidad de la corrida no tuvo un fondo de raza que le permitiese a Javier Cortés hacer el toreo en el quinto; cuando lo proponía bien, siempre muy de frente toreando para el toro, éste no tenía fuerza. Cuando lo apretó en una serie, el toro fue por abajo y colocó la cara con calidad, pero eso hizo que se acabase muy pronto y después la faena no pudo tener vuelo porque no tenía vida el astado. Fue silenciado tras estoquearlo.
Susto para Colombo al intentar descabellar al sexto, otro toro que no saca del tedio a la tarde
No tuvo suerte Colombo tampoco en el sexto, con el que no redondeó su tarde, un animal serio de estampa y con el que intentó dar alegría en banderillas y el animal le apretó hacia los adentros. Se puso deslucido en la muleta y fue silenciado tras aviso. En el momento de sacar la espada, le dio incluso una voltereta que por fortuna no tuvo consecuencias aparentes. Fue tedioso ese sexto acto, porque el animal fue aburrido y anodino, noble y docilón, pero no sacó del tedio a la tarde.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas. Duodécima de la Feria de San Isidro. Corrida de toros. Más de media entrada.
Toros de Pedraza de Yeltes, insulso y sin emoción el docilón y obediente primero; de gran fondo de nobleza y justa raza el repetidor segundo; emotivo y con transmisión el tercero; anodino y sin chispa el dócil cuarto; pronto, voluntarioso y con cierta calidad el desfondado quinto; anodino el sexto.
López Chaves, ovación y silencio.
Javier Cortés -que sustituía a Diego Carretero-, ovación y silencio.
Jesús Enrique Colombo, silencio y silencio tras aviso.
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO
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