El Apunte de Juangui: Corrida Bipolar

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Doctor, ¿debo seguir tomando quetiapina? ¿Y la ziprasidona?

Redacción: Juan Guillermo Palacio

Ferrera estuvo bien con el primero, aunque frío, entre otras porque acababa de llover. Más bien anduvo serio, sin cantinfladas.

Con el cuarto, doctor, creyó que el toro no tenía ni un pase. Era verdad. No fue capaz de darle ni uno. Una parte del público se metió con él, creyó que no había sido capaz. Le gritó ¡Toro! ¡Toro! Pero las mayorías, las maquinarias, lo hicieron saludar, como desagravio.

¿Emilio de Justo, doc.? Ah, ese estuvo profundo.

¿Cómo así que cómo es la profundidad? Usted es siquiatra, lo debe saber. La profundidad es que tiene alma, que está vivo y siente.

¿No entiende?

Es como cuando dos pianistas, un maestro y uno que no lo es, interpretan la misma tonada, una idéntica partitura. Y tu corazón percibe que hay un túnel de diferencia entre ambos.

Así toreó de Justo. Aunque sin despeinarse. Imagínese, tocar el piano sin despeinarse.

Sí, usa gomina.

Sin embargo, el público se conmovió más con Ritter, doctor, que se pasa de arriesgado y ayer tuvo mucho poder. Aunque no estuvo tan enorme como el Justo. A Ritter le gusta la camorra, meterse en pleitos. A veces se le va la mano y se pasa de faena, de berriondito. Esta vez toreó muy bien. Tuvo mucho poder y por momentos hizo el toreo bueno. Con los dos toros, que eran ásperos. Aunque estuvo mejor con el tercero que con el sexto.

¿Los toros de Guachicono, doctor? No me va a creer, tres resultaron amables, corteses, buenos anfitriones. No eran los de antes. Pero me gustaron. Al ganadero también.

Sí, cornalones, doc. Pero los hubo escuálidos, lomitendidos y desculados.

¿El juego? Ninguno rompió. Solo el quinto tuvo duración y juego, eso que ustedes los siquiatras llaman toreabilidad.

¿Que qué es toreabilidad? Serle útil a la sociedad, pero vivir sin sazón, sin asumir riesgos. Más o menos como es el presidente, que se la pasa otorgando orejas como político en campaña. Aunque De Justo y Ritter se las merecían.

¿El público de Cali, doc.? Esta vez vio muchas cosas. Y se le pasaron otras. Entendió a Ritter, lo vanaglorió. Pero vio como borroso a De Justo, al pianista, el español.

Todos vimos borroso. No solo el público, también el presidente. Y el ganadero. El de los temibles Guachicono, esta vez festejando dulzuras. También yo, que le dije a María Carolina en su informe a Cultoro que me habían gustado los toros por su presentación. Por cornalones, Así fueran desculados. Es que aquí toros así poco se ven.

Doctor, ¿debo seguir tomando quetiapina? ¿Y la ziprasidona?

Síntesis del festejo

Cali. 28 de diciembre de 2021. Sexta. Tarde plomiza, con llovizna. Asistencia: media plaza. Toros de Guachicono, armados de cornamenta, justos de peso, fenotipo y chispa. Vuelta al ruedo al 5° “Comediante” número 736. Antonio Ferrera: saludó en ambos, pitos leves en el cuarto. Emilio de Justo: 1 oreja y 2 orejas. Sebastián Ritter: 1 oreja y palmas.

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