Un festejo donde pudimos leer un poco las actuaciones de un palco presidencial nuevo en Cañaveralejo y un asesor también recién llegado a esa magistratura aun que es un hombre del toro por su trayectoria vestido de luces, encontrando fallos que se deben corregir para lo que falta de la Feria.
Redacción: Javier Baquero JABA
Cali – Colombia. Una plaza con pocas ocupaciones abrió la tarde de la novillada internacional en Cali, un festejo en que vimos a tres alternantes de tres naciones muy taurinas, España, México y Colombia. Un festejo donde pudimos leer un poco las actuaciones de un palco presidencial nuevo en Cañaveralejo y un asesor también recién llegado a esa magistratura aun que es un hombre del toro por su trayectoria vestido de luces, encontrando fallos que se deben corregir para lo que falta de la Feria. Señor Presiente al publico no se le ínsita solo se le escucha y se toman las disecciones. A los toreros se les reconviene por los medios adecuados, y algo quizás de menos importancia, pero no de inferior importancia. Hay que tener en la mira a la banda de músicos y ordenar su intervención en momentos precisos y no al garete.
La novillada de Salento trajo un encierro en su tipo, unos con complicaciones propias de los Santacoloma y otros con la bondad y calidad de estos, tanto que los ganaderos salieron al ruedo en dos ocasiones y pasearon su orgullo de criadores al lado de uno de los novilleros.
Los alternantes a la medida de las expectativas, si hablamos de Adama y Perera, pues traen a cuestas una formación y un numero de festejos interesante a su haber. La sorpresa la brindó “Anderson” Sánchez, el novillero que, con pocas tardes y un bagaje casi inexplorado, hace apenas ocho días se gano el derecho a estar incluido en la novillada de feria. Que bien por el futuro colombiano.
En el que abrió la tarde con la capa lanceo con mucho análisis de su oponente. Un novillo que embestía de forma irregular.
Con presteza Alejandro inicio su labor con el trapo rojo tirando de las embestidas del por momentos tardo. Hubo temple, distancia y medida en las ejecutorias.
El novillero manito de quién se dice es quizás el mejor de los Adame anduvo con pie firme frente a nubarrón, mientras la música acompaño la faena.
El acero tomó un rumbo tendido y desprendido, pese al cual el palco entregó una oreja larga.
En cuarto lugar, salió Bravero para saltar el olivo y pasear por el callejón. Adame luego dejó en la retina una buena faena de capa, lenta, de manos bajas y con mucha personalidad. Luego de la pica un remate con mucha variedad con el percal.
Brindó al matador Luis Bolívar, que ocupaba una barrera del tendido de sombra. Con un pase cambiado por la espalda el mexicano inició una faena más entonada que la del primero de la tarde, esta vez con un ejemplar más entregado, noble y con recorrido. Muletazos largos y profundos, Adame recreó el pasodoble con las dos manos.
La faena estuvo llena de buenos momentos y algunas peticiones de indulto para Bravero. La espada del manito entró en medio trayecto y recibió 2 orejas y el premio de la vuelta al ruedo para el de Salento.
El 2 fue para Manuel Perera, novillero español. Rodilla en tierra lancero en diez ocasiones con valor, pero sin nada de estética o pintura.
El ejemplar que giró en cuatro ocasiones antes de enterarse se tornó tardo y sin codicia. Con la pañosa Perera también inició de rodillas, pocos muletazos con valor, pero de poca estética. Ya en pie la labor del joven ibérico fue encimita y con deseos, frente a un ejemplar que pasaba sin mucha calidad y algo de complicaciones. Recorrido corto y con más voluntad que filigranas.
El acero fue de buena factura, rápido y eficaz. Una oreja frente a una muy corta petición y apenas discreta actuación.
Como quinto salto Manchadito un astado recibido con una porta gayola embarullada. El español con muchos deseos. Rodilla en tierra trato de iniciar su labor luego de la vara y recibió un fuerte revolcón.
Mermado en sus condiciones, brindó a Emilio de Justo. Dos muletazos de rodillas y luego incorporado fueron la mezcla del valor y los buenos momentos del español Perera.
Entre tandas insistía en lidiar de rodillas, más por deseos que por estética. Tremendismo que se le permite a uno que busca el camino al éxito. Estocada en todo alto y el público con el ibérico, oreja y olvido de la vuelta al ruedo para el toro fue el veredicto del palco, que escucho gritos de protesta.
Haciendo de tercero, el novillero de Lenguazaque lanceó con muchas ganas y enjundia. La voluntad y los deseos dejaron ver a un joven prometedor. Anderson Sánchez con revoleras y Tafalleras arrancó las palmas del respetable, superando ampliamente a este momento de la lidia a sus dos alternantes.
Sánchez brindó al ganadero de Salento, para pasar a recrear el toreo con tandas entonadas, de temple y mando, poniendo rápidamente de acuerdo con el público y al palco que no dudó en hacer sonar el pasodoble.
El novillo se fue a menos y así lo entendió el de Cundinamarca, pasando a buscar el acero, forjado que en primer término no entró, para luego sepultar una espada desprendida, que valió para enviar al destazadero al de Salento. El palco renuente a una petición mayoritaria se quedó con un trofeo que era más que justo.
El que cerró el festejo fue uno con casi los cuatro años, muy en el tipo de la casa. La capa lució antes y después de la pica. Lanceó con Donostia. Al colombiano brindó al empresario español Alberto García.Inició su faena con dos cambiados por la espalda acompañados de pases por alto. Muy pronto sonó el pasodoble. Torero en la propia boca de riego con buenas maneras a uno que quería ir a las tablas a buscar refugio.
El colombiano se llevó lo menos del encierro, pero dio el todo por el todo, con ganas y buenas maneras. Espada con voluntad y efectividad para cortar una oreja.