Estos son los once toreros que, a lo largo de la historia de la tauromaquia, se han enfrentado al hierro de Miura en solitario en sus carreras.
Estos son los once toreros que, a lo largo de la historia de la tauromaquia, se han enfrentado al hierro de Miura en solitario en sus carreras.
Se han escrito muchas páginas en la historia del toreo: Puertas Grandes de Madrid, del Príncipe de Sevilla, indultos en cosos de relevancia, faenas memorables… pero sólo once toreros han conseguido un hito histórico que otros no lograron: el de encerrarse con seis toros de Miura. Once espadas que, durante casi dos siglo y medio, no le han vuelto la cara a un hierro legendario. De Mazzantini a Antonio Ferrera pasando por Joselito ‘El Gallo’ o por Juan Antonio Ruíz ‘Espartaco’. Para unos acabaron en apoteosis, para otros en decepción, lo que si queda aclaro es que el esfuerzo de toros ellos quedó escrito con letras de oro en el libro de la tauromaquia.
Manuel Fuentes ‘Bocanegra’ es un torero cordobés, nacido el 21 de marzo de 1937. Tras salirse de las filas de los banderilleros, tomó la alternativa en la plaza de toros gaditana de El Puerto de Santa María. Pasará a la historia por convertirse en el primer torero que se enfrentaba en solitario a una corrida de Miura. Fue en Sevilla el 19 de octubre de 1873, siendo sobresalientes en aquella ocasión José Sánchez del Campo ‘Cara-Ancha’ y Antonio Fuentes ‘Hito’. Toreo valiente, con mucho pundonor pero con escasos recursos técnicos, lo que propició que su carrera fuera menguando con el paso del tiempo.
Lagartijo: Madrid, 28 de mayo de 1874
Es el segundo espada de nuestra lista. También de Córdoba, nació en la ciudad andaluza el 27 de noviembre de 1841. Lagartijo está entre los cinco toreros que marcaron la evolución de la tauromaquia, convirtiéndose en el primer Califa del toreo. Tomó la alternativa en Úbeda (Jaén) el 29 de septiembre de 1865, actuando como padrino Antonio Carmona ‘El Gordito’. Confirmaría alternativa casi un mes después de manos de Cayetano Sanz. Como su paisano antes citado, también se enfrentó en solitario a los toros de Miura. En esta ocasión tal efeméride se daría en Madrid. Allí Lagartijo triunfó con ‘Mulato’, un toro que recibió nada más y nada menos que 16 varas. Como dato curioso ese mismo día tomaba la alternativa el picador Manuel Feijó.
Luis Mazantini: Sevilla, 12 de octubre de 1884
En esta ocasión hablamos del vasco Luis Mazantini. Espada nacido en Elgóibar, Guipuzcoa, el 10 de octubre de 1856. Un torero con una historia curiosa. Llegó con una edad tardía a los toros, pues antes había sido secretario en el cortejo de Amadeo de Saboya. Su alternativa fue en Sevilla, de manos de Salvador Sánchez ‘Frascuelo’ el 13 de abril de 1884, con toros de Adalid, mientras que su confirmación en Madrid fue el 29 de mayo, actuando como padrino ‘Lagartijo’ con toros de Murube.
Alternó durante su carrera con Lagartijo, Frasacuelo y Guerrita, tres toreros de gran importancia en la época, retirándose de los ruedos en febrero de 1905 tras fallecer su esposa. Fue empresario de la Plaza de toros de Madrid y del Teatro Real, posteriormente fue elegido Concejal de Madrid, así como gobernador Civil de Guadalajara y Ávila. Falleciendo a los 69 años en Madrid.
Morenito de Alcalá: Sevilla, 4 de agosto de 1907
Otro de los toreros que se enfrentó en solitario al legendario hierro de Miura fue Morenito de Alcalá. También fue en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, pero esta vez en el recién comenzado siglo XX y como novillero. Espada nacido en Alcalá de Guadaira (Sevilla) el dos de diciembre de 1879. Coincidió con Manolete en varias ocasiones. Tomó la alternativa el 1 de septiembre de 1907 en la plaza de toros de El Puerto de Santa María, actuando como padrino Lagartijo-chico y como testigo Morenito de Algeciras. Los toros fueron de Miura. Confirmó en Madrid en septiembre del mismo año, actuando como padrino Algabeño chico.
Toreando en Sevilla el 8 de mayo de 1910 un toro de la ganadería de don Luis Patricio, de Coruche (Portugal), le rompió el esternón, lo que propició su retirada poco tiempo después. Un torero sin duda muy controvertido, el cual no dudó en saltar de espontáneo en la plaza de toros de Huelva una vez retirado, siendo prendido tras dar un cambio de rodillas. Falleció el 28 de noviembre de 1942 en su casa de Alcalá de Guadaira.
Joselito El Gallo: una corrida de Miura en solitario en Valencia el 17 de octubre de 1915
Uno de los toreros más célebres de la historia de la tauromaquia. Sin su presencia no se entiende la evolución de toreo como ahora lo comprendemos. Formó junto a Juan Belmonte una pareja de auténtico lujo. Nacido en Gelves, Sevilla, el 8 de mayo de 1895. Joselito será recordado por tres cosas fundamentales: por su aportación en la modernización de la tauromaquia, evolución en la selección de las ganaderías y promover la construcción de las Monumentales. El 28 de septiembre de 1912 toma la alternativa en Sevilla manos de su hermano, Rafel El Gallo, actuando como padrino Rafael Pozo. Los toros fueron de Moreno Santamaria. Confirmaría el 1 de octubre en Las Ventas también de la mano de su hermano.
Pocos años después de su alternativa se convertiría en el quinto matador de toros que toreaba en solitario a los toros de la A con las dos asas. Miura formaría parte de su vida torera, no siendo este el último paseillo que hiciera con los toros de Zahariche. Rivalizó con Juan Belmonte, siendo ambos considerados figuras esenciales en la tauromaquia. Dos adelantados a su tiempo. Fallecería el 16 de mayo de 1920 en Talavera de la Reina a casa de una cornada mortal infringida por ‘Bailador’ de la Viuda de Ortega.
Antonio Chenel ‘Antoñete’: Palma de Mallorca, 29 de julio de 1956
Torero madrileño de una acusada personalidad. Su concepto tan puro del toreo le valió para ser reconocido como uno de los toreros de Madrid. Tomó la alternativa en 1953 en Csatellón de la Plana, actuando como padrino Julio Aparicio, confirmando en Madrid e la mano de Rafael Ortega. Una de las faenas de su vida se la hizo al toro Atrevido de Osborne en mayo del 66, lo que sin duda dio un impulso a su carrera. Otro hito a tener en cuanta en su carrera es el de estoquear en solitario una corrida de Miura, fue el cuarto de la historia en hacerlo tras Mazantini, Morenito de Alcalá y Joselito el Gallo.
Joaquín Bernardó: Barcelona, 3 de septiembre de 1972
Uno de los toreros catalanes más importantes de la historia del toreo. Como Chenel, tomó la alternativa en la plaza de toros de Castellón. Fue en 1966, de la mano de Antonio Bienvenida y Julio Aparicio. Confirmaría alternativa el 10 de junio de ese mismo año. Nació en Santa Coloma de Gramanet en 1935, siendo uno de los toreros españoles que más paseillos hizo en tierras aztecas.
Torero de gran clase y elegancia, siempre fue uno de los espejos en los que se fijaron toreros de generaciones futuras. Gran conocedor del toro bravo, supo canalizar y dominar en su muleta las embestidas de todo tipo de toros. Ese conocimiento le valió para triunfar con ejemplares de encastes muy diferentes. Fruto de ello fue el triunfo con la corrida de Miura en Barcelona. Según rezaban las crónicas de la época Bernadó resolvió con notable éxito el difícil compromiso y desorejó al segundo toro de su lote después de una labor muleteril con mucho dominio. En los restantes astados estuvo valiente y artista. Lo que le sirvió para entrar en la historia como el quinto espada en torear la corrida de Miura en solitario. Se retiró en la misma plaza el 24 de septiembre de 1983.
Juan Antonio Ruíz ‘Espartaco’: Sevilla, 3 de mayo de 1987
Si nos vamos a épocas más contemporáneas nos encontramos con la figura de Juan Antonio Ruíz ‘Espartaco’, un torero fundamental en el final del siglo XX. Sevillano, oriundo de la localidad aljarafeña de Espartinas se erigió como figura del toreo tras salir triunfante el 24 de abril de 1984. Tomó la alternativa a primeros de agosto de 1979 en plena feria de Colombinas de Huelva. Fue número uno del escalafón taurino durante la mayor parte de los años años 80 y principios de los 90, concrétamente en 1982, 1985, 1986, 1987, 1988, 1989, 1990 y 1991. Durante esos años de figura máxima del toreo no le volvió la cara a los hierros más duros, fruto de ello fue su encerrona en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. El 3 de mayo del 87 en plena feria cerrada su participación en el serian matando en solitario toros de Zahariche. Curiosamente la vuelta al ruedo sería con un sobrero marcado a fuego con el hierro de Juan pedro Domecq.
Cuenta con cuatro puertas del Príncipe, obtenidas en los años 1982, 1984, 1986 y 1987, así como innumerables triunfos en el coso del Baratillo. Salió en hombros por la Puerta del Príncipe el día de su retirada tras cortar una oreja a cada toro de su lote. Por su parte nada más que cuenta con una puerta grande en Madrid, fue en 1985, y curiosamente no salió en volandas. En declaraciones de la época decía lo siguiente: «No quise salir a hombros. porque parte del público protestaba el intento de que me sacaran por ella. Por eso», añade, «me resistí y traté de zafarme de los costaleros«. Una carrera que está marcada por los hitos de un torero que nunca le volvió la cara a las circunstancias, el cual se ha convertido por derecho propio en uno de los toreros más importantes de la historia en la capital hispalense.
Juan José Padilla: encerrona de Miura en Bilbao el 25 de agosto de 2001
Juan José Padilla ha sido uno de los toreros más castigados por los toros. El de Jerez de la Frontera, afincado en Sanlúcar de Barrameda, sabe lo que es bailar con la más fea. Enfrentarse a hierros muy duros en plazas de gran responsabilidad. Esas corridas que le dieron gloria a un espada que tomó la alternativa el 18 de junio de 1994 en la localidad gaditana de Algeciras. Como padrino Pedro Castillo y como testigo El Niño de la Taurina. Confirmaría en Las Ventas un año más tarde de la mano de Frascuelo. Miura, Murteira Grave, Pablo Romero, Partido de Resina, Victorino…, todos esos hierros forman parte de la carrera de un torero que ha conseguido superar tres cornadas gravísimas. Huesca en 1999, Pamplona en 2001 y Zaragoza en 2011, tres momentos de extrema dureza que superó gracias a su esfuerzo. Como dijo tantas veces: «El sufrimiento es parte de la gloria».
Un torero que tras casi perder la vida en Pamplona ante un toro de Miura no le dio la espalda a su profesión y se encerró en Bilbao con la corrida de Zahariche. Como rezaban los titulares de aquel día Juan José Padilla cumplió el peliagudo compromiso de los miuras sin que ninguno le levantara los pies del suelo. La papeleta la tenía difícil, porque una corrida de Miura no es cualquier cosa, y la resolvió con dignidad. Entraba una vez más en la historia del toreo, esta vez por ser de los pocos elegidos que mató en solitario una de Miura.
Javier Castaño: encerrona de Miura en Nimes el 26 de mayo de 2012
Bien avanzado el siglo XXI hubo un torero que se vació completamente, dejando una tarde para el recuerdo en la plaza de toros francesa de Nimes. Fue Javier Castaño, otro de esos guerreros que nunca le han perdido la cara a su profesión. Nació en León el 28 de febrero de 1980, aunque se le considera de Salamanca por estar afincado en la localidad charra desde hace años. Novillero puntero de su época, tomó la alternativa el 1 de abril del 2001 en la plaza de toros de San Sebastián. Los toros fueron de Santiago Domecq, en el que actuaron Enrique Ponce y El Juli. Su confirmación fue en el San isidro de ese año junto a Ortega Cano y Finito de Córdoba.
Su carrera profesional estuvo denominada por las «corridas duras», aunque ha demostrado que es capaz de dar espectáculo y lidiar cualquier tipo de encaste. Tras un tiempo en el ostracismo volvió a resurgir con gran fuerza a principios de la década del 2010. Triunfos con hierros como los de Cuadri en Madrid o Miura en Nimes le dieron el sitio que se merecía. Esa tarde en Nimes matando seis de Miura lo catapultó definitivamente. Cinco orejas paseó de un exigente encierro de Zahariche. Un triunfo con mayúsculas para escribir esta gesta con letras de oro en el libro de la tauromaquia.
Antonio Ferrera: Miura en solitario en Málaga el 19 de agosto de 2014
Y el último torero en encerrarse en solitario con seis toros de la divisa sevillana fue el extremeño Antonio Ferrera. Al contrario que su compañero anteriormente citado, Antonio no pudo salir triunfante debido al poco juego que dieron sus toros. Una corrida que no cumplió las expectativas de los allí presentes. Un torero que desde que tomara la alternativa el 2 de marzo de 1997 en Olivenza con la corrida de Victorino, no le ha vuelto la cara a ningún tipo de encaste. Años de evolución hasta llegar al lugar que ocupa hoy en día, los cuales han servido para que el aficionado valore a un torero diferente al resto. Un espada que no está encorsetado en un concepto definido, sino que se nutre de su propia personalidad.
Torero que ya sabe lo que es abrir la Puerta Grande de las ventas en varias ocasiones y con corridas de encastes diferentes. Torero de Madrid, el cual cada año le hace un guiño a su afición anunciándose con una corrida de sello torista. Un vida dedicada al toro bravo, esa que pese a los obstáculos consiguió sobrepasar. Victorino va ligado a su carrera, pero también lo hace Miura. Su retirada aún no se vislumbra, seguramente aún quedan guiños de este torero tan especial hacia sus seguidores.