Antonio Ferrera no tuvo suerte con los de su lote
Joselito Adame, se proclamó triunfador en el 93º aniversario de la Monumental de Mérida, saliendo con el único apéndice de la tarde. El hidrocálido tiró de profesión y repertorio resolutivo para lidiar con un mal encierro de Xajay.
El ambiente era el idóneo para vivir un desafío de tal envergadura, dos figuras del toreo, un español y un mexicano, cara a cara, en el albero de la Monumental.
Ferrera lo intentó con su primero, tratando de regalar algo emocionante a los aficionados, pero su oponente mostró poco interés por los trastos del diestro español desde el inicio de faena.
Su segundo no era para tirar cohetes ni mucho menos, un astado desaborido y deslucido, que no estaba por la labor de embestir. Ferrera buscó las teclas pero el de Xajay no dio mucho más.
El tercero de su lote fue la gota que colmó el vaso, además de sumarle que el matador Antonio Ferrera se negó a banderillear y los tendidos se lo reprocharon.
Joselito Adame marcó el punto de inflexión en la corrida, fue su actitud y dotes de figura lo que hizo a la plaza volcarse con el mexicano.
El primero fue un toro exigente, con el que había que saber estar, y Adame respondió contundente. Las equivocaciones y pasos en falso no valían con este exigente Xajay, pero logró firmar una faena de emoción, culminando con un estoconazo.
El segundo de su lote presentó un problema en la vista y complicó durante un buen rato la lidia a cuadrilla y torero. Sin embargo, Joselito consiguió su sitio y buen hacer.
Fue el sexto, el que más se dejó de todo el encierro. Este se desplazó y permitió al de Aguascalientes estructurar una faena de buenos muletazos, con embestidas a media altura. Finalmente, terminó poniendo la guinda en el pastel de una tarde que fue de menos a más.