Cierra la Feria Toros y Ciudad 2020 con una corrida llena de pasajes interesantes, otros menos y con la satisfacción del deber cumplido con mucho decoro por parte de Cormanizales.
Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora – https://enelcallejon.webnode.es/ – Web Aliada – Foto: Cormanizales
Ubaté – Colombia. Se cumple otro hito por parte de la Corporación Taurina de Manizales Cormanizales, siendo pionera en Colombia, con gran decoro, de realizar una feria en la Monumental de la capital caldense y haberla hecho llegar de manera virtual a los aficionados de toda la geografía taurina y, sobre todo dando estricto cumplimiento a cada una de las normativas vigentes, no solo en temas de la emergencia, sino acatando el conjunto de leyes y sentencias que giran en torno al ejercicio de la tauromaquia.
La corrida que cerró este ciclo taurino en el marco de la celebración del cumpleaños de Manizales, estuvo cargada de innumerables pasajes interesantes, otros de pronto menos, por las condiciones variadas en los comportamientos de los astados de la dehesa Ernesto Gutiérrez, que sin lugar a dudas traen en muchas ocasiones marcadas las líneas de origen (Santa Coloma y Murube). Si los tomamos desde el punto de vista del trapío (condición fenotípica), cuatro del encierro trajeron poca cara, cuello de longitud media, papada poco marcada y morrillo no muy acusado, características propias del Santa Coloma, los restantes dos evidenciaron por lo armados y corpulentos su otra procedencia. En el comportamiento sucedió lo mismo, los acentuados en Coloma, sin mucha casta (alegría) mostraron esas complejidades que requieren de bastante oficio, reponían en palmos de terreno cortos, desarrollaron sentido uno que otro y tuvieron limitada franqueza en las acometidas; los marcados por el Murube permitieron mayores oportunidades sobre todo en el trasteo con pañosa.
Los actuantes dejaron honradez en sus comparecencias, cada uno de los coletudos entregaron un sentido compromiso frente los bureles que le correspondió en turno, debo resaltar los aportes que cada uno de los Espadas nacionales dejaron en el festejo: Guillermo Perla Ruiz; exquisitez, Cristóbal Pardo; actuación completa y premiada, Manuel Libardo, suavidad y gusto, Cesar Manotas; decisión, David Martínez; variedad y Leonardo Campos; responsabilidad. Para los seis una venia de respeto, porque no es fácil asumir tan serio compromiso con todas las circunstancias vividas a través de este año, que en su gran mayoría no han favorecido la preparación necesaria para jugarse la vida y en una plaza tan importante como la de Manizales. Solo queda decir que la esperanza está viva y que la tauromaquia prosigue sigilosamente su posicionamiento real en nuestra cultura.