Se cumplen 58 años del suicidio de Juan Belmonte, el diestro trianero que renovó hace un siglo la tauromaquia

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MURIÓ EL 8 DE ABRIL DE 1962 EN SU FINCA SEVILLANA DE UTRERA POR UN DISPARO DE PISTOLA, TRAS ABANDERAR LA EDAD DE ORO DEL TOREO JUNTO A «JOSELITO»

Redacción: José María Fernández – elcierredigital.com
El 8 de abril de 1962 se quitaba la vida Juan Belmonte. Para muchos este trágico final llegó por no poder soportar el haber dejado de ser el diestro más exitoso de los primeros años del siglo XX en los que su rivalidad con Joselito fue mítica. Este innovador del arte de Cúchares llegó a torear 109 corridas en 1919, récord que sólo superó casi medio siglo después Manuel Benítez ‘El Cordobés’.

Juan Belmonte y García, nació el 14 de abril de 1892 en Sevilla y murió un 8 de abril de 1962, hace 58 años, de un disparo preciso que ejecutó con una pistola que guardaba en su finca sevillana de Utrera.

El torero trianero, como se le conoce históricamente, llegó a a este popular barrio sevillano al mudarse su familia definitivamente allí cuando Juan tenía tres años. Belmonte comenzó su carrera taurina en 1908 recorriendo España en un grupo infantil de toreros llamado Los Niños Sevillanos. Mató a su primer toro el 24 de julio de 1910.

Su técnica era diferente a la de los matadores del momento: permanecía erguido y casi inmóvil a unos centímetros del toro. Como resultado de esta técnica audaz, Belmonte fue frecuentemente herido por las astas de los toros, sufriendo muchas cogidas graves a lo largo de su trayectoria profesional.

Uno de los más serias cornadas ocurrió durante una corrida de toros en noviembre de 1927 en la Monumental de Barcelona. Belmonte fue atravesado por un cuerno en el pecho y arrinconado contra una pared. Los otros toreros que compartían cartel con él lo rescataron. Entre los espectadores de ese día estaban los Reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia con la Infanta Beatriz.

En esos años uno de los debates nacionales fue la rivalidad de Belmonte con Joselito. El enfrentamiento profesional entre ambos se truncó cuando Joselito murió embestido por un toro el 16 de mayo de 1920, a la edad de 25 años en una corrida en Talavera de la Reina (Toledo). Belmonte pasó entonces a ser el más importante y el más poderoso del escalafón, pero la presión que tuvo que soportar le llevó en 1922 a la primera de sus tres jubilaciones temporales.

Un record solo batido por El Cordobés

Tres años antes, en 1919, Belmonte toreó 109 corridas, un número inigualable por cualquier matador de antes. Lo mantuvo hasta la temporada de 1965 cuando el entonces mediático Manuel Benítez ‘El Cordobés’ lo superó con 111 corridas. Unos años antes el matador mexicano Carlos Arruza llegóa a estar a punto de igularlo, al protagonizar 108 corridas en una temporada, pero se dice que se negó a pasar el récord de Belmonte por respeto al maestro.

Poco antes de su muerte, se enteró de que tenía cáncer de pulmón. Después de un último festejo taurino, regresó a su finca en Utrera (Sevilla), sacó su pistola de 6.35 mm de un cajón de su estudio y se disparó. Murió solo una semana después de cumplir los 70 años.

Las circunstancias que rodearon su muerte son fuente de cierta controversia, sobre todo, por todo la mitificación que rodea la forma en la que acabó con su vida. Una versión popular, hecha pública en su día por la revista estadounidense Life, asegura que cuando el médico de Belmonte le dijo que, debido a sus heridas y traumas de por vida, ya no podía fumar tabaco, montar sus caballos, beber vino o realizar actos sexuales con mujeres, éste decidió que ya estaba listo para morir y ordenó que le trajeran su caballo favorito, tomó un puñado de cigarros, dos botellas de su vino favorito y se fue a su finca sevillna de Utrera.

Hoy está enterrado en el cementerio de Sevilla, a 20 metros de la tumba de su rival Joselito. Su deseo era ser enterrado con la túnica de su Hermandad de Semana Santa. En el momento de la muerte de Belmonte, las normas católicas prohibían que los suicidas fueran enterrados en tierra consagrada. Sin embargo, dada la importancia del personaje se hizo caso omiso a esto, generando controversia en aquella época. La vida de Juan Belmonte fue llevada al cine por Juan Sebastián Bollaín en 1995 siendo interpretado por Achero Mañas.

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